"¡No mames, pinche Chícharo!" gritaron casi 100 voces al unísono al minuto 92, en el tradicional bar 'Papaloapan' de esta ciudad, cuando Javier Hernández cerró una oportunidad clara de gol, que habría sido la segunda anotación a favor de la Selección Mexicana, en su debut en el Mundial de Brasil.

Entre cervezas, cigarros y caldos de camarón, decenas de aficionados del 'Tricolor' festejaron el único gol de México en el partido contra la selección de Camerún, y mentaron 'madres' en dos ocasiones que les anularon goles que eran legítimos.

"¡Puto árbitro!", lanzaron a los minutos 11' y 29' del primer tiempo, cuando el central colombiano anuló dos goles que había anotado Giovani Dos Santos: "¡Venga Gio!, ¡otro así!"

Un par de cervezas se cayeron al suelo por el festejo de la anotación de Oribe Peralta, cuando los presentes se levantaron de la mesa para gritar "¡gooooooooooool!" y repartir abrazos por doquier. El ambiente se tornó más amigable y familiar después del minuto 61'.

Los americanistas y anti-cruzazulinos se hicieron ver cuando el arquero de México, Paco Memo Ochoa, realizó una atajada casi al final del encuentro, lo que provocó aplausos y ovaciones para el ex portero del Club América.

Algunos otros aficionados fueron más ecuánimes y objetivos, y argumentaron que la atajada había sido de "trámite" y que José de Jesús Corona también hubiera sido igual de efectivo.

Las playeras de México abundaban en el Papaloapan, verdes y negras, pero al final de todo la alegría, el sufrimiento, la impotencia y el enojo eran compartidos.

Al finalizar el partido, los aficionados se retiraron del bar, ninguno con "copas de más", pues por ser viernes, algunos debían regresar a sus respectivos trabajos y por lo tanto guardaron mesura al momento de beber unas cuantas cervezas.