Carta de una Rescatista, Animalista, Activista...algo así
Muchos deben creer que paso la vida sentada en la computadora buscando “perritos” o “gatitos” para difundir, que soy “sensiblera”, cursi, fanática, “radical”.
Que no tengo otra cosa que hacer en mi vida que ir por ahí rescatando animales…Incluso muchos deben pensar que lo hago porque no he logrado tener “vida propia”, o porque me “sobra el tiempo”... o porque me “sobra el dinero”.
Otros más drásticos deben pensar que “soy molesta” con publicaciones de animales heridos, maltratados, que les “arruinan sus muros o sus correos” o fomentando el Veganismo.
Y otros, claro está, piensan que soy una “heroína”, o algo por el estilo, que todo lo puedo, todo lo resuelvo, nada me afecta, siempre salgo adelante, no necesito ayuda de ningún tipo, y peor aún, algunos creen que es mi “obligación” responder a “absolutamente todos” los pedidos de ayuda.
Pues la realidad es que nada de lo que piensan, si pensaron algo de lo anterior, es mi realidad…nada…ni un extremo ni otro… Tampoco es la realidad de otros como yo…
Mi vida, como la de tantos otros Animalistas, o más bien gente que ha recuperado su sensibilidad y respeto puro hacia la vida, es simple y sencillamente eso, una vida…Una vida como la de cualquier otra persona, con el agregado de un sentimiento extra muy profundo, y con el egoísmo de hacer todo lo que esté a mi alcance para “dormir tranquila” por las noches, mis poquísimas horas diarias.
Una vida responsable de 143 animales rescatados, que todos los días se levantan y demandan atención y cuidados especiales a las 6 de la mañana, domingos incluidos y por las noches, con una familia que atender, una profesión que me costó muchos años de estudio (soy Médica), un trabajo, y un cuerpito pequeño, que muchas veces me dice basta, agotado a mas no poder.
Una vida construida sobre un sueño que parece a veces imposible, pero que me mantiene viva, un proyecto al cual le tengo toda la “Fe del Mundo”, y que intentará modificar en “algo” el rumbo sombrío que lleva el destino de los animales, incluidos los humanos. Un Proyecto al cual le dedico “horas salud”, “horas sueño”, “horas bienestar”, “horas amor”.
Y además de esto, una vida que “casi diariamente”, rescata uno o más animales. ¡Sí! aunque no lo vean, o no lo crean, diariamente rescato uno o más animales del maltrato, del abandono, de la soledad, de la desorientación, del sufrimiento ocasionado por la única especie malvada y depredadora, la humana.
Porque todos los que hemos recuperado la sensibilidad y retomamos el camino de la consciencia, y los que estamos en Grupos, Asociaciones y Santuarios, eso hacemos. Vivimos saturados rescatando y procurando, no sólo a los que se nos cruzan por el camino, sino a los que personas “no tan comprometidas con la causa, ni tan informadas de la verdadera problemática”, nos reportan diariamente. También vivimos tratando de legislar, de hacer consciencia en la sociedad, de encontrar estrategias para “vender el producto” de la libertad animal en su esencia.
¿Y por qué esta reflexión resumida de la vida simple de una Animalista, Rescatista, Activista? Porque necesitamos ayuda…
Necesitamos que no sólo denuncien la tragedia en nuestros muros y en nuestros correos o teléfonos. Necesitamos que no sientan que “sólo denunciando” o “compartiendo”, ya ayudaron a un animal en sufrimiento. Simple y sencillamente porque no es así. Simple y sencillamente porque no siempre podemos acudir a rescatarlo a tiempo. Simple y sencillamente porque muchos mueren porque si no lo hacen ustedes, nadie podrá ir por ellos…
Los Animalistas, cuando no vamos por los animales que nos reportan, además de entristecernos profundamente y agobiarnos pensando en El, en que no podremos rescatarlo por diferentes razones; cuando nos es imposible hacerlo, nos sentimos partícipes de su sufrimiento…
¿Vamos entendiendo?
No dormimos, nos angustiamos, nos deprimimos y jamás dejamos de ir sólo por desidia o desinterés, lo hacemos porque no podemos más. ¡Entiéndannos por favor! Es un pedido de ayuda y de participación. Súmense a la causa, pregúntennos cómo hacerlo, lean, estudien, aprendan, involúcrense, salven vidas.
Si yo puedo, si nosotros podemos, Tú puedes. Nosotros algún tiempo fuimos como Tú, no sabíamos hacerlo, nos daba miedo, nos daba terror ¡qué digo!
No teníamos los conocimientos, pero teníamos el corazón.
Entonces Tú también puedes aprender a ayudarlos, y así serán muchos más los animales, de todas las especies, que saldrán del sufrimiento. ¡Créeme! Por eso piénsalo. Tú puedes ser un rescatista y activista por los animales igual que nosotros…
Haz algo más que reportar, nosotros podemos enseñarte si preguntas. Si te involucras nosotros podemos ayudarte, y puedes sumar esfuerzos. Te prometo que sí puedes.
“La era está “pariendo un corazón”…no puede más…se muere de dolor…hay que acudir corriendo, pues se cae el porvenir…” Tú, yo y los que hoy estamos aquí, debemos acudir. Nuestro Mundo se muere sin nuestro compromiso y sin nuestra voluntad de ayudarlo a cambiar de rumbo.
He dicho….y pido perdón a todos los animales que hoy no pude acudir a rescatar. Y pido al destino me provea el dinero necesario para atender dignamente a los que sí pude rescatar (porque sí se necesita dinero) Y pido a la vida un espacio en el corazón de un adoptante, para que los finales felices tan merecidos por Ellos, cada día sean más numerosos y de calidad.
Porque si no, estamos perdidos…
Mi solidaridad con todos los Animalistas, porque todos y cada uno, son los verdaderos amantes de la vida misma. Porque lo esencial está delante de nuestros ojos, sólo hay que sentirlo…