• Xalapa

Pronto nos íbamos a casar: la tragedia de Luis, recolector de basura

  • Carlos Caiceros
Luis Antonio Sandoval trabajó desde el 25 de julio de 2017 cubriendo suplencias en el área de Limpia Pública de Xalapa

Mariela y Luis planeaban casarse por el civil este 2022 después de 5 años de unión libre y de procrear a 3 hijos. También registrarían a Elian Santiago y Lian Sebastián, sus mellizos, quienes tras la tragedia que conmovió a Coatepec y Xalapa ahora llevarán el nombre de su difunto padre.

“Él iba a ser Elian Santiago y él Lian Sebastián. Ya que pasó esto de que su papá ya no está con nosotros llegué a una conclusión. Platiqué con mis papás, con mis suegros, que a mí me gustaría que llevaran un nombre de él cada uno, en memoria de su papá.

“Ahora se llamarán Luis Santiago y Antonio Sebastián, en su honor”, explica Mariela, mientras carga en sus brazos a uno de los “cuatitos” que están por cumplir 6 meses. Con el corazón roto, la joven de 18 años y su familia abrieron las puertas de su hogar para contar la historia de Luis.

 

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Los deudos agradecen las muestras de cariño que han recibido tras el accidente del joven de 20 años, quien trabajaba en Limpia Pública del Ayuntamiento de Xalapa y falleció después de caer de un camión y golpearse la cabeza el pasado 23 de marzo.

Tanto Mariela, como sus suegros María Isabel Chama Conde y José Pablo Sandoval Melchor, coinciden en que Luis “vivió rápido” y en que tal vez su muerte prematura pueda ocasionar un cambio para mejorar las condiciones laborales de los recolectores en Xalapa.

Sobre todo, sostienen, a los trabajadores se les podría dotar de equipo de seguridad como cascos y garantizarles sus derechos a quienes carecen de una plaza y que, como Luis, cubren largas jornadas por un sueldo de suplencia comenzando su jornada a las 05:00 de la mañana, pero sin una hora de salida definida.

 

LO CONOCÍAN COMO “EL NIÑO”

Luis Antonio Sandoval trabajó desde el 25 de julio de 2017 cubriendo suplencias en el área de Limpia Pública de Xalapa. Cuando empezó a hacerlo tenía 15 años y debido a su complexión pocos creían que “aguantaría” este empleo.

Acababa de juntarse con Mariela del Carmen Alarcón, casi 2 años menor que él, una vez que optó por abandonar los estudios “para ponerse a trabajar”.

 

“En la telesecundaria tuvo problemas porque ya no quería estudiar (…); yo hablé con él, pero me dijo ‘mamá yo sólo voy a acabar la secundaria, yo no sirvo para estudiar, quiero trabajar y voy a sacar la escuela porque tú me dices”, cuenta María Isabel, quien se dice sorprendida de la voluntad que tuvo su hijo en su adolescencia.

 

Después de concluir la telesecundaria Luis también decidió salirse de su hogar, prometiendo que siempre estaría al pendiente de sus padres. 

“Como madre te duele, pero es la vida de mis hijos y yo le dije que no le iba a impedir que realizara sus sueños. Así lo hizo, él a los 15 años se salió de mi casa, conoció a su mujer y comenzaron a vivir juntos”, relata María Isabel.

 

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José Pablo se dice orgulloso del ímpetu de su hijo y sostiene que a cada lugar a donde iba “dejaba una huella”, lo que pudo corroborar con el aprecio que le demostraron sus compañeros luego de su accidente.

Comenta que, aunque nadie más en la familia compartía su afición, Luis era americanista de corazón y si bien le gustaba jugar al fútbol optó por enfocarse de lleno en su familia, sobre todo una vez que procreó a Ian Matheo, su primer hijo que hoy en día tiene 2 años.

Luis fue católico y monaguillo en una iglesia de Coatepec, además de participar en el coro “Talita, cumi” cuyos miembros también lo recuerdan con afecto y le llevaron una corona de flores a la tumba en donde fue enterrado el martes 29 de marzo.

 

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Luego de comenzar su relación con Mariela, el suegro del joven recolector le dio la oportunidad de comenzar a trabajar recogiendo residuos en las calles de la capital veracruzana. No fue el único de sus conocidos en intentarlo, pero “sólo él dio la talla”.

