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El discurso con el que alcaldesa de Mixtla de Altamirano "se llevó los aplausos"

  • Isabel Ortega
Con 27 años impulsó centro para desarrollo de mujeres indígenas en el municipio más pobre de Veracruz; luchaba por más igualdad

Xalapa, Ver.- Maricela Vallejo Orea, considerada la segunda alcaldesa más joven de Veracruz con apenas 27 años, deja un importante legado para su municipio. La presidenta municipal logró un acuerdo con el Instituto Veracruzano de la Mujer (IVM) que permite la instalación del Centro para el Desarrollo de las Mujeres.

El objetivo es generar condiciones de igualdad entre hombres y mujeres en Mixtla de Altamirano, el municipio con mayor nivel de pobreza y marginación en el Estado. El 95 por ciento de sus pobladores, según datos del Coneval del 2015, vivían en extrema pobreza.

La alcaldesa, a diferencia de la mayoría de la población de la zona serrana de Zongolica, logró concluir su formación profesional como Ingeniera en Sistemas Computacionales en el Tecnológico de Zongolica, de donde egresó en el 2016.

La joven política fue una de las principales oradoras en la presentación del Programa Cero Tolerancia a la Violencia, Contra Mujeres y las Niñas. Ahí provocó los aplausos de los asistentes al recordar que las mujeres indígenas viven un grado de violencia mayor al del resto de la población.

Su compromiso para erradicar la violencia y la pobreza no se quedó solo en el discurso, pues a más tardar en el mes de mayo se pondrá en operación el Centro que permitirá capacitar a las mujeres para mejorar sus condiciones de vida.

La titular del Instituto Veracruzano de las Mujeres (IVM), Yolanda Olivares, confirmó en entrevista para E-Consulta Veracruz que la alcaldesa le comunicó que ya había remitido el convenio para obtener recursos federales que permitirían consolidar el Centro.

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Cabe señalar que el  Centro para el Desarrollo de las Mujeres tiene como principal eje fomentar e instrumentar acciones y estrategias que generen las condiciones para promover y consolidar una cultura de la igualdad entre hombres y mujeres, con un abordaje integral y profesional.

Incluso, en la página oficial de Mixtla de Altamirano se publica la convocatoria en la que se invita a mujeres profesionistas a participar en su integración. El llamado iba dirigido a licenciadas en Derecho, Psicólogas y Sociólogas.

La intención es que el Centro entre en operación el 15 de mayo. El Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) se hace cargo de los gastos de la instalación, operación y sueldo de los especialistas, confirmó Yolanda Olivares.

La primera ocasión en la que tuvo contacto con la alcaldesa fue en el evento público en el que destacó las condiciones de desigualdad que prevalecen en la entidad y el resto del país, y destacó su importante compromiso por mejorar las condiciones de las mujeres indígenas.

“Es su legado el Centro (…) nosotros le ofrecimos el apoyo para hacer la gestión y ella estuvo dispuesta. Hace unos días me comentó que ya había enviado el convenio por paquetería”, explicó en entrevista.

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El discurso que se llevó los aplausos

El 19 de enero se anunció el programa Cero Tolerancia a la Violencia contra Mujeres y Niñas. Maricela Vallejo Orea fue una de las cinco oradoras y quien recibió el mayor número de aplausos por lo expresado.

Antes de iniciar su discurso, anunció que era su primera participación en un evento público, por lo que agradeció ser tomada en cuenta para dar “su reseña”.

“Las mujeres tenemos el derecho a acceder y desarrollarnos en igualdad de condiciones en los ámbitos social, económico, cultural, educativo, electivo y político. Tenemos derecho a la vida, a la integridad personal, a la educación y a la salud, entre otros derechos”.

Si bien reconoció que la violencia contra las mujeres es un delito penado por la Ley, se mantiene como una realidad cotidiana en la casa, el trabajo, la escuela, la calle, en los hospitales, en espacios públicos y privados.

Resaltó que las mujeres indígenas viven la violencia de manera particular, pues no solo padecen violencia física, psicológica, patrimonial o económica, sexual, política u obstétricas, son relegadas por su origen étnico.

Tras la primera pausa en su discurso, por los aplausos de los asistentes, argumentó que la violencia hacia las mujeres responde a una serie de costumbres impuestas por la propia sociedad a lo largo de los años, promoviendo roles de género.

“A las mujeres se les enseña a cuidar de los demás, cuidar a los hijos, al marido, al papá, a la mamá, a las plantas y hasta a los animales.

“Mientras que a los hombres se les enseña a mandar, a ejercer el poder, a que sean fuertes, valientes y violentos. No deben llorar, aunque les duela algo; a ser bebedores de alcohol; inteligentes, formales, trabajadores, libres, mujeriegos, dominadores de las mujeres”, enunció.

Eso se debe cambiar desde la casa, la escuela y en la política, dijo, para evitar que los hombres mantengan espacios privilegiados por encima de las mujeres.

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