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El torneo de futbol que causó “contagiadera” en el puerto

  • Carlos Caiceros
Un torneo de futbol juvenil generó un brote de contagios de covid-19 entre menores de edad, sus familias y allegados del puerto de Veracruz

Veintiún jugadores de futbol y dos entrenadores de la Liga Infantil y Juvenil de Fútbol Oropeza Veracruz viajaron a Tampico, Tamaulipas el pasado ocho de julio; cuatro días de estancia bastaron para que casi todos se contagiaran de covid-19.

El virus, al parecer, lo portaba uno de ellos antes del viaje. Pero “la  contagiadera”, como ellos lo llaman, no paró ahí. Los jóvenes deportistas ocasionaron un brote en el puerto de Veracruz porque contagiaron a sus familias y conocidos. En una de estas familias se contagió la hermana de un futbolista, su cuñado y dos niños menores de 3 años.

 

 

También la novia del jugador terminó enferma. Ella a su vez, infectó a su hermana. En la cuadra en la que viven, ya hay más casos de vecinos enfermos con los que han tenido contacto. A la fecha es difícil determinar las transmisiones que se han generado a partir de ese viaje.

Todos los jugadores son menores de edad y pertenecen al grupo etario del que las autoridades reportan pocos casos graves a diferencia de los adultos y adultos mayores, sin embargo, son los que están impulsando la llamada tercera ola de transmisiones según datos oficiales.

 

COVID ENTRE MENORES DE EDAD

En la narración de uno de los afectados, se da cuenta del viaje que se realizó el pasado 8 de julio por parte de los menores de edad y los dos adultos que estaban a cargo.

El encuentro puede ser un punto de partida para las transmisiones recientes pues se trató de un campeonato nacional de la Sub 16, es decir, se dieron cita decenas de jóvenes que durante varios días convivieron entre ellos y con otras personas en un hotel de Tampico.

En el viaje se implementaron las medidas sanitarias recomendadas y todos portaron cubrebocas. Los responsables del equipo vigilaron el correcto comportamiento de los jóvenes; incluso en las instalaciones del hotel en donde se hospedaron había tapetes sanitizantes y era obligatorio el uso de gel a la entrada.

Un día después de volver a Veracruz, el 12 de julio, empezaron los primeros contagios, pues vía WhatsApp los jóvenes reportaron tener síntomas y malestares. Posteriormente, las pruebas corroboraron que eran positivos a la enfermedad: “fue un poco una irresponsabilidad no habernos hecho la prueba antes de viajar”, se lamenta uno de los afectados.

 

“Todo nuestro equipo, cuando regresamos, al día siguiente ya tenía calentura, dolor de cabeza, vómito y pues nos pidieron hacernos la prueba y casi todos salieron con covid (…), incluyendo a uno de los entrenadores”.

 

 

Aunque al joven jugador convaleció únicamente por tres días a causa del coronavirus, le quedaron algunas secuelas como mareos al levantarse de la cama y dolores en el pecho, confiesa.

Pero el virus también se propagó en su casa y terminó afectando a cuatro personas más, incluidos niños pequeños o en la primera infancia, quienes tuvieron temperatura y síntomas “como de gripe”, aunque ninguno requirió ser hospitalizado.

 

“Se contagiaron mi hermana, mi cuñado y mis sobrinos como a los cuatro días después. Son niños chiquitos, menores de tres años; tenían calentura y dolor de cabeza”, cuenta el deportista menor de edad.

 

 

Si bien la mayoría pasó sin mayor complicación la enfermedad, el jugador relata que la madre de uno de sus compañeros no corrió la misma suerte.

 

“La madre de un compañero sí se vio muy grave, con oxígeno en el hospital. Ya está bien gracias a Dios”.

 

Confirmó que el brote que incluyó a uno de los entrenadores y sospechan que todo se generó porque un compañero, jugador de la propia liga Oropeza, quien no quiso perderse el torneo: “no quiso decirlo con tal de jugar y pudo afectar a todo el equipo”, relata el joven.

Tres semanas después todos habían superado la enfermedad, pero entre sus familias los contagios continuaron.

 

 UNA “CONTAGIADERA”

La cosa no paró ahí. Cuando el joven fue a visitar a su novia, ella también enfermó. Los síntomas iniciaron al día siguiente de su visita y a ambos les sorprende lo rápido que evolucionaron los síntomas. La chica, quien apenas tiene 15 años, a su vez, infectó a su hermana de 23 y creen que su madre posiblemente se reinfectó, a pesar de tener la pauta completa de vacunación y haber padecido la enfermedad meses antes.

En el caso de las chicas, ninguna de ellas está vacunada, por un lado, porque una es menor de edad y por el otro, el gobierno no ha iniciado la inoculación de personas a partir de 18 años en todo el estado. Este mismo lunes nueve de agosto, el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, informó que las hospitalizaciones actuales están concentradas en personas con edades a partir de 24 años.

Las hermanas relatan que los síntomas fueron variados: desde escurrimientos nasales hasta fiebre, pasando por dolor en las cuencas oculares.

 

“Los primeros tres días tuve temperatura de 39 grados. De ahí se me quitó y me empezó un dolor como dengue. Había días en que me sentía bien, pero también que me sentía muy mal de repente: me dolía el pecho y me faltaba un poco el aire”, dice una de ellas.

