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Desaparecidos: el viacrucis en la identificación de cuerpos
Xalapa, Ver.- Alicia llegó a la Fiscalía General del Estado (FGE), con el corazón pendiendo de un hilo. Era el mes de junio, y había recibido una llamada diciendo que un cuerpo podría tener coincidencias con el de su hijo Carlos, desaparecido en diciembre del 2015.
La hicieron esperar horas en la antesala y cuando por fin la recibieron, el Fiscal a cargo de su carpeta de investigación le dijo: "Parece que sí es el cuerpo, pero regrese el lunes para corroborarlo, ahorita tenemos mucho trabajo".
Esta no fue la única negligencia de la Fiscalía, también le ocultaron en principio que el cuerpo de su hijo había sido hallado junto a otros ejecutados en enero del 2016 y lo habían enterrado en una fosa común a pesar de tener reporte de desaparecido. Pasaron cinco meses para identificar el cuerpo y notificarle.
Desde entonces, la recuperación de su hijo ha sido largo camino de burocracia.
Le niegan exhumación del cuerpo
En dos ocasiones, Verónica Portilla Suazo, juez de control del décimo distrito de Veracruz, le ha negado la exhumación del cuerpo, solo porque Alicia solicita la intervención de un perito independiente para la identificación, ante la desconfianza en la autoridad.
Alicia tendrá que solicitar una tercera audiencia, pues por el momento el Poder Judicial, y la FGE le están negando como víctima el derecho a la justicia y la verdad.
Abiram Hernández, abogado del Centro de Servicios y Estudios Municipales Heriberto Jara (Cesem), e integrante del Colectivo por la Paz Xalapa, señaló que este caso demuestra que ni los jueces ni el fiscal están preparados para tratar el tema de los desaparecidos ni tienen conocimiento de leyes fundamentales, como la ley de atención a víctimas.
“No tendría que haber motivos para negar la exhumación de un cuerpo que se supone ellos tienen identificado, es un cuerpo que corresponde a una carpeta de investigación, y se tendría que hacer la entrega de los restos, y por supuesto, hay una violación a las víctimas”, dijo.
Gemma Mávil cinco años perdida en fosas comunes
Otro caso es el de Gemma Mávil, secuestrada el 3 de mayo del 2011, y cuyo cuerpo lleva más de cinco años extraviado entre servicios periciales y fosas comunes.
Solo unos meses después de su desaparición, su cuerpo fue hallado junto a otros ejecutados, pero apenas este año le notificaron a su padre, Pedro Mávil, que habían identificado a su hija a través de las huellas dactilares.
A pesar de que por el secuestro de su hija hubo dos detenidos, nunca le notificaron el hallazgo ni más avances de la investigación: “Yo sostenía reuniones en la Fiscalía y buscaba a mi hija, sin saber que su cuerpo estaba a unos metros”.
Para hallar el cadáver de Gemma se han exhumado dos fosas en el panteón Palo Verde, pues según las carpetas de investigación de la FGE, ahí fue enterrado el cuerpo, sin embargo no se ha hallado nada.
"Seguimos padeciendo incertidumbre, más dolor, por la negligencia de la autoridad que no ha hecho su trabajo conforme lo establecen los lineamientos nacionales e internacionales en lo jurídico, no tendríamos por qué estar buscando el cuerpo”, señaló el padre en entrevista para AVC Noticias.
Las irregularidades en la fosas de la Fiscalía
Los integrantes del Colectivo por la Paz estuvieron presentes durante las dos exhumaciones fallidas, ahí se pudieron dar cuenta de varias irregularidades.
La principal es que la fosa donde fue enterrado el cuerpo de Gemma está alterada, pues según las carpetas de registro de la autoridad debería haber dos cuerpos masculinos y uno femenino, pero solo fueron hallados los masculinos, pero además en la segunda fosa exhumada tampoco se halló el cuerpo.
Además, los cuerpos fueron depositados en bolsas negras, y no en cajas como dijo el Fiscal, y no tenían ningún tipo de identificación dentro de la fosa.
Estas condiciones hacen a los integrantes de colectivo dudar si se siguen los protocolos de inhumación de los cuerpos enterrados en fosas, como por ejemplo, la necropsia de ley o los protocolos de registro.
