El descubrimiento por parte de elementos de la Marina de una fosa clandestina en la cuenca del Papaloapan de la que se han exhumado unos 40 cuerpos hasta el momento de escribir estas líneas, ha provocado una reacción generalizada de horror, vergüenza y estupefacción entre los veracruzanos, así como en el resto del país.
La mayoría de los restos encontrados en el rancho que fuera propiedad de un ex alcalde de la región están desmembrados, con huellas evidentes de tortura. Los forenses que tienen la tarea de acomodar las extremidades con lo que queda de los cuerpos, como en un rompecabezas macabro, no dan crédito de la salvaje escena que deben presenciar. La bestialidad humana en su punto máximo.
Hasta ahora, la identidad de muy pocos cuerpos ha sido reconocida. Los familiares de decenas de desaparecidos en la zona de Cosamaloapan a Tres Valles se agolpan en la morgue para ver si no está entre los muertos alguno de los suyos, al menos para darle sepultura y aliviar un poco el dolor de la pérdida. El luto perenne que embarga a Veracruz desde hace al menos cuatro años se reaviva con una intensidad directamente proporcional a la crueldad de los asesinos, para quienes la vida de un ser humano vale menos que nada.
Lo más probable es que la mayoría de los restos encontrados vayan a parar a una nueva fosa, una común. Sin nombre. Sin una familia que los llore. Sin un pasado qué rememorar. Sin una flor en su sepulcro. Probablemente muchos eran migrantes centroamericanos que, en la búsqueda de mejorar su condición de vida, encontraron la muerte más espantosa, entre el dolor más insoportable y la aún más brutal indiferencia.
Las autoridades están calladas, evitan el tema. “Se está investigando”, dicen en escuetos boletines que no aportan ningún dato relevante. “Los operativos de seguridad y blindaje regional están dando resultados”, declaran frívolamente mientras de las fosas siguen saliendo cuerpos que desde la muerte les gritan que mienten.
Dos tragedias se entrecruzan y llenan de sangre el territorio veracruzano: la de los migrantes y la de los desaparecidos que por centenas se cuentan en el estado. Ninguna encuentra una respuesta satisfactoria. Sólo excusas, simulaciones y desdén. Los deudos no encuentran la paz. Los muertos no pueden descansar.
Nadie responderá por estos crímenes. Los asesinos no tienen rostro para las autoridades de todos los niveles de gobierno, aunque todos saben en dónde están. La detestable impunidad volverá a ser la conclusión de uno de los capítulos más horrendos de la historia de Veracruz.
Lo más grave es que la realidad aún oculta bajo tierra es inimaginable, luciferina. De un solo punto se han sacado 40 cuerpos. ¿Cuántas fosas clandestinas habrá a lo largo de todo el estado, cuya extensión territorial es de 71 mil 826 kilómetros cuadrados?
El sacerdote Alejandro Solalinde, reconocido protector de migrantes que por esa misma causa ha recibido constantes amenazas de muerte así como acoso gubernamental, declaró alguna vez que Veracruz era una enorme fosa común, por la gran cantidad de inhumaciones clandestinas que deben extenderse de norte a sur del estado.
Desgraciadamente, no se equivocó. Y la tierra se abre ahora para gritárnoslo.
Email: [email protected]
Twitter: @yeyocontreras
Anteriores
Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP). Inició su carrera en el periodismo como reportero gráfico en el Diario “Cambio”, en 1995, en la ciudad de Puebla, siendo aún estudiante.
Fue Subdirector fundador de Diario “AZ Veracruz” y Subdirector de Información en Diario “AZ Xalapa”.
Entre 2005 y 2006 participa en el proyecto periodístico colectivo “Horas Extra”, el primer periódico gratuito que se publicó en el estado de Veracruz, y del cual fue uno de los fundadores e integrante del Consejo de Redacción.
De 2006 a 2014 fue Director Editorial de Grupo Líder, que edita la revista Líder en los estados de Veracruz y Puebla.
Actualmente es colaborador de la revista etcétera, del noticiario radiofónico “Infórmese” de EXA FM en la ciudad de Matamoros, Tamaulipas, y autor de la columna “Rúbrica”, que se publica en diferentes medios de comunicación, impresos y digitales.