Recesión económica a la veracruzana
- Rafael Arias Hernández
¿Cuál prosperidad? Si esto es para adelante, ¿Qué será para atrás?
¿Finanzas públicas sanas, positivas, equilibradas, fuertes, superavitarias, resistentes, blindadas y bla-bla-bla?
En la realidad real, a todos adeudan. Preciso recordarles que es su obligación informar puntualmente del total de deuda pública, no sólo de una parte.
Vox populi, pobres veracruzanos, obligados a entrarle al “sistema de paguitos”, “de a cómo no”, el “diezmo nuestro de cada día, dánoslo hoy y se te pagará mañana”, ¿diezmo? Barato, hay que “caerse con mas”.
ECONOMÍA DE MAL EN PEOR.
Según el Indicador Trimestral de Actividad Económica Estatal (ITAEE), del INEGI, de enero-marzo de 2014.
Con (-0.7 %), Veracruz ya es el tercer peor lugar nacional, en decrecimiento económico. Y eso que se dice que es líder en inversiones en el país. Aunque no es lo mismo inversión que declaración.
Por lo pronto sólo superado por Campeche en penúltimo con (-1.1); y por el último lugar compartido, en el que están Sinaloa, Baja California y Morelos, con (-1.6).
Imparable, la economía veracruzana en la misma ruta no va hacia adelante, más bien va para atrás.
Resultados obvios o consecuencias inocultables.
Hambre y pobreza crecientes, con programas asistenciales y de desarrollo social en aumento; muchos con frecuencia manipulados, condicionados y sujetos a “ordeña” por gestores y administradores. Unos y otros, todos convertidos en “minas de oro” del clientelismo electoral y el acarreo político.
Entidad con fuentes de trabajo insuficientes, con pocos empleos nuevos, mal remunerados y limitadas prestaciones. Abundancia de desempleados, informales, subempleados, y dependientes.
Una deuda pública total, estatal y municipal, sin cuantificar ni difundir. Ocultada, manejada discrecionalmente y por partes. Deuda pública asfixiante y no comprobada, sin listas de obra pública, ni de inversiones productivas, como establecen las leyes.
Economía estatal afectada por inseguridad y violencia. Con baja inversión privada y poca inversión pública, concentrada en el gobierno federal. Con poca atención y estímulo a los empresarios locales.
Con disminuida y mínima obra pública, con todo esto y más, Veracruz alcanza su segundo trimestre consecutivo con decrecimiento económico, esto es con crecimiento negativo.
La novedad es que no hay novedad. El estado próspero padece desaceleración, estancamiento, contracción y hasta recesión. Una a una o todas a la vez, se pueden observar en los últimos trimestres.
VERACRUZ COMO EL CANGREJO.
En la entidad, de muchas formas, ya se viven y padecen los efectos de una recesión, de una persistente caída de la economía.
Hay que tener presente que, internacionalmente se coincide con la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas (National Bureau of Economic Research) de Estados Unidos, que considera o define como recesión, al crecimiento negativo o decrecimiento continuado, por dos o más trimestres consecutivos, de la actividad económica representada usualmente por el Producto Interno Bruto.
En efecto, la situación recesiva es comprobable en fuentes oficiales: el cuarto trimestre del 2013, fue de (-1.68%); y para el primer trimestre de 2014, resultó de (-0.73%).
En contraste, hay que resaltar que a nivel nacional, al mismo marzo de 2014, por su alto nivel de desempeño, en porcentaje, destacaron diez estados: Aguascalientes (9.8), Zacatecas (8.8), Colima (6.3), Michoacán (6.3), Baja California Sur (6.2), Coahuila (5.3), Chiapas (5.2), Guanajuato(5.0), Querétaro (4.9) y Chihuahua (4.4).
La media nacional fue de (1.8), misma que para Veracruz quedo lejos.
Lo preocupante de la situación es que amenaza con empeorar; y lo asombroso, es que ante una alerta de riesgo, ante el peligro inminente o padeciéndose efectos negativos, se continúe con el mismo discurso e igual práctica oficial, del “no pasa nada y todo va bien”
Ante la evidencia y consecuencias de la crisis, es injustificable que se continúe con las mismas y obsoletas políticas, programas y prácticas gubernamentales, para obtener, como ya se sabe, los mismos o peores resultados, más costosos e inefectivos.
