La semana pasada, durante la sesión extraordinaria en el Congreso de Veracruz, un diputado del PRI, sólo uno, se atrevió a criticar la iniciativa enviada por el Gobernador para aumentar el impuesto a la Nómina.

El priísta Ricardo Ahued, empresario metido a político, fue breve, preciso y conciso en la tribuna del Poder Legislativo respecto de la inconveniencia de incrementar un gravamen en tiempos de crisis.

Ahued dio información importante al manifestar que votaría en contra de la voluntad del Gobernador, y lo dijo con cierto hartazgo.

En Veracruz el Producto Interno Bruto se está yendo al suelo y empresas importantes están cambiando su dirección fiscal al Distrito Federal, es decir no pagan impuestos en Veracruz.

Ricardo Ahued informó que Tamsa y una papelera, no dijo el nombre pero  la única en el estado es Kimberly, ya contribuyen en otra ciudad.

Reclamó a su grupo político,  o sea, a los diputados del PRI y al propio Gobernador, que aumentaran un impuesto que afectará a los empresarios cuando en su vida han creado un empleo, pagado Seguro Social y demás prestaciones.

La crítica fue dura y en sus declaraciones a la prensa recriminó, sin mencionar a su partido, que en la Legislatura se aprueban leyes que patean a los ciudadanos.

Ahued está enojado.

La respuesta del Gobernador tuvo lugar durante su conferencia lunática.

El impuesto, dijo,  no afectará a los empresarios pequeños porque sólo pagarán 1 peso con 60 centavos al día por cada uno de sus dos ó tres empleados. La mayor recaudación vendrá de los grandes empresarios e industrias.

Ricardo Ahued tiene muchos, muchos empleados. Él crea empleos y paga prestaciones. Por supuesto que está harto y más si conoce la condición de algunos de sus compañeros de gremio que enfrentan la falta de pago por parte del Estado y pérdidas a causa de la inseguridad.

Ahued sabe que algunos empresarios se han ido del estado por que han sido objeto de la delincuencia.

Supongo, y sólo supongo, que entre algunos diputados del PRI, los que piensan, hay hartazgo por la forma en que se dan las cosas.

Supongo, y sólo supongo, que el hartazgo crecerá cuando tengan que vitorear como su nuevo líder a Alberto Silva, quién el domingo será ungido como Presidente del CDE del PRI.

Alberto Silva es un político formado en las filas de Fidel Herrera. Alberto atendía a la prensa, le hicieron Presidente Municipal, Coordinador de Comunicación Social y Diputado Federal. Ahora será líder del priismo Veracruzano e intentará, supongo, contener a los senadores Pepe Yunes y Héctor Yunes, quienes aspiran a tener la candidatura a Gobernador del Estado, en el PRI.

Ambos, priistas que dejaron pasar muchas cosas en su partido, deben estar hartos, supongo.

Por cierto que el Gobernador también les dio un golpecito a los medios de comunicación, les dijo que deberían de tener más clientes y no sólo a él y que sí les está pagando lo que les debe.

Supongo, y sólo supongo, que ya hay hartazgo en algunos medios de comunicación.

Entre los ciudadanos la cosa está igual, hay hartazgo en el ambiente y una frase predomina entre quienes hablan de política: "¡que ya se termine este sexenio, que ya se vaya!"

Hay hartazgo.