Lo comentamos ayer en este espacio: se soltó la “cargada” en apoyo “espontáneo” a la gubernatura de dos años que, hasta este momento, sólo es un mito de la picaresca política jarocha.

Cámaras empresariales, barras de abogados, partidos, columnistas y políticos de variada calaña salieron a pronunciarse casi al unísono en favor de que se reforme la ley para que el próximo Gobernador lo sea solamente por dos años, y que su sucesor sea elegido en 2018 junto con el siguiente Presidente de la República.

Más allá del supuesto “beneficio” económico que implicaría tener elecciones concurrentes en una sola jornada electoral para todo el país, llama poderosamente la atención esta repentina unanimidad. Sobre todo porque, hasta hace muy poco, únicamente Acción Nacional traía esa propuesta en su agenda y era desdeñada por la clase política priista local. El empresariado ni enterado estaba de su existencia.

En cambio, ahora hasta el “PRD rojo”, en voz de su “dirigente” Sergio Rodríguez Cortés, salió a impulsar la propuesta, aunque a su manera: que haya Gobernador de dos años, pero que no lo elijan los ciudadanos. Que lo designe el Congreso del Estado.

La lectura que hay que darle a esta suma de acontecimientos es que hay un interés más que evidente, impulsado desde las más altas esferas del poder en la entidad, por promover una figura política y legal que no solamente no estaba en la agenda estatal, sino que implica realizar cambios en la Constitución de Veracruz, junto con la “armonización” de la legislación federal en materia electoral, lo cual sería una verdadera bronca a la hora de la negociación en el Congreso local.

A menos, claro, que ya esté “planchado” el tema con los partidos de oposición, como parece ser, y se vaya en pos de una reforma cuyos grandilocuentes titulares ya podemos vislumbrar: “histórica y unánime reforma política en Veracruz”. “Los partidos se pusieron de acuerdo y votan por la gubernatura de dos años”. “Ganó el consenso por el bien del estado”, y cosas por el estilo.

¿Por qué el Gobierno del Estado apoyaría con semejante enjundia una propuesta que originalmente hizo el PAN? La única respuesta razonable es porque existe una negociación de por medio con el blanquiazul, lo que plantea varios escenarios.

Por un lado, si se llega a legislar la gubernatura de dos años, eso dejaría prácticamente fuera de esa contienda a todos los Yunes aspirantes a la gubernatura. Ni Pepe, ni Héctor ni Miguel Ángel estarán interesados en ejercer el poder dos años, de manera meramente transitoria. Como dijimos ayer, el proyecto de cada uno es sexenal.

En ese caso, ¿quién sería el beneficiado con esta machincuepa legal? Indudablemente que el preferido de palacio de gobierno es el coordinador de Comunicación Social Alberto Silva Ramos, quien podría con esto ver despejado el camino que hasta antes de este debate se veía, más que sinuoso, intransitable para él.

Detrás del “PRD rojo” y su repentino interés por asuntos que no sean “farolear” con la bandera de la izquierda se nota la mano del secretario de Gobierno, Erick Lagos Hernández. Por eso la propuesta de un Gobernador “designado” y no electo popularmente.

En el PAN, el usufructuario de la reforma sería el coordinador de la bancada blanquiazul en la LXIII Legislatura, Julen Rementería del Puerto, quien en un posible escenario electoral adverso al PRI en 2016, resultaría más conveniente como sucesor de Javier Duarte para el actual grupo gobernante que Miguel Ángel Yunes Linares, con quien el encono no tiene vuelta de hoja ni marcha atrás.

Y hay un cuarto convidado al banquete bianual: el notario público y ex procurador general de la República Ignacio Morales Lechuga quien, como mencionamos en esta columna a manera de primicia hace unos meses, cuenta con el respaldo y simpatía del presidente Enrique Peña Nieto y estaría por ser incluido en la lista de candidatos plurinominales del PRI a una diputación federal.

Es por ese motivo que los tres Yunes, José, Héctor y Miguel Ángel están decididamente en contra de que se llegue a hacer realidad esa reforma. Y en contraparte, por esa misma razón es que la impulsan sus adversarios.

Aquí lo que valdría la pena preguntarle a los políticos que sólo ven por sus intereses es si una gubernatura de dos años le serviría a Veracruz para resolver alguno, sólo alguno, de los enormes problemas que enfrenta.

Si en seis años no pueden…

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