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Los Meyer: familia suiza que recorre el mundo y hace parada en Coatza

  • Fluvio Cesar Martínez
La presencia de los cuatro integrantes de la familia Suiza y su casa rodante se convirtieron en la sensación al llegar a Coatzacoalcos

Coatzacoalcos, Ver. – El color amarillo y estructura de guerra contrastan con los rayos del sol, su nombre es “Hakuna Matata”, un vehículo Monster que se convirtió en el hogar de “Los Meyer”, una familia de Suiza que desde hace tres años decidió recorrer el mundo, dejando su vida sedentaria atrás.

La familia está integrada por Erika y Sylvain, así como por sus dos pequeños hijos Tibo e Illan, quienes en todo momento se muestran sonrientes y atentos.

Su recorrido los llevó hasta Coatzacoalcos, en donde este miércoles dos de marzo estacionaron al “Hakuna Matata” sobre el malecón costero, convirtiéndose en la sensación para los porteños que los visitan para tomarse una foto.

Los viajeros hablan francés, pero con ayuda de del profesor de idiomas, Irán Alejandro Matus Pérez, quienes los visitan conocerán su historia.

 

 

Desde hace tres años decidieron salir con sus dos hijos

Se definen como una familia aventurera que, después de platicar y estar de acuerdo, decidieron tomar sus maletas y equipar el vehículo de guerra de Italia que compraron con sus ahorros.

Erika y Sylvain exploran y disfrutan todos los escenarios que se encuentran en la travesía que comparten en compañía de sus hijos, quienes no dejaron de estudiar pues en línea se conectan con sus maestros.

“Ellos siguen estudiando y nosotros trabajamos por la computadora”, dice Erika mientras contempla el mar.

 

 

En cada ciudad que llegan visitan los mercados populares, museos y lugares que les hablen de la cultura de los países y territorios que recorren; además de aprovechar para adquirir insumos como frutas y verduras, pues tienen una vida vegetariana donde la carne no es requerida.

 

“Comemos bien y con lo que traemos es suficiente; además las personas nos regalan algunas cosas y eso nos llena de alegría”, dice Sylvain.

 

Tienen catorce años de casados, pero consideran que los últimos tres han sido los mejores, en la vida que comparten a bordo de una casa rodante, “somos muy felices”.

 

Hakuna Matata, está bien equipado para el viaje

El diseño de la casa rodante impone a todos los que la ven, sus llantas miden casi un metro de diámetro y su estructura ruda protege a sus ocupantes. El espacio compacto en el interior fue bien aprovechado para instalar muebles y todas las comodidades que se encuentran en una casa convencional.

En menos de ocho metros cuadrados instalaron tres recámaras, un lavabo, una cocina, un baño y refrigerador, un armario y hasta un comedor.

 

 

“Tenemos todas las áreas, como ves tenemos agua y la estufa; cocinamos, siempre tratamos de traer frutas y verduras en el refrigerador para no padecer hambre”, dice Sylvain.

 

Por fuera es de metal pintado de amarillo, donde resaltan los nombres de los lugares visitados, pero por dentro su forro en madera hace sentir un clima cálido familiar, por lo que los pequeños Tibo e Illan siempre sonríen y desde las ventanas, saludan a todo aquel que los quiere conocer.

Además, cuentan con los servicios básicos como son agua potable y electricidad, y sus computadoras para trabajar y estudiar a la distancia.

 

Más de 15 países visitados; Coatzacoalcos de sus ciudades favoritas

Francia, China, Tailandia, Laos, Alemania, Mongolia, Vietnam, Rusia y ahora México se encuentran su lista de más de 15 países visitados desde 2019 que decidieron adoptar esta vida de nómadas.

 

 

Desde que salieron de Suiza su reto era conocer todos los continentes, aunque eso implicó subir su casa rodante a un barco para cruzar el océano y llegar a América.

“Cada país es interesante y estamos seguros de que las personas son buenas y amables, siempre nos han tratado bien”, dice Erika muy segura antes de tomarse una foto con los porteños.

La única mala experiencia que han vivido es que debido a la pandemia del covid-19 estuvieron varados más de un año en Tailandia, tras el cierre de las fronteras, pero aprovecharon para trabajar y aprender de su cultura, aunque nunca abandonaron su casa rodante.

Antes de Veracruz estuvieron en Yucatán, pero el jueves partirán hacia Suiza donde tomarán una pausa a su viaje, que durará cinco meses.

 

“Vamos a vender Hakuna Matata y compraremos otros vehículos para seguir viajando, poque nos gustó mucho y lo seguiremos haciendo”, dice Sylvain.

 

Su estancia en Coatzacoalcos ha sido muy placentera y su rostro lo dice, no dejan de saludar a las personas que se acercan, donde algunos les regalan frutas e insumos para el viaje.

“Estamos maravillados con la gente de aquí, son muy amables y alegres, gracias, Coatzacoalcos por recibirnos”, dice Erika antes de regresar a su hogar.

 

 

 

 

 

FP