En su afán de reducir a la incompetencia política a sus némesis partidistas tricolores y azules, desplazados por Movimiento Ciudadano que florece en crecimiento electoral a contrario sensu de la mermada salud de su hacedor, Dante Delgado Rannauro, al Movimiento de Regeneración le crecen los enanos.
Un estudio de Buendía & Márquez, encargado por El Universal reflejó que, por vez primera, desde su registro como partidos, ni el PAN ni el PRI son la segunda fuerza política en el país.
Resultado de una encuesta nacional en vivienda de Buendía & Márquez, el segundo lugar lo ocupa hoy Movimiento Ciudadano (MC), rumbo a las elecciones intermedias de 2027.
De acuerdo con la encuesta, Morena domina las preferencias electorales para la Cámara de Diputados con 46%, seguido de MC con 10%, el PRI 8%, el PAN 7%, el Partido Verde 5% y el Partido del Trabajo (PT) 3%.
La diezmada oposición, reducida en su margen discursivo a bravatas de cantina que sólo alcanzan campanazos mediáticos intermitentes, no conforma un dique al avance avasallador del movimiento.
Los enemigos, en reproducción fiel de la dialéctica marxista aplicado en Morena que lleva en sí el germen de su propia destrucción, son, en tiempos aliancistas, las rémoras que ahora asfixian al partido fundado por Andrés Manuel López Obrador.
El Partido Verde Ecologista de México dobló a Morena en la ley anti nepotismo, prorrogando su entrada en vigor hasta el 2030.
En la praxis legislativa, el aliado se agrandó tanto que hizo ver débil por un lapso de 24 horas a la presidenta Claudia Sheinbaum, quien recompuso la plana con la irrupción de Luisa María Alcalde Luján, quien dijo que Morena aplicará el precepto moral, que no ley, que cerrará el camino para que funcionarios emanados de su movimiento no palomeen a sus familiares cercanos a un puesto de elección popular.
El Partido del Trabajo es un enano que creció al amparo de Morena. Alberto Anaya Gutiérrez esgrimió la prepotencia y soberbia de Morena como argumento disruptor de la alianza en Veracruz.
Entrado en gastos de autosuficiencia, inflado el ego por factores externos, el PT dejó la aldea morenista y se marchó.
Los aliados inmediatos son agentes erosionantes en el Movimiento de Regeneración Nacional.
Los caballos de Troya que Morena subestimó en una relación codependiente, tutelada por la supervivencia gracias al amamantamiento de la madre nutricia, son quienes socavan la vida del movimiento. Son los reales enemigos.
En lógica deductiva, los tránsfugas de los otros partidos se refugian en Morena y sus enanos crecidos para seguir en el socavamiento tempranero de la cuatrote. La aldea veracruzana tiene varios ejemplos.
En San Andrés Tuxtla se teje una sociedad incomprensible, a contra natura de la hoja de ruta marcada por la gobernadora Norma Rocío Nahle García, donde personajes políticos disímbolos e irreconciliables en tiempos pasados inmediatos urden jugadas de ajedrez en reparto de las posiciones municipales venideras.
En un extraño crisol electoral, Jorge Carvallo Delfín y Gustavo Fararoni Magaña unen fuerzas en una lealtad fraguada en la complicidad, más allá de la amistad.
Luego del 13 de marzo se definirá quién siglará candidato a la alcaldía en la coalición Sigamos Haciendo Historia (Morena–Verde), sin embargo, existe mucha incertidumbre en torno a esta sociedad y quienes están acostumbrados a vivir del erario municipal se muestran preocupados, amarrándose el dedo por todos lados, hasta la abyección de hacer amarres en lo oscurito.
Un caso específico es el regidor Omar Martínez Aranda, emanado del Partido Revolucionario Institucional (PRI), cuyo titiritero es Jorge Carvallo Delfín, saltimbanqui del PRI al Verde Ecologista, quien enchalecado con verde limón teje amarres para sembrar a sus alfiles en la próxima comuna en maniobras anticipadas que le permitan conservar sus parcelas de poder.
