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UV trabaja para ser un faro en tecnología aeroespacial mexicana
La Agencia Espacial Mexicana (AEM) busca a corto plazo (2020 o 2025) tener un satélite con 65 por ciento de manufactura nacional, donde la Universidad Veracruzana (UV) podrá tener una participación importante, expresó Agustín Gallardo del Ángel, profesor de la Facultad de Instrumentación Electrónica.
“Los estudiantes de Instrumentación Electrónica ya están muy preparados para desarrollar electrónica. Mi interés es que ellos puedan desarrollar una metodología que los lleve a culminar una misión o un proyecto, que la tengan muy clara y definida para empezar un proyecto y terminarlo, desde la lluvia de ideas hasta el cierre.”
Para lograr tal propósito, dijo el profesor-investigador, impartirán cursos a los universitarios, cuyo fin es prepararlos para participar en concursos como el de CanSat que se realiza en Texas, Estados Unidos, en corto plazo, y para colaborar en la AEM a largo plazo.
“La idea es formar capital humano que pueda tener las capacidades tecnológicas y metodológicas para generar un proyecto tecnológico. Queremos aprovechar esto para motivar a los estudiantes a que participen en concursos internacionales, pero de ahí, que tenga la habilidad de plantearse un proyecto y generar su propia empresa o desarrollar tecnología en una empresa.”
Mencionó que México no destaca en la carrera espacial, a pesar de que está entre los primeros 20 países que producen manufactura de esta índole, pues hay empresas instaladas en el centro del país y en la zona fronteriza con Estados Unidos.
“Lo que queremos es formar en Veracruz el recurso humano para que sea visto como un faro de desarrollo de la industria espacial”. Si bien se trata de una tarea titánica, “hay que empezarla algún día”, dijo.
Agustín Gallardo del Ángel presentó la conferencia “Introducción al proyecto CanSat”, el 14 de octubre, como parte de las actividades de la Semana Mundial del Espacio México 2014 “El espacio guiando tu camino”.
Expuso ante los estudiantes en qué consiste el concurso CanSat, que cada año se desarrolla en Texas, Estados Unidos, y en el que participó en 2008.
Para elaborar un CanSat se requiere de un equipo multidisciplinario, pues se trata de un satélite del tamaño de una lata de refresco cuya misión puede ser recoger datos o efectuar retornos controlados, y se usan como introducción a la tecnología espacial por su pequeño costo.
“Su potencial puede ser lo que nos dé la imaginación, puede ser fotografía de altura, telemetría, retransmisión de fotografía, telecomunicaciones, lo que se nos pueda ocurrir. A nivel de instrumentación, una idea de un colega es medir emanaciones de dióxido de carbono y retransmitirlas, y así prevenir quemas clandestinas, por ejemplo en el Cofre de Perote”, explicó.