Minoricracia y hampones electorales
- Rafael Arias Hernández
Cinismo y descaro en acción.
Urge autentificar la democracia, no simular ni distorsionar su esencia y existencia, frente a un autoritarismo que aumenta con el hampa electoral, que desde el gobierno se fortalece y alimenta para mantener minoría en el poder.
Autoritarismo costoso y ramplón, de abusos y excesos, ineptitud y corrupción. Minoricracia impuesta e ilegítima
Paradójicamente. Por un lado es inocultable que ciudadanos y sociedad exigimos, por todos los medios y de todas las formas, gobiernos responsables y legítimos, eficientes y confiables.
Pero por el otro, es notorio que no solo no les importa, sino que además no hay mayor interés en atender y fomentar, presencia y participación activas, individual y colectiva, a pesar de las múltiples muestras de inconformidad, rechazo y condena a los malos y peores gobernantes y funcionarios públicos
DESTRUCTORES, DISTRACTORES Y DETRACTORES
A la costosa forma que administran, endeudan y debilitan o destruyen instituciones.
A la creciente desaparición forzada de miles de millones de pesos de un presupuesto supuestamente autorizado, cuya fiscalización da risa y pena.
Al inocultable provecho y ventaja que le sacan a casi todo programa y actividad oficial.
A esto y más hay que agregar, como principio y fin de su injustificada y perjudicial representación gubernamental, su cada vez más descarada acción detractora y delictiva, en todo proceso electoral.
Insistir e insistir. Además de destructores. Ya es costumbre comprobar sus innumerables formas de beneficiarse y enriquecerse en lo personal, familiar o grupo; pero también, no menos importante es más bien tener siempre presente, que para sus propios fines y objetivos político-electorales, hacen uso de impresionantes capacidades y esfuerzos. Si así hicieran su trabajo y atendieran a la población, otros serían.
En efecto, lo mismo ponen y disponen de personal, equipo y recursos públicos, como de atribuciones de instituciones y dependencias oficiales. Usan y abusan de reglas y disposiciones para condicionar, desviar y fomentar clientelismo político de programas oficiales, particularmente asistenciales, de desarrollo social, de auxilio y rescate,
ACTA GANA A VOTOS; SENTENCIA A TODOS
No pues sí. Así como no. Se puede presumir pero no hacer, el conteo de voto por voto y casilla por casilla. ¿Pero cuánto cuesta? ¿Y sobre todo, es confiable? Veracruz con el voto más caro del país.
Respecto al costo no les importa, “siendo dinero sale barato y si es público más”. Y de su credibilidad y confianza, de la validez y legitimidad de los resultados se encargan profesionales y especialistas, conocidos como mapaches o consultores.
Total no se olvide. La democracia no es de votos triunfadores, sino de acta que gana a votos. Asegurarse del documento, adquirirlo y hasta comprarlo es objetivo central; si es en blanco y firmado mejor.
Y si fallan votos, el acta no se puede alterar y los resultados son adversos. Entonces hay que tener presente que sentencia gana a actas y a votos.
Recuérdese que todo está en el mercado, desde candidatos alquilados, financiados o comprados para que no protesten, dividan al electorado y sirvan de comparsas; hasta autoridades que no hacen nada y todo lo justifican.
MINORICRACIA GANA A DEMOCRACIA
En nuestro esfuerzo por fortalecer y mejorar nuestras formas de representación pública y, en especial, del buen gobierno no debe olvidarse lo esencial.
Democracia es el gobierno de la mayoría y no de la minoría; su esencia, origen y destino está en la participación permanente, no solo en la elección de fecha en fecha. Ayer, hoy y siempre, gobernar al gobierno es el reto.
¿Cómo puede y debe legitimarse un gobierno?
Para empezar, debe tener el respaldo y apoyo de la mayoría; y debe legitimar siempre, cada uno de sus actos, tanto en legalidad, como en apoyo. Indispensable credibilidad y confianza ciudadana y social.
De ahí que se debe evitar el abstencionismo significativo y el desinterés conformista. Participar siempre, una obligación.
De ahí que se reconozca que la soberanía radica en el pueblo. Quien tiene y tendrá todo el derecho de fiscalizar y evaluar, formar y cambiar el gobierno.