Sólo para apuntarlo, en la entidad veracruzana siguen mal agricultura, ganadería y actividades primarias en general; y también se reporta peor, el sector secundario, que continua reduciéndose, las actividades industriales siguen decreciendo, en notoria contracción.
ALERTAS Y PRONÓSTICOS PREOCUPANTES.
Es más, como es costumbre, es posible que los presuntos responsables, prófugos potenciales o próximos renunciantes también tiendan a ignorar, minimizar o manipular la ultima reducción al pronóstico de crecimiento de la economía mexicana, a la cual, hay que insistir y recordarles, que la economía veracruzana pertenece y depende.
Hace unos días, la Comisión de Estudios para América Latina (CEPAL) nuevamente corrige y reduce a 2.5 por ciento y no al 3.0, el crecimiento esperado para México el presente año. Incluso, analistas del sector privado también recortaron, por séptimo mes consecutivo las perspectivas a un 2.56 por ciento. (Jornada y Universal. 02 y04 del 0814)
Y hay que decirlo: todavía algunas fuentes nacionales e internacionales, aseguran que la expectativa se va a reducir más.
Mientras tanto, ante persistentes o recurrentes crisis económicas no hay acciones preventivas, ni cambios en estrategia. Notorio dominio de ineficiencia y mediocridad, de irresponsabilidad y corrupción del imperio de más de lo mismo.
Se ignora y menosprecia a conveniencia, vieja, antiquísima enseñanza.
Prevenir es mejor que lamentar.
Aunque, cuando menos, sorpresivamente los legisladores federales, tal vez influidos por la realidad o por acción divina, en el contexto de las leyes secundarias de la Reforma Energética, han elaborado y propuesto un mecanismo, al cual se pueda recurrir, en caso de que México entre en una crisis económica, asociada con una caída del Producto Interno Bruto (PIB), de los ingresos petroleros o en la recaudación de impuestos, derechos y productos. (Excelsior.040814)
Independientemente de cuáles sean finalmente, la estructura y funciones que en su caso se aprueben. Hay que reconocer que es alentadora la intención preventiva, siempre y cuando también quede claro que hay que revisarla, para vigilar y asegurarse de que verdaderamente sirvan y se utilicen para la estabilidad, seguridad y bienestar social.
En fin no más de lo mismo o peor. La recesión económica a la veracruzana ahí está, sólo hay que preguntarle a los millones que la padecen y viven a diario. @RafaelAriasH
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Actualmente es Investigador del IIESES y maestro de la Facultad de Economía de la UV.
Cuenta con Licenciatura en Economía, por la Universidad Veracruzana. Obtuvo mención honorífica Cum Laude. Maestría en Economía con especialización en Desarrollo Regional y sub especialización en Historia del Pensamiento Económico. Salt Lake City, Utah. USA. Diplomado por la U.V. en “Habilidades del Pensamiento”. Alta Dirección AD2 Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas. (IPADE). Becario en los programas Lincon-Juárez y LASPAU. Asesor académico y maestro de Enseñanza Media, Esc. De Bachilleres Noc. “Art. 3º Constitucional”, Xalapa, Ver. Maestro en la Facultad de Economía, y de la Maestría en Desarrollo Regional. Historia Económica, Desarrollo Económico, Desarrollo Regional, Taller de Investigación, Metodología, Habilidades del Pensamiento y otras cátedras. Maestro en “Técnicas de Debate” de la maestría en Acción Política y Administración Pública, de la Universidad Anáhuac. Xalapa, Ver.
Director General Técnico y Secretario General de la Universidad Veracruzana.
En el Gobierno Federal, fue Delegado Estatal de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial en Veracruz, y Director de Desarrollo Regional en SPP. En el Gobierno del Estado de Veracruz ha sido Asesor Económico, Jefe de Prensa y Comunicación Social, Director General del Instituto Veracruzano de Cultura, Director General de Industria, Comercio y Estadística, Coordinador de Participación Ciudadana, Coordinador Ejecutivo del Comité de Planeación para el Desarrollo (COPLADEVER). SEFIPLAN, (2010)
Miembro de diversas Asociaciones Civiles y ciudadanas, como el Colegio de Urbanistas y Planificadores, el Colegio de Economistas; la Fundación Cambio XXI A. C.; y de la Fundación Colosio A.C. Colaborador de diversas revistas y publicaciones académicas. Articulista de diversos periódicos, y de otros medios de comunicaciones nacionales, estatales y municipales.