• Veracruz

Llevo gas pimienta a todos lados: María sobrevive al acoso en el puerto

  • Inés Tabal G.
María Rubí, de 23 años, fue víctima de acoso sexual en tres ocasiones: dos en el transporte público y una en calles de la ciudad de Veracruz

"Con su codo venía rozando mi seno", dice María Rubí Prieto, mientras recuerda la primera vez que un hombre la acosó en el transporte público de la ciudad de Veracruz

En ese momento, no pudo hacer nada y el miedo la paralizó. La impotencia que sintió hace tres años en un camión de la Ruta 6 la dejó marcada para siempre. Esa fue solo la primera experiencia de varias que acumula la estudiante de enfermería, al igual que más veracruzanas.  

Según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), a nivel nacional 5 millones de mujeres mayores de 18 años sufrieron algún tipo de violencia sexual durante el segundo semestre de 2021. 

Mientras que el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) indica que de enero a junio del 2022 se registraron 5 mil 644 denuncias por acoso u hostigamiento sexual a nivel nacional. De esta cifra, 308 son del estado de Veracruz, uno de esos casos es el de María. 

La joven de 23 años cambió de ruta y ahora en su bolso no puede faltar un frasco negro de 135 gramos con gas pimienta, que cada noche lleva en la mano para defenderse de cualquier ataque que pueda sufrir. 

“En varias ocasiones he sufrido acoso. En una ocasión, yo ponía el brazo para que ya no lo hiciera y más se acercaba a mí”, cuenta María Rubí con impotencia.

Esa tarde, lo único que hizo fue cambiar de asiento, pues no se atrevió a denunciarlo con el chofer. Tiempo después, volvió a pasar esta situación en un camión de la misma ruta. Esta ocasión no era un pasajero quien la acosó, sino el acompañante del chofer de la unidad.

Se trataba de un joven de aproximadamente 25 años, quien la hostigó con palabras explícitas, mismas que la incomodaron tanto que volvió a sentir impotencia y rabia.

“¿Cómo te llamas?, ¿de dónde vienes?, ¿no quieres ser mi amiga?”, fueron los comentarios que recibió de aquel hombre.

“Lo único que le contesté es que no quería hablar con él, entonces le dije que me dejara pasar, que me iba a mover a otro asiento y puso su mano en el barrote del asiento para impedirme que pasara, entonces le dije: me dejas pasar o voy a gritar”, cuenta molesta.

A pesar del miedo, enfrentó a su acosador y logró moverse hasta la parte trasera del autobús, el temor aumentaba, pues en cada cuadra el camión se desocupaba y afuera ya era de noche; lo que más temía es que su acosador se bajara del autobús y la siguiera.

El acoso más reciente fue en marzo de este año. María se dirigía a su servicio social, por la calle Manlio Fabio Altamirano cerca del Hospital Regional de Veracruz, la estudiante de enfermería fue abordada por un sujeto que la intentó abrazar. 

Recuerda que cargaba su mochila, en las manos llevaba sus libros y un termo de agua, eran alrededor de las 7:00 de la mañana, aún no salía el sol y se le hacía tarde para llegar a su turno, delante de ella un señor caminaba en la misma dirección.

Al intentar rebasarlo, el sujeto la acorraló entre la pared y sus brazos rodearon el cuello de María.

“Estas bien hermosa, ¿Cómo te llamas?, te quiero conocer”, le dijo.

“Le quité la mano y le dije que se quitara, solo lo empujé porque tenía las dos manos ocupadas y me fui rápido, yo corrí muerta de miedo. Desde entonces, dejé de caminar por esa calle, por lo mismo”.

A raíz de esto, María no camina sola por las noches o si lo hace debe de ser acompañada o en taxi. Aunque a veces desee salir, teme ser víctima de acoso o algún otro delito.

Rubí no se atreve a contarle a sus padres para no generarles preocupación; no obstante, al comentarle a sus amigas, se sorprendió que cada una de ellas tuviera una historia parecida a la suya.

“A cada chica que le cuento, todas tienen un sinfín de historias parecidas de personas que las han acosado, es muy raro, casi imposible que una chica no haya sido acosada alguna vez en la calle, en el transporte público, en la escuela”, cuenta.

TRANSPORTER MUJER SEGURA NO FUNCIONA SI NO SE CAMBIA EDUCACIÓN: ANA MAURO

El programa estatal Transporte Mujer Segura que se implementó el pasado 12 de abril para las habitantes de la conurbación Veracruz–Boca del Río–Medellín, busca brindar un espacio seguro para las mujeres que toman transporte público, de acuerdo con autoridades estatales. 

Desde un inicio fue criticado por los habitantes, ya que de los ocho vehículos que fueron dispuestos para este fin, ninguno sería conducido por una mujer, sino por hombres, lo que al punto de vista de colectivas feministas no era una buena idea, pues esto no garantizaría la seguridad de las mujeres.

Aunque más tarde fue capacitada una mujer conductora, los reclamos por parte de las pasajeras no se hicieron esperar, debido a que en los “camiones rosas”, donde supuestamente solamente abordarían mujeres y niños menores de 12 años, también permitían el acceso a hombres.

Ana Muro Lagunes, activistas feminista e integrante del Movimiento Amplio de Mujeres de Veracruz y Boca del Río, señaló que en 2016 la administración del alcalde Ramón Poo Gil intentó hacer el mismo programa, sin éxito.

“En distintas ocasiones se trató de implementar, pero no salió adelante. Tiene que haber una verdadera voluntad de los permisionarios de servicios como del gobierno municipal y de todas las entidades. Tiene que haber una capacitación que haga tomar conciencia a todos”, agrega la especialista.

Blanca Aquino Santiago, titular del Instituto Municipal de la Mujer en Veracruz (IMM), señala que, pese a que el programa ya tiene tiempo de haberse implementado, pocas mujeres lo conocen, al igual que la aplicación Mujer Alerta.

Ante esto, señala que se deberá dar mayor difusión y capacitación a las personas para que tengan conocimiento de cómo actuar y ayudar a una mujer si pasa por esta emergencia.

De acuerdo con las cifras que tiene Blanca Aquino, en la segunda semana de agosto se tuvo el reporte de cuatro casos de mujeres víctimas de acoso en la zona conurbada Veracruz – Boca del Río, la mayoría de ellas, no tenía conocimiento sobre estos programas, al igual que las personas que intentaron ayudarlas.

“Hay que capacitar a las mujeres y hombres conductores para que pueda ayudar a una mujer que está sufriendo acoso. Una de las chicas que denunció este hecho decía que nadie sabía cómo brindarle ayuda”, explica.

Blanca Aquino puntualiza que lo más importante en estos casos es que las mujeres denuncien a su acosador para que las autoridades puedan intervenir y que los acosos sexuales no se queden impunes.

 

ys