 

“A la semana se me fue el gusto y el olfato”, remata la otra. Y ambas revelan que las secuelas en torno a los sentidos afectados, durante varios días las llevaron a notar un sabor como de humedad o descomposición en la comida, algo que nunca habían vivido.

 

 

Cuentan que se esperaron alrededor de una semana después de que iniciaron los síntomas para realizarse las pruebas, en las que salieron positivas al virus.

 

“Fueron 21 días conmigo hasta que salí negativa. Pero ahora si camino mucho o subo las escaleras o algo así, que es de hacer esfuerzo, se me va mucho el aire”, dice la joven de 15 años.

 

A la otra, de 23 años aún le dan dolores de cabeza prácticamente todos los días y aunque no es un dolor fuerte, no deja de afectarla.

La madre de ambas se contagió de covid-19 en marzo de este año y aunque ella pasó la enfermedad en casa, la atención se prolongó por varios días. En esta ocasión, cuando sus hijas enfermaron, ella pudo haber librado al coronavirus tras tener su esquema completo de vacunación, aunque presentó síntomas similares.

El examen que se aplicó la mujer parece corroborarlo al dar negativo, pero sospechan que sí se pudo volver a contagiar debido a los síntomas que tuvo y a que la prueba la hizo varias semanas después de su recaída.

El joven futbolista señala que, entre sus compañeros, también ha habido contagios entre familiares, pero no saben de un caso concreto que haya derivado en una defunción. Mientras tanto, continúa jugando con su equipo, tras superar lo que califican como “una contagiadera”.

 

SINSENTIDO EXPONER A MENORES: EXPERTO

Sobre el tema Alejandro Quintín Barrat Hernández, especialista en Medicina Interna de Alto Nivel, advierte que ante la tercera ola es un “sinsentido” obligar el regreso a clases presenciales, pues es evidente que la medida puede generar un incremento exponencial de casos, principalmente en niños y entre los familiares.

 

“Casos que no habíamos visto y que ya estamos viendo, tanto por la alta transmisibilidad de estas nuevas cepas y como que ya se están exponiendo a los niños a reuniones y demás; hoy la población se ha confiado y los saca a fiestas y reuniones y lo mismo ocurrirá cuando regresen a la escuela. Se van a contagiar y a contagiar a más personas”.

 

El experto médico indica que de haberse continuado con el nivel de contagios que representó la temporada de Semana Santa, en donde pocas transmisiones en comparación con las que se registran a la fecha, incluso estas condiciones podrían ser aceptables para una vuelta a las aulas, pero al momento no se cumplen.

Barrat Hernández considera que en este momento la situación es delicada: “nos encontramos en el punto más alto de la ola más grande que ha existido de esta pandemia y me parece que si no hacemos caso esta ola será un verdadero tsunami que puede arrasar los servicios de salud de Veracruz”.

Lamenta que tanto el gobierno federal como el estatal han tomado decisiones lejos de la realidad y las condiciones de salud por las que atraviesa el estado, pues la semaforización no fue bien utilizada dado que la población “malinterpretó” el color y regresó a realizar actividades no esenciales.

Pero su crítica va más allá. Las nuevas medidas adoptadas desde el gobierno del estado, que ha emitido decretos para detener la tercera ola sin que esto implique cierre de lugares con alta concentración de personas, significa la institucionalización “de esta mala interpretación del semáforo”.

 

“Ahora desde el gobierno nos están diciendo ‘no le hagan caso al semáforo (…), es un sinsentido, es un absurdo”.

 

Ante esto, el médico llamó a la responsabilidad de cada persona para no andar “socializando” aun incluso con la pauta completa de vacunación, pues si bien la posibilidad de muerte o de pasar la enfermedad de manera grave es baja, recordó que una persona inoculada sí puede transmitir la enfermedad a otra y desencadenar serias consecuencias.

De acuerdo con datos oficiales, los contagios entre personas menores de edad en la entidad han ido en aumento. De los 86 mil 359 casos confirmados con corte al nueve de agosto, dos mil 762 corresponden a menores y jóvenes de entre cero y 19 años.

Las estadísticas muestran una variación importante en el grupo etario de cinco a nueve y de 10 a 14: hay más mujeres contagiadas, lo que no ocurre en otros casos, pero que ha venido tomando fuerza en las últimas semanas.

En ese rango, hay 315 mujeres contagiadas frente a 295 hombres; de 15 a 19, son 758 mujeres las contagiadas y 775 hombres.

En los niños de cinco a nueve años, 138 son varones y 175 mujeres mientras que, para los bebés de 0 a 4 años, se reportan 144 niñas enfermas frente a 162 niños.

Para el caso de las hospitalizaciones, el grupo más afectado es el de los bebés de cero a cuatro pues las autoridades reportan que 115 han requerido pasar la enfermedad en un centro médico, frente a 191 que han sido ambulatorios. Es decir, una diferencia relativamente corta y que se contrapone a afirmaciones en torno a los supuestos síntomas leves en bebés.

Por el contrario, en los grupos de 5 a 0, los ambulatorios han sido 274 y los hospitalizados apenas 39; en el grupo de 10 a 14, hay 564 ambulatorios frente a 46 hospitalizaciones. Los de mayor contagio, de 15 a 19, mil 421 han pasado la enfermedad fuera del hospital y solo 112 debieron ser internados.