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La cultura huachicolera, expresiones ligadas al robo de combustible

  • La Silla Rota
La actividad de 'huachicolear' poco a poco se ha sofisticado y crecido de un modo que ahora la ‘industria’ se ha convertido en 'cultura'.

FRIDA MURIEL MENDOZA ARRUBARRENA

Detrás de las explosiones, balaceras, y retención de militares relacionadas con el robo de combustible, se ha formado una identidad entre quienes forman parte de esta actividad ilegal y las comunidades en las que habitan.

Las personas dedicadas a la ordeña de gasolina de manera ilegal son conocidas como huachicoleros, llamados así por el huachicol –término que inicialmente se usaba para referirse al diesel adulterado–.

Se estima que desde 2011, se realiza el “huachicoleo” en el estado de Puebla, específicamente el Triángulo Rojo que corresponde a los municipios de Tecamachalco, Quecholac, Palmar de Bravo y Tepeaca; esta actividad ha ido en aumento con el número de tomas clandestinas que han llamado la atención de los medios y con ello han proliferado los factores culturales ligados a esta nueva cultura.

De 2005 al 2016 se han encontrado en Puebla 3 mil 161 tomas clandestinas y de acuerdo con Pemex esto representó un quebranto de 1 mil 646 millones de pesos.

Estos grupos poco a poco se han ido sofisticando y creciendo de un modo que ahora cuentan con el apoyo de las comunidades en las que operan y sus actividades son imitadas por jóvenes, la ‘industria huachicolera’ se ha convertido en una ‘cultura huachicolera’.

Santo Niño Huachicolero

Desde julio de 2016, comenzó a circular en redes sociales y en los municipios pertenecientes al mencionado Triángulo Rojo, la imagen del Santo Niño Huachicolero, similar a la imagen del Santo Niño de Atocha, el cual en vez de traer báculo y flores, porta bidones y una manguera; herramientas básicas de los huachicoleros para realizar el robo de combustibles.

El origen del Niño Huachicolero tiene opiniones divididas, pues algunas personas creen que la imagen inició como una sátira a las actividades ilícitas que se realizan en los municipios poblanos, sin embargo, hay quienes creen que dentro de las bandas de huachicoleros adaptaron la imagen del Niño de Atocha para tener a quién venerar y encomendarse para sus actividades.

Sin embargo, la existencia del Niño Huachicolero se confirmó cuando este año, días antes de la celebración del Día de la Candelaria el pasado 2 de febrero, el Niño Huachicolero fue uno de los atuendos más solicitados en los mercados locales.

Actualmente se sabe que los pobladores del Triángulo Rojo se encomiendan al Niño Huachicolero y le piden que evite su detención cuando estén ordeñando tomas clandestinas, que evite incendios donde resguardan el combustible y proteja a sus familias. Asimismo, según informan pobladores de la zona, en algunas viviendas han instalado capillas para honrar la imagen del Niño.

Cumbia del huachicol

“Si buscas alegría y buen humor, tú bailas la cumbia del huachicol” así inicia la canción escrita e interpretada por la cantante Tamara Alcántara, quien ha ganado fama gracias a que en agosto de 2016 decidió cantarle a la “raza huachicolera”.

La cantante ha declarado en diversas ocasiones que su propósito no es promover el delito, sino que es el tema de actualidad en la zona y fue la forma que ella encontró para llamar la atención, además de decir que “echar un chascarrillo no le hace daño a nadie”.

En los municipios que forman parte del Triángulo Rojo comenta que ya no puede caminar tranquila sin que le soliciten que interprete la Cumbia Huachicolera pues los pobladores prefieren tomar la situación con alegría y no señalar a quiénes se dedican a estas actividades, comenta Alcántara.

 Además de esta canción existen otras dedicadas a los huachicoleros, dos más interpretadas por Tania Alcántara y varios narco corridos interpretados por distintos grupos musicales que abordan este tema.

Juguetes y artesanías

Junto a las autopistas que conectan estos cinco municipios, se ubican pobladores de la zona que los fines de semana para vender juguetes de madera que hacen alusión a unidades de carga que transportan bidones de gasolina. En las redes sociales también se ofertan, en 800 pesos, “camionetas huachicoleras” de control remoto.

Se trata de un fenómeno similar a la “narco cultura”, que en la entidad ubicada en el centro del país es conocido como “cultura huachicolera”, el cual crece quizá al mismo ritmo que el número de tomas clandestinas.

Jóvenes involucrados

Los niños también han sido incluidos en las actividades de los huachicoleros. Su trabajo como vigilantes –conocido como ‘halcón’– deja ingresos de aproximadamente 12 mil pesos al mes.

De acuerdo a declaraciones del gobernador Antonio GaliFayad, durante sus actividades de campaña, una madre de familia le solicitó hablara con su hijo de 11 años puesto que había abandonado sus estudios ya que gana más a comparación de su papá (3 mil pesos) que no se dedica a actividades ilícitas.

Los huachicoleros, la cultura huachicolera y el “vamos a huachicolear”, crecen a pasos agigantados, pues de Puebla se han expandido a ciudades y estados cercanos como Veracruz, Hidalgo y recientemente en la Ciudad de México.

Con información de La Silla Rota