Ser ciudadano no es asunto de abyectos y serviles, ni de esclavos, súbditos, siervos, vasallos y conformistas.
Matemáticamente es más simple: debe conocerse la voluntad del electorado que, debe ser mayoritaria (50 por ciento más uno). Importante saberse en quien se deposita confianza y poder público, mecanismos como la segunda vuelta pueden ayudar; y también la revocación de mandato que permite a electorado y sociedad liberarse o deshacerse de malos o peores gobiernos.
El caso es que con frecuencia, no vota ni el 50 % de la lista nominal o padrón; y de lo que vota se fragmenta y divide, para que resulte triunfadora una minoría mayor. En Veracruz el Gobierno del Estado, en términos generales, ha quedado en manos de una minoría mayor que no representa o no ha tenido más del 25 % del electorado.
¿Hasta cuándo nos vamos a seguir engañando?
Por qué seguir permitiendo que proliferen los jugosos negocios electorales y la notoria hampa electoral patrocinada y sostenida principalmente desde el gobierno o incluso desde el crimen organizado.
De ahí que no es raro que se elogie la teoría y práctica, del popular y padecido principio: “el que no tranza no avanza”
Veracruz padece, una “Minoricracia” o gobierno de la minoría mayor, llena de ineficientes y delincuentes.
En consecuencia, hay que tener presente que uno de los más grandes desafíos de nuestro tiempo, consiste principalmente, en fortalecer derechos y justicia, libertades y bienestar social.
Para ello es necesario transformar las instituciones públicas democratizando su uso, haciendo que funcionen y, desde luego, liberándolas de ineficientes y delincuentes.
Imprescindible participar y no solo ir a votar. Hay que vigilar y denunciar toda actividad delictiva de los malhechores electorales y sus cómplices en el gobierno; y sobre todo, exigir tanto a electos como a contratados, cumplimiento puntual de deberes y obligaciones, así como de compromisos y promesas de campaña.
Urge que en verdad se enfrente y erradique la corrupción y la impunidad gubernamental. Aplicación a todos de la ley. ¿Continuidad o cambio?
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Actualmente es Investigador del IIESES y maestro de la Facultad de Economía de la UV.
Cuenta con Licenciatura en Economía, por la Universidad Veracruzana. Obtuvo mención honorífica Cum Laude. Maestría en Economía con especialización en Desarrollo Regional y sub especialización en Historia del Pensamiento Económico. Salt Lake City, Utah. USA. Diplomado por la U.V. en “Habilidades del Pensamiento”. Alta Dirección AD2 Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas. (IPADE). Becario en los programas Lincon-Juárez y LASPAU. Asesor académico y maestro de Enseñanza Media, Esc. De Bachilleres Noc. “Art. 3º Constitucional”, Xalapa, Ver. Maestro en la Facultad de Economía, y de la Maestría en Desarrollo Regional. Historia Económica, Desarrollo Económico, Desarrollo Regional, Taller de Investigación, Metodología, Habilidades del Pensamiento y otras cátedras. Maestro en “Técnicas de Debate” de la maestría en Acción Política y Administración Pública, de la Universidad Anáhuac. Xalapa, Ver.
Director General Técnico y Secretario General de la Universidad Veracruzana.
En el Gobierno Federal, fue Delegado Estatal de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial en Veracruz, y Director de Desarrollo Regional en SPP. En el Gobierno del Estado de Veracruz ha sido Asesor Económico, Jefe de Prensa y Comunicación Social, Director General del Instituto Veracruzano de Cultura, Director General de Industria, Comercio y Estadística, Coordinador de Participación Ciudadana, Coordinador Ejecutivo del Comité de Planeación para el Desarrollo (COPLADEVER). SEFIPLAN, (2010)
Miembro de diversas Asociaciones Civiles y ciudadanas, como el Colegio de Urbanistas y Planificadores, el Colegio de Economistas; la Fundación Cambio XXI A. C.; y de la Fundación Colosio A.C. Colaborador de diversas revistas y publicaciones académicas. Articulista de diversos periódicos, y de otros medios de comunicaciones nacionales, estatales y municipales.