 

“Sus compañeros de Limpia pública nos comentan que para ellos era ‘el niño’. Yo, ahorita que enterramos su cuerpo, me asombré de ver que todos sus compañeros son hombres mayores y pienso en la inocencia de mi hijo que, según me dicen, ‘ponía ejemplo' al momento de trabajar”, agrega María.

 

Pese a esto, los padres del fallecido estaban al tanto del riesgo que significa su empleo, pues en los años que su hijo laboró supieron de varios accidentes pese a los cuidados que se tienen.

Un caso fue expuesto por la ciudadana Luz Adriana Rincón, quien ante medios de comunicación informó el pasado mes de febrero que su hija Nayeli Lizbeth Rincón, de 25 años, sufrió un accidente a bordo de un camión mientras trabajaba como “pepenadora”.

Por esta situación la mujer accidentada estaba en riesgo de perder su mano como consecuencia que su extremidad quedó atrapada en la compuerta y fue desgarrada. De acuerdo con la madre, un encargado del área le dijo que únicamente podría ayudarle “con 400 pesos”.

Hace 2 años, en abril de 2020, se registró el deceso de un hombre que cayó de un camión recolector de basura de Xalapa mientras la unidad circulaba por la carretera estatal a El Castillo. Los reportes indican que el occiso habría perdido el equilibrio y cayó en el pavimento.

 

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“No hacía mucho que ocurrió un accidente de un compañero de él, que falleció con el vehículo en movimiento”, cuenta María Isabel, quien pese a estas tragedias destaca la solidaridad del gremio, del sindicato del Ayuntamiento, así como del alcalde Ricardo Ahued Bardahuil, quien hizo el compromiso de ayudarlos.

 

DIAGNÓSTICO DESGARRADOR

Mariela del Carmen recuerda que su padre empezó a laborar en Limpia Pública “hace muchos años” y después de recolectar basura aprendió a manejar las unidades pesadas, convirtiéndose en chofer. Su cercanía con Luis hacía pensar a sus compañeros que era su propio hijo.

 

“A la semana que Luis cumplió los 15 años se lo llevó mi papá porque le pidió ayuda. Cuando regresó estaba emocionado; se le hizo un trabajo bonito y siguió yéndose con mi papá, le gustó y así fue creciendo".

 

“Cuando yo lo conocí tenía 13 años y fuimos padres muy jóvenes, tuve a mi primer hijo a los 15 años. Estuvimos juntos, éramos unidos”, menciona Mariela con la voz entrecortada, sobre todo al destacar que estaba por casarse con Luis.

 

“Teníamos en plan casarnos; mi credencial me la entregaban en mayo y a él se la entregaban este mes porque la perdió. Me dijo ‘nos vamos a casar por el civil, nada más que tú tengas tu credencial y yo la mía”, expresa la joven, quien acaba de alcanzar la mayoría de edad.

 

Esforzándose para hablar sobre los proyectos que ambos tenían, como sacar adelante a sus hijos, las lágrimas le impiden explayarse a Mariela, quien únicamente destaca que en los 5 años que Luis estuvo en Limpia Pública siempre trabajó, así “hiciera sol, lluvia o frío”.

 

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Si bien la mayoría de los ciudadanos apenas y voltean a ver a los recolectores, la familia de Luis sostiene que hay algunas personas que tienen un vaso con agua o que les regalan cosas o juguetes para sus hijos.

Y es que el trabajo puede variar cada día. En ocasiones a los recolectores “les toca abajo”, lo que quiere decir que deben sonar la campana para avisar a los ciudadanos que pueden sacar sus residuos para que ellos los recojan.

Otras veces los recolectores pueden “trabajar en la caja”, es decir, separar la basura que puede ser reciclada, o también “ir arriba” del camión, en donde los encargados realizan pacas de cartón y acomodan los botes.

El pasado 23 de marzo Luis trabajaba arriba de la unidad estacionada realizando las pacas de cartón. De acuerdo con sus compañeros, nadie escuchó cuando “el niño” cayó en calles del fraccionamiento Balcones de Xalapa.