Cuerpo de Anayeli fue entregado tres años después de identificado
Anayeli Jiménez Hernández desapareció el 25 de febrero de 2012, sus restos fueron localizados dos días después en Barranca Grande, municipio de Cosautlán.
La Fiscalía no reportó el hallazgo del cuerpo a los familiares a pesar de tener iniciada una carpeta de investigación por desaparición. Entregó el cuerpo el 15 de septiembre del 2015, es decir, tres años y 8 meses después del hallazgo.
Además, a la familia no se le permitió elaborar un peritaje externo al cuerpo para corroborar su identidad.
El abogado del colectivo, Abiram Hernández, relata que la familia fue presionada para aceptar el cuerpo directamente en el panteón donde se iba a exhumar, bajo amenaza de que si no, iría nuevamente a la fosa común.
“El caso es difícil porque está la duda, después de ver todo lo que ha pasado, saber que el cuerpo que entregaron era o no, pero pues la familia fue presionada”.
Fiscalía violenta protocolos de identificación de cuerpos
Abiram Hernández, abogado acompañante del colectivo, afirmó que el desorden de la Fiscalía General del Estado, y de la Dirección General de Servicios Periciales, ha traído consecuencias dolorosas para familias quienes en algunos casos han buscado por años a sus hijos, sin saber que ya habían sido identificados y la FGE los había enterrado en fosas comunes.
A su consideración, la Fiscalía viola el protocolo internacional de identificación e inhumación de cadáveres en fosas comunes, pues no realiza de forma correcta las cadenas de custodia, ni hay certeza de que cruce información genética de desaparecidos con cuerpos enterrados en fosas del estado.
Apenas hace unas semana, el propio Fiscal General, Luis Ángel Bravo, reconoció que había un desorden en la Dirección General de Servicios Periciales, y que antes del 2014 no contaban con el sistema de identificación genética, y que a su llegada –en ese año-, trató de poner en orden en la identificación de cientos de desaparecidos en Veracruz.
¿Cuántas familias podrían localizar a su familiar en estas fosas?
El colectivo por la paz Xalapa, tiene más de 50 casos documentados, y el 90 por ciento de los familiares tienen elaborado los perfiles genéticos, sin embargo hay serias dudas sobre la identificación de cuerpos hallados en fosas clandestinas
Para empezar, no hay coordinación entre los fiscales investigadores y quien lleva las carpetas de cuerpos hallados en fosas.
Aun cuando la fiscalía ha informado que el programa de ADN funciona, y se hacen los cruces de información, el sistema tiene fallas evidentes.
Por ejemplo, mencionó el caso de un madre que buscó a su hijo por varios meses, hasta que le informan que está detenido en Pacho Viejo.
“Es increíble que para ser detenido pasó por la fiscalía, y no hay cruces de información detenidas, y desaparecidas, algo tan elemental no lo están haciendo, sino lo hacen con los detenidos que están en la fiscalía, menos lo hacen con personas no identificadas, falta un sistema de trabajo que pueda hacer los cruces”.
También existe duda sobre los cuerpos hallados antes del 2014, cuando aun el programa de pruebas genéticas no existía: “¿Qué hacían con esos cuerpos? ¿Cómo los identificaban? ¿Hicieron el cruce genético? ¿Cuántas familias podrían localizar a su familiar en estas fosas?”. Se pregunta el integrante del colectivo por la paz.
Apenas en mayo de este año, la Fiscalía dio a conocer la inhumación de 80 cuerpos no identificados e informó a los grupos de colectivos de familias desaparecidas que hubo confronta de perfiles genéticos “pero es información que no es pública, solo informan a la familia, y no tenemos certeza de los resultados”, dijo.
Servicios de periciales no tienen cuerpos sin identificar
Apenas a finales de julio, integrantes del colectivo solicitaron el permiso para acceder a los registros periciales, y se corroboró lo que temían: Que no hay orden ni registros recientes en los libros sobre los cuerpos sin identificar que llegan.
“Ahí deberían estar el 100 por ciento de los cuerpos, sea por muerte violenta, la ley marca hacer la necropsia, deberían tener un registro cuando son personas identificadas, igual sucede con los no identificados, no existen”.
Afirmó que en los libros el último registro es de julio del 2016, antes no hay nada. Y menos especifica si fueron identificados.
Flavia Morales/Avc