Convencido de que la poesía no está hecha de ideas, emociones ni  sentimientos, sino de palabras, el poeta mexicano Ricardo Cázares (1978) incursiona a través de su más reciente poemario, titulado Es un decir, en la tradición del poema largo.

Editado por la Dirección General de Publicaciones (DGP) del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Cázares explicó que para él, la poesía larga cambió su manera de escribir, “fue un descubrimiento el darme cuenta que lo que estaba escribiendo no podía acotarse ni podía cerrarse, sino que había un campo abierto por explorar”.

Entrevistado por Conaculta, el autor de libros como ^ (Editorial Aldus, 2013) y Drivethru (Editorial Compañía 2008), dejó en claro que su interés gira en torno a que los poemas sean descubrimientos que revelen una vida oculta y desde esa perspectiva consideró que los mejores poemas son aquellos que por sí solos revelan ideas, pensamientos, sensaciones y emociones, es decir aquellos que “están enredados por sí solos en esas palabras”.

Creo, dijo sobre su obra, que si hay una idea que recorre todo mi trabajo, es la búsqueda o registro del asombro o la extrañeza que hay ante la vida, ante el vivir.

En este sentido, se mostró convencido de que una percepción lleva al lector inmediatamente a la siguiente “y empieza a formarse una cadena de palabras y de líneas que crean formas, y la forma es una extensión del contenido, de la misma manera que el contenido es una extensión de la forma; de algún modo el poema extenso se desarrolla porque el material así lo exige”.

No obstante, aclaró que su propuesta de poema largo se aleja de la tradición mexicana de José Gorostiza, autor de Muerte sin fin y de Octavio Paz con su poema Piedra de sol.

“Creo que mi propuesta puede encajar más en una tradición del poema extenso norteamericano, que ha sido muy importante para mí. Desde hace muchos años he leído y he traducido a poetas norteamericanos como Ezra Pound (1885-1972), específicamente Cantares, o los poemas Máximus de Charles Olson (1910-1970), e incluso Ark  de Ronald Johnson (1935-1998); hay una larga tradición en el verso largo norteamericano”.

Al hablar acerca de su más reciente libro, Cázares comentó que bien “se puede leer como un poema extenso, como un solo texto, como un solo poema”, aunque, “yo lo leo como tres secuencias de poemas interconectados, que creo forman un todo indivisible, por lo que es importante entenderlo como un solo proyecto”.

También habló sobre su proceso creativo: “no me siento a escribir a partir de una idea, casi siempre escribo a partir de una palabra, de una línea, y a partir de esa línea se desarrollan casi siempre los poemas en un solo momento, de un tirón y cuando más me gusta un poema es cuando me revela algo que yo no sabía, cuando me sorprende el poema mismo y digo nunca me hubiera imaginado que este poema que comencé a escribir hace una hora iba a terminar diciendo eso que dice”.

Abundó: “si hay una idea que recorre mi trabajo es la búsqueda del asombro o la extrañeza que hay ante la vida, ante el vivir”.

Lo que hace un buen poema, explicó, es potencializar las emociones, potencializar las ideas y creo que en ese sentido mi trabajo, pone mucha atención en las palabras, en la respiración, en la relación que tengo con el lenguaje y con la realidad a través del lenguaje y esas emociones, esa extrañeza ante el mundo esos afectos con los que uno vive se potencializan en los poemas”.

Concluyó: “aunque el poema está hecho de palabras, es una cosa material, es una cosa física, y a veces olvidamos que los poemas están hechos de nosotros mismos, de nuestro cuerpo. Olvidamos el proceso que hay físico y mental para producir una palabra, el cuerpo hace un montón de funciones para producir un sonido y la idea de que esos sonidos producen sentido me parece que es la base de la poesía”.

El poemario Es un decir, se presentará el miércoles 12 de marzo en el Museo del Estanquillo a las 19:00 horas.