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Vecinos de Coatzintla, defraudados y damnificados; esperan ayuda del gobernador

  • José Martín
Familias regresaron después del Disturbio Tropical al fraccionamiento Casas Geo con el riesgo latente.

Coatzintla, Ver.- Los vecinos damnificados por el disturbio tropical 90 L regresaron al fraccionamiento Casas Geo a pesar del riesgo de colapso que presentan las viviendas tras el deslizamiento de tierra, que sufrieron con las lluvias del pasado sábado 7 de junio.

Las diez familias evacuadas el fin de semana decidieron regresar a la zona de peligro ya que no localizaron a la empresa inmobiliaria a quien pretendían exigirle la reparación de las afectaciones en los edificios, y al municipio le pidieron actuar con procedimientos jurídicos para hacer pagar a los responsables del fraude.

El director de Protección Civil de Coatzintla, Hipólito Fernández Gómez, declaró que algunas de las personas regresaron a sus domicilios dañados, otras decidieron hospedarse en casa de sus familiares y algunas más, se instalaron en las residencias desocupadas de ese fraccionamiento para mantenerse a salvo del peligro que dejó la tormenta tropical 90 L.

El área devastada por los derrumbes de tierra aún representa riesgos de deslaves debido a que también colapsó el muro de contención que la constructora cimentó, con tierra y escombros, sobre el caudal del arroyo que cruza la unidad habitacional Casas Geo. La superficie permanece acordonada.

Los domicilios con mayores riesgos de colapso son los marcados con los números 208 al 216 de la calle Hacienda de las Zarzas. En esa zona se derrumbó parte de la estructura del canal de escurrimientos de aguas, y a su vez, las lluvias fracturaron el concreto hidráulico de las escaleras y las paredes de al menos 15 departamentos, que además tienen hundimientos.

Por ello, dijo Hipólito Fernández, el personal de Protección Civil mantiene operativos de revisión en las áreas afectadas para evacuar de inmediato a los vecinos de ese sector habitacional en caso de presentarse nuevos deslaves de tierra y de los propios edificios que pongan en mayor riesgo de los pobladores.

De igual forma, aseguró que las autoridades municipales están a la espera de la llegada de los geólogos acreditados por la Secretaría de Protección Civil (SPC) del estado para que determinen el grado de peligro del área naranja que también mantienen acordonada.

Alcalde espera que Duarte actúe contra los responsables

Tras presenciar la magnitud de las afectaciones, el alcalde de Coatzintla, César Ulises García Vázquez, declaró que sólo espera que el gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, proceda a emprender procedimientos jurídicos contra la empresa inmobiliaria a fin de apoyar a las diez familias damnificadas por este fenómeno climatológico.

En su recorrido sólo se limitó a decir, “que el gobierno del estado nos ayude a resolver con inversión en infraestructura hidráulica y saneamiento porque las casas ya presentan cuarteaduras”, cita una parte del boletín que emitió el departamento de comunicación social al día siguiente de la contingencia.

El sábado pasado el presidente municipal llegó al lugar acompañado de sus ediles para recorrer la zona afectada, y para tratar de consolar a las personas que temían perder su patrimonio a causa de las lluvias, que comenzaron desde la tarde- noche del viernes pasado y que no cesaron hasta después del mediodía del sábado.

Denuncias ignoradas

Desde hace casi dos años, los habitantes de Pueblo Nuevo exhibieron que entre irregularidades y con incumplimientos en el contrato de compra-venta, les vendieron las viviendas en el fraccionamiento Casas Geo, en Coatzintla.

El pasado 21 de diciembre del año 2012, los pobladores argumentaron que las casas eran fraudes pues la red de drenaje, la alcantarilla se les rompió y los residuos escurrían y se acumulan entre los terrenos, además de que los dejaban sin agua durante más de diez días consecutivos.

Los 479 edificios presentan daños en los pisos y las paredes, que con el paso de los años han comenzado a fracturarse, por lo que algunas familias abandonaron las casas, y sólo una tercera parte quedó habitada ante las múltiples deficiencias.

Además, durante las maniobras de ampliación del sector habitacional los inquilinos descubrieron que la constructora vació la tierra y escombros hacia el canal pluvial, y meses después les causó taponamiento en el arroyuelo y algunos encharcamientos en los patios de los domicilios.

Aún con las irregularidades, el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) les siguió cobrando los 1 mil 500 pesos anuales por familia, además de la mensualidad por la casa van desde 1 mil 900; la vivienda de sus sueños les costó aproximadamente 300 mil pesos, pero los precios varían de acuerdo a la ubicación y detalles que tenga.

A todas las casas les improvisaron el servicio de energía eléctrica con una planta de luz la cual funciona con diésel, pero al acabarse el combustible los dejaban en penumbras. Les prometieron regularizar la situación hasta que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) les otorgara el contrato.

Mientras tanto, en esos años como parte de los convenios, la empresa inmobiliaria les exigía cuotas de mantenimiento de áreas comunes y vigilancia en los accesos del núcleo poblacional.