“El accidente ocurrió entre las 11:30 de la mañana y las 12:00; el carro estaba detenido y sus otros 2 compañeros estaban en la parte trasera y el otro al interior, acomodando el material que se puede reciclar.

“Mi hijo estaba en la parte de arriba; según cuentan ya tenían todo listo y estaba por acomodar ‘el jumbo’, cuando ocurrió el trágico accidente y nunca se dieron cuenta ni oyeron. Un compañero de la parte de atrás terminó y cuando bajó se dio cuenta que se cayó y gritó ´Toño está abajo, se cayó, pero no tronó.

 

“Se pretende que le pudo dar un mareo o que se resbaló; son versiones. En la colonia, quienes se dieron cuenta, dicen que él se desplomó desde arriba y que dio una maroma. Aunque intentaron ayudarlo y reanimarlo, incluyendo a su suegro que lo puso entre sus piernas”, refiere José Pablo.

 

El padre de Luis espera que el Ayuntamiento mejore el equipo de seguridad para sus trabajadores, pues un accidente puede costarles la vida.

“Que den mejor equipo de seguridad, yo les dije a sus compañeros que se cuiden, porque hay una familia esperándolos. A mí me gustaría que les aportaran un casco de seguridad, que les proteja de esto, porque andan libremente y cada uno decide su manera de vestirse para trabajar, aunque a quienes son de base les dan sus uniformes y botas 2 veces por año.

“A quienes trabajan por la plancha, con un sueldo de suplencia, sólo les dan playeras”, refieren José Pablo y su nuera, quienes vivieron un viacrucis tratando de salvar a Luis después de su accidente.

Detallaron que el joven recibió la atención inicial en el Hospital General 'Luis F. Nachón' y posteriormente en los hospitales General de Zona número 11 del IMSS, de Especialidades 14 Centro Médico Nacional Adolfo Ruiz Cortines en el municipio de Veracruz, en donde les informaron que “tenía muerte cerebral”.

El anunció de los doctores provocó confusión en la familia, pues creyeron que había fallecido luego de su traslado a la ciudad portuaria ante la posibilidad de operarlo, pero los médicos decidieron no intervenir debido a la gravedad del traumatismo.

De vuelta a la clínica 11 del IMSS de Xalapa Luis perdió la vida el domingo 27 de marzo, tras sufrir un segundo paro cardíaco. El hecho enlutó a su familia, a sus compañeros y a la comunidad de Coatepec y Xalapa al dejar 3 niños huérfanos.

 

PIDEN AYUDA AL REGISTRO CIVIL

Mariela lamenta que actualmente tienen problemas ante el registro civil de Coatepec para registrar a Luis Santiago y Antonio Sebastián, e incluso se plantea la posibilidad de exhumar el cuerpo de Luis para hacer un estudio de ADN con el que se pueda corroborar su parentesco.

Por ello piden la ayuda de las autoridades de Coatepec, pues la funcionaria Ana María Martínez Silva les informó “que no se podía hacer" el registro ante el fallecimiento del padre. De acuerdo con los dolientes, el trámite costaría al menos 30 mil pesos para la intervención de un juez, además del costo de las pruebas

 

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Mariela y sus suegros sostienen que tanto el parentesco, como la relación que tenían de 5 años, son fáciles de corroborar, sobre todo cuando Ian Matheo sí fue registrado. Por ello requieren que el ayuntamiento promueva una diligencia de jurisdicción voluntaria para acreditar el concubinato.

Mariela también dice confiar en que el alcalde, Ricardo Ahued Bardahuil, cumple con su promesa de no dejar desprotegida a su familia, sobre todo cuando los ha apoyado desde el día del accidente y los visitó en el velorio.

 

“Buscamos solucionar que mis hijos lleven el apellido de su papá; así después podremos reunirnos con el alcalde Ahued”, dice la joven madre.

 

Agrega que su principal preocupación son sus hijos, al carecer de recursos para comprarles la leche en fórmula que necesitan, pues requieren de la marca Frisolac, entre todo lo que le queda por delante.

“Agradecemos la ayuda que nos han brindado, tenemos miedo a que mi nuera quede desamparada y esperamos que el gobierno responda”, añade María Isabel, quien asegura que pase lo que pase su nuera y sus nietos no se quedarán solos.

 

 

 

 

 

FP