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Domingo de Ramos: Inés, 68 años vendiendo palmitas en Xalapa

  • Alba Alemán
Más que una labor para la ciudadanía, es una tradición para su familia, relató

Xalapa, Ver.- Desde que tiene memoria, Inés de 68 años, teje palmitos para el Domingo de Ramos junto a la Iglesia de San José, ubicada en el corazón de Xalapa. Aunque las décadas han traído cambios en la tradición de entretejer la palma, para ella esta labor permanece como un acto de fe en familia que trae sustento a sus descendientes.  

Desde pequeña, su padre, originario de Tehuacán, Puebla, alistaba las maletas, cargaba las hojas de palma y partía con ella hacia la capital del estado de Veracruz. Acá, tejían y tejían los palmitos para comercializarlos por mayoreo o de manera individual, sentados en la banqueta de la iglesia ubicada frente al callejónJesús te ampare”.

Más de 60 años después, ahora emprende el viaje junto a su hija y su nieto, quienes han descubierto otras técnicas para armarlos y que sean más llamativos para los marchantes que transitan por el mercado Alcalde y García, junto a la Iglesia San José. Sus palmitos son parte de la preparación para la Semana Santa que inicia con el Domingo de Ramos.

“Para nosotros es una tradición religiosa, pero también familiar, desde pequeña nos traía mi papá aquí. Tejíamos durante varios días y antes del mero día venían a comprarnos”, narra Inés, quien junto con su familia se une el primer domingo de abril a la devoción de conmemorar la entrada de Jesucristo a Jerusalén.

La Semana Mayor, en la que la pasión, la devoción, la historia y la herencia alcanzan una gran importancia para los católicos, comienza recordando cuando el pueblo recibió al mesías agitando dos de los elementos presentes en los árboles cercanos: las palmas y las ramas de olivo

Esta costumbre ha perdurado siglos, sin embargo los palmitos que tejen Inés y su familia se han modificado a lo largo de sus vidas. El palmito tejido en forma de Cristo en la cruz es regularmente comprado para poner en las ventanas o puertas de las casas después de ser benditos en la misa del Domingo de Ramos

Actualmente, los tejen en diferentes tamaños y formas, cada una con su significado. Han diseñado nuevos tejidos, como en forma de canasta a la que añaden semillas para la abundancia como el frijol y el maíz o les agregan flores. 

“Unos nos piden que lleven flores de manzanilla, nos dicen que los llevan a bendecir y que los guardan, cuando sienten un dolor, se hacen té con la manzanilla y con eso se curan”, cuenta sobre los palmitos tradicionales que con solo una hoja de palma en forma de trenza cuestan 25 pesos, pero los más pequeños y elaborados llegan a costar hasta 35 pesos.

La familia de Inés continúa con la tradición familiar de viajar cinco días antes del Día de Ramos para instalarse junto a la Iglesia San José. Durante ese tiempo, junto al mercado, reciben a sus clientes que cada año se acercan para realizar las compras de los palmitos, algunos para sus familias y otros para revender.

Estas cruces de palma serán requeridas un año después de ser benditos para quemarlos en el tradicional Miércoles de Ceniza: las familias las llevarán al párroco para que les marquen la cruz en la frente con los restos de lo que Inés, tejió un año antes.