El fin de semana, Héctor Yunes Landa dio muestra de su altura política, profesionalismo, carácter y ser hombre de palabra. No importó que el presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, maniobrara para apartarlo de su aspiración para convertirse en candidato a gobernador de Veracruz por la “Coalición Fuerza y Corazón por México”. 

La encuesta ordenada por “Alito” favoreció al diputado peroteño José Francisco Yunes Zorrilla y el de Soledad aceptó los resultados en aras de la unidad. “Estoy convencido - escribió en sus redes sociales - que en este proceso nadie ganó y nadie perdió, porque aún no hemos vencido a nuestros verdaderos adversarios, ni hemos alcanzado la mayor de nuestras aspiraciones: sacar a Morena de Palacio de gobierno y garantizar un cambio de régimen mediante una nueva alternancia”. 

Ese temple lo agradeció con amplia cortesía “Pepe”. Hay unidad, como acordaron ambos, previamente, y poco a poco, miles de veracruzanos que siguen apoyando al combativo Héctor,  aplaudieron ese posicionamiento, y, por el bien Veracruz, van sumándose al proyecto de la Coalición que, ya se sabe, enfrentará una elección de estado que viene ampliándose desde hace tiempo con actos anticipados de campaña, intervención de autoridades, desde el presidente y gobernador hasta secretarios, subsecretarios, directores, alcaldes y diputados a favor de los abanderados morenistas, uso de recursos ilimitados para tapizar la entidad de propaganda con espectaculares y bardas, acarreo de personal burocrático y gente subvencionada a mítines, uso de vehículos oficiales a favor de la candidata oficial y otros actos ilegales. 

Será una lucha desigual, frente a la cual tendrán que marchar sin dividirse, y convenciendo a los indecisos de corregir en 2024 el error cometido en 2018. En sólo cinco años, aquel tsunami electoral se convirtió en un fenómeno destructivo para el país, el que hoy sufre de mayor corrupción y más violencia (casi 169 mil homicidios dolosos, el mayor número registrado en un sexenio, y los que faltan ante de que concluya el actual), con masacres diarias y graves índices de asaltos, secuestros, feminicidios y creciente cobro de piso; hospitales públicos abandonados, sin mínimo equipamiento para atender enfermos y sin medicinas, en perjuicio de los más pobres, con creciente desempleo que ha aumentado la migración de personas hacia el vecino país norteamericano, con el mayor endeudamiento que se había registrado en la historia del país, actos de abuso de autoridad contra opositores y ciudadanos en el estado que siguen en la cárcel y el embate a instituciones autónomas como el Instituto Nacional Electoral, el Instituto Nacional de Acceso a la Información y la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ésta última, a la que se pretende desaparecer como actualmente se encuentra para que esté sometida a la voluntad del poder presidencial. 

Lo importante es lo que viene, y lo harán con unidad, contra lo que apostaban en el gobierno y su partido. La sociedad observa este comportamiento de madurez de quienes, dentro de seis meses, podrían convertirse en sus gobernantes. Eso cuenta, y va en contra de quienes pretenden ganar, al costo que sea, para prolongar un partido que, en su debut, por sus errores, escándalos, ineptitud y falta de sensibilidad, está despidiendo del poder.
 

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