• Nación

Pasarme un alto me salvó la vida: veracruzana en accidente de la Línea 12

  • Miguel Ángel León Carmona
Ingrid, originaria de Nogales, Veracruz, narra a E-Consulta Veracruz su experiencia en el colapso de tres trabes del metro capitalino

Paradójicamente, Ingrid Mancera cuenta que haberse pasado un semáforo en rojo, sobre la avenida Tláhuac, fue la mejor decisión de su vida. Sesenta segundos hoy son claves para que ella, su padre y su hermana hayan librado el siniestro en la línea 12 de la Ciudad de México, que causó la muerte de al menos 25 personas.

Ingrid, originaria de Nogales, Veracruz, narra a E-Consulta Veracruz su experiencia en el colapso de tres trabes del metro capitalino; hecho que hoy fue anunciado como luto nacional durante tres días seguidos y que será investigado por homicidio culposo y daño a la propiedad.

 

“Te juro que acabábamos de pasar por ahí cuando se escuchó un golpe y se fue la luz. En ese momento seguimos avanzando y comenzamos a auxiliar a la gente con las luces de nuestras motos porque la calle estaba en penumbras; no se veía nada”, cuenta aun consternada. 

 

Ingrid trabaja como repartidora de comida rápida y además costea su segundo semestre de la carrera en Pedagogía. Como todos los días, este lunes tres de mayo salió de su casa a las ocho de la mañana para entregar pedidos en la colonia Del Valle.

 

“Ayer tuve clases temprano y después aproveché para trabajar junto con mi papá, mi hermana y mi esposo en las inmediaciones de la colonia Del Valle. Todo iba normal, había sido un día muy cansado”, recuerda.

 

Su esposo fue el primero en volver a casa, alrededor de las 18:00 horas. Más tarde lo hicieron ella y sus dos familiares. Los tres avanzaron casi 13 kilómetros a bordo de sus motocicletas. Su destino quedaba en la colonia Arboledas, en el oriente de la ciudad.

Ingrid explica que, al igual que otros motociclistas, ocupa el carril de alta de la avenida Tláhuac para evitar baches, microbuses que hacen paradas en el tramo de baja velocidad y hasta se atajan en tiempos de lluvia con la estructura del metro.

 

“Justo hay un video del C5 donde se ve que, en el carril izquierdo, que es de alta, estaba vacío. Nosotros aprovechamos para llegar más rápido a casa. Pudimos pasar por en medio de los carros y tuvimos la oportunidad de pasarnos un alto que está cerca de un McDonald’s. Te lo juro que fue la mejor decisión de nuestras vidas”, enfatiza.

 

En su perfil de Facebook posteó a las 23 horas con 26 minutos: “400 metros definieron mi vida”. A la par apenas daba crédito de lo que se informaba en las noticias. Las imágenes eran de un tren colapsado por donde, minutos atrás, ella había circulado en su motocicleta color azul.

 

“Yo cuando vi las fotos era como de película. Yo cuando trabajaba ese metro era mi medio de transporte del diario; mi esposo también lo usaba de regreso de la escuela donde da clases. Afortunadamente estamos vivos”, dice.

 

La historia de Ingrid Mancera es distinta a la de 25 personas que perdieron la vida en el siniestro del tres de mayo y de otras 79 que son atendidas en hospitales. Su testimonio la da desde la cotidianidad, donde se consumó la tragedia que también será investigada por actos de negligencia.

 

“Si nos esperábamos el minuto hasta que tarda el semáforo, hasta que nos diera el verde, nos hubiera tocado la desgracia”, concluye la veracruzana.