• Periodismo

‘Periodistas de a pie’ celebra siete años de camino

  • Juan Eduardo Flores Mateos
Celebran con talleres y capacitaciones a colegas del país.

México, DF.- Después del 20 de mayo de 2007 el periodismo en este país no volvió a ser igual, pues se fundó la Red de Periodistas de a Pie. 

Un grupo de periodistas, en su mayoría mujeres, decidió reunirse en un café de la Ciudad de México porque querían llevar los temas sociales que manejaban a las portadas de los periódicos. 

"Nuestros reportajes eran lo primero que desechaban cuando necesitaban espacio para poner una esquela, porque son los temas menos importantes para los periódicos", dijo Marcela Turati, una de las fundadoras, en una de las pláticas del encuentro "Tejiendo Redes", realizadas en su séptimo aniversario.

Por ello ese grupo de reporteras decidió reunirse, porque querían capacitarse, hacer las cosas diferentes; consiguieron talleristas como Mónica Gónzalez, colega chilena y María Teresa Ronderos, de Colombia, a quienes consideran madrinas de la red.

“Queríamos ser mejores narradoras, queríamos capacitarnos, por eso las de Excélsior nos juntamos con las de enfrente de El Universal, surgió un grupo de periodistas llamados De Esperanza, nos fuimos conociendo y conformando”, dijo Marcela.

De los que empezaron el proyecto quedan los siguientes fundadores: Marcela Turati, Elia Baltazar, Daniela Rea Gómez, Daniela Pastrana, Verónica García León, María Teresa Juárez, Thelma Gómez Durán, Margarita Torres y a quien consideran su cuota de género en la red: Alberto Nájar.

Las cuatro etapas

Las integrantes de Periodistas de a Pie consideran que los siete años como red de periodistas se dividen en cuatro etapas.

La primera cuando decidieron que tenían que hacer algo para llevar esos temas sociales, que consideraban importantes, a las portadas de los periódicos nacionales en los que trabajaban.

“El hecho de conformarnos como grupo, de organizarnos para acudir a las reuniones que empezaban a las diez de la mañana y se alargaban a las seis de la tarde, de dejar a la familia por reunirnos, de organizarnos para cuidar a los hijos de Thelma o de Nájar”, recordó Elia.

Es decir, la etapa de robarle horas a los días festivos y al sueño después de las jornadas laborales.

La misma etapa en la cual decidieron el nombre en una votación y en la que la mayoría se burlaba de ellas llamándolas “chancludas”, “periodistas descalzas”.

La segunda fue una de aceptación, de encaminar la primera, admitir lo “ignorantes” que eran.

“Fue esa etapa de transitar, del primer escalón, admitir qué tan ignorantes éramos, admitir que no sabíamos nada, que éramos muy ignorantes, saber que íbamos a jugar del lado del que regularmente no se gana, del lado ajeno al poder”, recordó Elia.

La tercera etapa fue llegar a los estados donde la violencia azotaba y asediaba a la prensa.

“Fue una especie de catarsis, de escuchar lo que vivían. Sabíamos qué existía, pero no sabíamos a qué grado; fue donde supimos que no debería existir ningún periodista más muerto”, recordó Pastrana.

Uno de los sucesos que marcó esta etapa para que la Red tomara el rumbo, que quería seguir fue el secuestro de reporteros de una televisora en Torreón por parte de un comando armado.

“La vida de los compañeros se estaba decidiendo en una mesa, el panorama era desalentador, y sentíamos que llevábamos las de perder, la vida de los compañeros se estaba decidiendo en una mesa de ejecutivos, de ahí la campaña “los queremos vivos”.

Ahí sucedió una marcha en la que reporteros marcharon sin nombre de medio, aunque algunos temían que los corrieran de su trabajo.

“Yo voy, pero no digas que vengo de tal medio porque me van a correr”, recordó Elia que le decían algunos compañeros.

La campaña fue tan fuerte que aunque al principio los dueños de los medios quisieron amordazar a sus empleados, al final terminaron aceptando que se hiciera con la condición de que no mencionaran el nombre de las empresas.

“Fue increíble ver cómo teníamos más apoyo por gente del extranjero que por los medios de aquí, eso hizo que los dueños de los medios al ver el impacto que tuvo la campaña dejaran marchar a sus reporteros con la condición que no mencionaran su medio”.

El grupo se dividió porque unas pensaron que eso era activismo y no periodismo, porque unos decidieron salir a la calle y protestar, decir que no era normal las agresiones a reporteros.

“Ahí la red tomó el rumbo que debía tomar, salimos a la calle y protestamos, comprendimos que nadie más en los estados debería de sentirse solos”, explicó Elia.

Esta etapa dio pie a la última: la del torbellino de actividades entre talleres, encuentros y conferencias para la capacitación de los reporteros en los estados.

“Desde entonces no hemos parado, aquí seguimos organizando esto, organizando lo otro, institucionalizando la red, registrando, yo todavía no puedo conocer cuál es la visión de la red”, recordó Pastrana.

Aunque han tenido varias dificultades, la red ha superado adversidades.

Aunque el camino todavía es largo y en el viaje muchas personas han ayudado, como los becarios Gonzalo, Celia, Ximena, Lucía y Edith, piensan que todavía les queda mucho por hacer.

La forma en la que celebraron estos siete años fue compartiendo conocimiento a través de talleres de seguridad digital, derechos humanos, redes de periodistas.

Y aunque sean un grupo inspirador que ya se replicó en algunos estados como Ciudad Juárez, lanzan una recomendación:

No quieran ser como nosotras porque nosotras somos el anti ejemplo de lo que se debe hacer.

A lo mejor y piensan que son el anti ejemplo de mantenerse al margen y sin voluntad de cambiar las cosas como sucede en muchos estados del país.