Hace unos días en una residencia ubicada en el Club de Golf de Xalapa se reunieron Jorge Carvallo Delfín, el diputado por Los Tuxtlas, Rafael Fararoni Magaña y Omar Martínez Aranda, con quienes está negociando una regiduría o de ser posible hasta la sindicatura para María de Jesús Vergara Moranchel, quien también estuvo presente en esta reunión.
Estos tratos tramados en la oscuridad de la noche política arrojan dos hipótesis:
La primera es que a espaldas de la gobernadora Norma Rocío Nahle, la gran electora, Juan Javier Gómez Cazarín y Rafael Fararoni Magaña hacen sus enjuagues por aquello de las recochinas dudas que no salgan palomeados en la candidatura de Morena, tragándose su orgullo de tanta rencilla que tuvieron en el pasado, pero que, de no aliarse, estarían en peligro de quedarse en la RENATA (Reserva Nacional de Talentos), o séase, chiflando en la loma.
La segunda hipótesis es que Rafael Fararoni Magaña, en su loco frenesí por ser alcalde de San Andrés Tuxtla, estaría traicionando –bajo la premisa que el fin justifica los medios– a su amigo, mentor y hacedor político Juan Javier Gómez Cazarín; aunque –sostienen los malquerientes del hoy delegado de Bienestar– que la cercanía que mantenían en el pasado inmediato más bien obedeció a que Cazarín olió los negocios que podían hacer juntos.
Luego de esta reunión, la protegida de Omar Martínez Aranda anda crecida en el municipio, pregonando a los cuatro vientos que las encuestas que levanta Morena son puro simulacro; que ella ya tiene amarrada una regiduría como mínimo, con la posibilidad política de escalar a la sindicatura de la próxima comuna de San Andrés Tuxtla.
Habría que ver lo que piensa la gobernadora Rocío Nahle de estas acciones desleales de quienes se dicen morenistas y que por sus venas corre sangre azul, roja y ahora quieren sumarle verde, pero lo más interesante es ver qué acciones toma para alinear a estos morenistas que se quieren pasar de la raya.
...del mismo costal.
En este entramado de complicidades de personajes disímbolos e impresentables que intentan colarse por el traspatio al Movimiento de Regeneración Nacional, la connotación es que a la gobernadora le quieren desdibujar el orden en las nominaciones a los mil 54 cargos de elección popular.
Se perciben intenciones aviesas de sembrarle bombas de tiempo para descontrolar políticamente al estado en sus demarcaciones municipales.
Se vislumbra que los Comités Municipales de Morena están conformados por personajes que traen el sello del anterior titular de la Secretaria de Gobierno, hoy refugiado en Yucatán.
Lo más factible es que los candidatos –palomeados a priori por estos comités municipales– sean candidatos que apoyaron en abierto vociferaban que el candidato a gobernador sería el sedicente representante de la negritud veracruzana.
En Actopan, la encuesta de Morena fue severa y extremadamente sesgada porque sólo arrojó dos nombres en las preguntas de los encuestadores: Eduardo Utrera Carreto y Francisco Eguia Parra, ambos herederos de la corriente promovida por el ausente vocero de la tercera raíz.
La gente se percata de las encuestas cuchareadas.
Cuidado con jugar con la confianza de los actopenses.
… de otro costal.
La Semiología aplicada en las formas en la Septuagésima Séptima Legislatura, donde hermeneutas y Mandrakes desmenuzan los mensajes futuristas de lo que será la elección municipal en Veracruz y Boca del Río.
En el discurrir de la sesión legislativa del jueves 27 de febrero, la diputada morenista Bertha Ahued Malpica repartió panes a sus compañeros legisladores, en lectura obligada del avance inexorable, imparable, medible y visible del Movimiento de Regeneración Nacional en la conurbación Veracruz-Boca del Río, último reducto de indeseables e innombrables que ahora se cubren con la capa magenta, ocultando su maldad azul.
«Queda un PAN en Veracruz… y hasta el hambre se le quitó a la gente», decía la diputada.
Habrá que esperar que dice marzo.
Anteriores

Periodista, conductor de radio, maestro universitario, reportero.