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  • Sociedad

Veracruz incluye a las mascotas en ley de violencia vicaria

  • Alba Alemán
La Coalición de Activistas por los Derechos Animales alertó que en el 60% de los casos de violencia vicaria se utilizan a las mascotas.

Xalapa, Ver.- La Coalición de Activistas por los Derechos Animales en Veracruz alertó que en el 60 % de los casos de violencia vicaria, los agresores maltratan a las mascotas como una forma de ejercer poder y control sobre las mujeres.

Con la reciente aprobación de la ley de violencia vicaria en Veracruz se reconoció que los animales de compañía también pueden ser víctimas indirectas de este tipo de agresión, al ser utilizados como instrumentos para dañar emocionalmente a las mujeres.

La coalición destacó que en numerosas ocasiones han tenido que intervenir para ayudar a mujeres que buscan recuperar a sus mascotas, retenidas por sus agresores con el fin de lastimarlas psicológica y emocionalmente.

Según una encuesta realizada en Xalapa, el 40 % de las mujeres víctimas de violencia vicaria reportaron que su agresor golpeó a su mascota, mientras que el 20 % señaló que el temor por el bienestar de sus animales les impidió abandonar el hogar donde sufrían violencia. Además, en el 15 % de los casos, los hijos o hijas presenciaron los ataques contra los animales.

Ante esta situación, la coalición celebró la reforma al Código Penal y otras leyes estatales que tipifican la violencia vicaria y reconocen el maltrato animal como un mecanismo de agresión dentro de este fenómeno.

“El Congreso del Estado de Veracruz ha tipificado la violencia vicaria, extendiendo la protección a los animales que también sufren en contextos de violencia. Desde la coalición hemos acompañado a muchas mujeres que luchan por salvar a sus mascotas de manos de sus maltratadores. Ahora tenemos más herramientas para ayudarlas y proteger a los animales. Celebramos esta decisión que protege a quienes no tienen voz y fortalece la lucha contra la violencia”, expresó la organización.

La reforma define la violencia vicaria como aquella que sufren mujeres y personas gestantes cuando los agresores dañan a un tercero para perjudicarlas, ya sean sus hijos e hijas, familiares o, en este caso, sus animales de compañía.

Activistas que impulsaron esta modificación legal destacaron que, en su labor, han documentado numerosos casos donde los agresores utilizan a las mascotas como un medio de coerción y daño emocional, reafirmando la urgencia de visibilizar y sancionar esta forma de violencia.