José Librado Basilio Hazas, estudiante de quinto semestre en Ingeniería Civil y consejero suplente de la Facultad de Ingeniería Civil, forma parte del equipo de atletismo de la Universidad Veracruzana (UV) en la disciplina de salto con pértiga, donde ha obtenido una medalla de plata y el octavo lugar nacional en 2014.

El joven relató que sus inicios en dicha disciplina fueron en 2012: “Fue mi primera olimpiada nacional, yo jugaba basquetbol y un amigo me invitó al Estadio Xalapeño, ahí entrena un equipo fuerte llamado ‘Expertix’ con el profesor Héctor Ruiz Escalante, son jóvenes que continuamente viajaban a diversas competencias, traían medallas y eran campeones en diversas categorías; empecé a correr con ellos y el profesor me invitó a probarme para integrarme al equipo”.

Refirió que desde niño siempre le gustó hacer ejercicio y el hecho de observar a quienes practicaban el salto con pértiga le llamó mucho la atención, “me gusta hacer mucho ejercicio, pero ver a los chavos volando es bien padre, y practicarlo es otra cosa”.

En cuanto a sus participaciones como estudiante universitario, comentó que ha representado a la UV durante dos años en la Universiada Nacional y en la Olimpiada Nacional; por otro lado, ha representado a Veracruz en 2012 y en 2014, donde obtuvo la medalla de plata en la categoría Sub 23, y logró el quinto lugar en la competencia nacional de primera fuerza de atletismo y terminó ubicado en el octavo lugar a nivel nacional.

Este año sufrió una lesión ocasionada por dos desgarres consecutivos en el muslo, lo que le impidió realizar un buen papel, a pesar de haber asistido a la Universiada Nacional Puebla 2014.

“Me lesioné un poco por irresponsabilidad mía, porque fue una temporada en que no me daba mucho tiempo de comer en casa; tenía clases por la mañana, después a comer y posteriormente a entrenar en la USBI, pues por un tiempo estuvo cerrado el estadio para la celebración de los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Al no calentar bien y correr en la gravilla, poco a poco me fui lastimando y terminó en un desgarre”.

Tras preguntarle cómo ha logrado mantener el régimen de entrenamiento y organizar sus horarios para asistir a clases, el joven deportista explicó: “Al principio había tensión con mi papá, sobre todo porque no me veía estudiando y (en casa) decían que no estaba toda la tarde; si bien no entrenas cuatro horas seguidas necesitas calentar, hacer estiramientos y te llevas las cuatro horas, entonces al principio me preguntaban si no estudiaba o qué hacía durante tanto tiempo.

”Realmente siempre quise estudiar Ingeniería Civil, al menos desde la prepa, incluso cuando empecé con el atletismo y al día de hoy mis padres están orgullosos, les gusta mucho que haya tomado mis decisiones y que haya luchado realmente por lo que quiero. Eso me lo han dicho y tienen la medalla colgada en casa.”

José reconoció que ha sido complicado adaptarse ya que en la preparatoria es fácil porque hay un horario corrido por la mañana, luego a la casa, por la tarde a entrenar y por la noche regresas.

“Con el MEIF cuesta un poco de trabajo acomodar los horarios a tu conveniencia y a las necesidades de tus actividades extracurriculares, hasta cuarto semestre había podido acomodar mi horario en la mañana para tener la tarde libre; ahora, en quinto semestre hay materias que ya necesitaba tomar y solamente se ofrecen en la tarde, por lo que tuve que adaptar mis entrenamientos. Pero cuando hay mucha tarea, ni modo, hay que entender que somos estudiantes deportistas, y no deportistas estudiantes.”

Sobre el apoyo que le han brindado para su preparación física, comentó que en la Facultad de Ingeniería Civil, a todos los profesores a los que les he comentado su situación lo han tomado bien. “Cuando salimos a competencias puedo justificar mis faltas con el apoyo de la Dirección de Actividades Deportivas (DADUV), incluso como es salto con garrocha les agrada porque no es un deporte muy común, he tenido bastante apoyo”.

Basilio Hazas explicó que el salto con pértiga es la prueba más técnica del atletismo, “además necesitas mucha velocidad, control del cuerpo, explosividad y sobre todo mucha concentración porque es la única prueba del atletismo que implica también un riesgo mortal pues debes saltar cinco metros y si caes fuera del colchón y te golpeas la cabeza puedes morir. Un amigo me dijo que realmente es la única prueba en el atletismo donde arriesgas la vida”.

Destacó que en realidad no hay un día normal en la preparación del atleta porque debe hacer muchas cosas: “En ocasiones se practica el salto, se ejercita la fuerza, haces pesas, se realizan ejercicios de estiramientos y todos los días te preparas psicológicamente porque implica muchísima concentración y si no tienes la cabeza fría nunca podrás hacer un buen salto”.

Al hacer memoria sobre los recuerdos más significativos que ha tenido a lo largo de su formación atlética, José Librado mencionó que el momento más difícil fue cuando tuvo una lesión ya que debió asistir con varios médicos, buscar apoyo en la Universidad, en su familia y en varias clínicas. “No podía salir de la lesión porque estaba desesperado por entrenar para poder saltar, tenía una competencia encima, me recuperé a medias, fui a competir pero lamentablemente no pude saltar, realmente fue bastante triste y duro para mí”.

Por otro lado, narró que el momento más feliz ha sido cuando subió al podio para recibir una medalla de plata, “no se compara con nada. Quizás hay otros momentos agradables pues en esta disciplina no hay nada mejor que cuando saltas, sueltas la garrocha, pasas la varilla, y cuando vas cayendo comienzan los aplausos. Es muy bonito porque te preparas todo un año para un salto que durará unos 10 segundos, de los cuales ocho serán de carrera”.

Asimismo, el joven recalcó que practicar un deporte ofrece muchas ventajas: “Fortaleces el carácter a base de disciplina y de coraje para luchar por las cosas que quieres, aprendes a caer y levantarte, incluso a trabajar en equipo, a escuchar a tu entrenador. Claro que también hay otra parte que tiene que ver con combatir el sedentarismo, estar activo físicamente, sentirte y verte bien con tu cuerpo, puede ayudarle a tu corazón y a tu mente”.