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Latinoamérica va sobre dos ruedas, en bicicleta

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Los latinoamericanos están cada vez más enamorados de sus bicicletas, que cada vez son más adaptadas a la idiosincrasia de los latinos.

Los latinoamericanos están cada vez más enamorados de sus bicicletas, que cada vez son más adaptadas a la idiosincrasia de los latinoamericanos. A fuerza de interminables horas desperdiciadas en el tránsito, un transporte público muchas veces deficiente y la búsqueda de una vida más sana, las dos ruedas se han logrado imponer cada vez con más fuerza en las principales ciudades de la región.

Un artículo del Banco Mundial menciona que hasta hace unos años, las bicicletas eran iconos indiscutibles de urbes europeas como Ámsterdam, Copenhague o Barcelona. Pero ahora se abren paso entre vendedores de comida ambulante, parques y calles que aunque no siempre son aptas para transitar a pedales, son los típicos paisajes de las calles latinoamericanas.

No es para menos. Transportarse en bicicleta alivia los dilemas citadinos de la segunda región más urbanizada del mundo.

Se estima que unas 450 millones de personas viven en las ciudades latinoamericanas y la mayoría de ellos luchan diariamente contra la congestión vehicular y la contaminación atmosférica que causa la creciente motorización: el 70% de las emisiones de CO2 de las urbes proviene de autos y motos.

Argentina representa esta tendencia a la perfección, siendo uno de los países más urbanizados de América Latina, con más del 89% de su población viviendo en zonas urbanas de más de 2.000 habitantes.

Así, desde la construcción de cientos de kilómetros de ciclo vías, préstamos para la compra de una bicicleta y hasta innovadores sistemas de bicicletas compartidas, las ciudades más importantes de Argentina se sumaron a esta tendencia creando sus propias recetas para lo que podría ser el principio del fin del reinado del protagonista indiscutido de las urbes del país: el auto.

“Las mejoras en movilidad son también un catalizador para mejorar la calidad de vida y crear ciudades más inclusivas”, explica Verónica Raffo, especialista en transporte del Banco Mundial. “Las personas que viven en las ciudades están reclamando que los espacios públicos vuelvan a ser de los vecinos. Esto significa tener más espacio de calidad para caminar, para andar en bicicleta y para disfrutar entre pares”, sostiene la experta.