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Detenciones ilegales, la forma de la justicia para resolver conflictos
Cuando se disponía a entrar a un restaurante de Polanco, Pedro Zaragoza Delgado fue sometido por varios hombres armados y encapuchados.
Era el 20 de enero de 2016 y el inicio de un calvario que lo persigue hasta la fecha.
Los individuos que lo interceptaron eran policías de investigación, de la Procuraduría capitalina (PGJ-CDMX) y agentes ministeriales sinaloenses.
Por el joven empresario juarense pesaba una orden de aprehensión, la cual a la postre resultó sin efecto por falta de pruebas.
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Sin embargo, ninguno de los servidores públicos le informó el motivo de su captura; fue esposado y llevado al aeropuerto capitalino.
Según su declaración, hecha ante autoridades judiciales de ese estado y cuya copia posee La Silla Rota, dos policías sinaloenses lo custodiaron durante el vuelo, los cuales le advirtieron que lo requerían en Sinaloa porque su padre había hecho enojar a gente muy poderosa.
Al arribar a Culiacán, una camioneta Suburban negra los recogió. A Pedro lo forzaron a agacharse en los asientos traseros.
"En ese momento la sensación de que me iban a ´desaparecer´ fue mayor. En cuanto llegamos a la estación policial me tomaron mis huellas y fue ahí la primera vez que me leyeron la orden judicial donde venían los cargos que me fincaban: cargos de extorsión, los mismos de los que acusaban a mi padre, Pedro Zaragoza Fuentes.
“Leí el documento y pensé que esa acusación era fabricada por mi tío Jorge, quien tenía un conflicto económico con mi padre, montando varios complots para despojarnos de varias empresas y propiedades", afirmó Pedro Zaragoza Delgado.
Los agentes le informaron que lo trasladarían a una cárcel estatal, pero antes lo llevarían a que le hicieran un examen médico... en la morgue.
40 MINUTOS ENTRE CUERPOS DECAPITADOS
A empellones, el empresario juarense Pedro Zaragoza Delgado fue llevado de unas oficinas en el Ministerio Público de Culiacán a la morgue.
La razón: un supuesto examen médico que le harían allí.
"Me dijeron que me tenían que llevar a un examen médico, llegando a la morgue, donde tenían varios cuerpos de personas muertas, unos ejecutados, otros sin cabeza, muy grotesco para cualquier ser humano".
“Cuando estuvimos ahí me dio muchísimo miedo y pensé que me iban a dar un tiro y dejar con el montón de cuerpos que había en ese lugar. Mi estancia en la morgue fue algo indescriptible, dantesco", manifestó en su declaración Zaragoza Delgado.
El objetivo era que firmara unos papeles y que intercediera en el conflicto entre su padre y su tío. Que admitiera que había extorsionado a un empleado por 8 millones de dólares.
No firmó y allí permaneció unos 40 minutos. El médico legista que le haría el examen nunca llegó.
Tuvo que ser llevado a otra estación policial donde le practicaron el examen y más tarde fue trasladado a una prisión estatal.
En ese lugar permaneció 56 días, con reos ya sentenciados, hasta que un juez determinó el desvanecimiento de las pruebas que motivaron la orden de arresto.
Pedro fue liberado, pero las amenazas continuaron.
En entrevista con La Silla Rota, su padre, el empresario Pedro Zaragoza Fuentes, dijo que a pesar de que contaba con defensa jurídica padeció un proceso viciado.
“La detención ilegal de mi hijo y los actos jurídicos subsecuentes sentaron bases de una jurisprudencia de carácter internacional, que será el modelo a seguir para que cambien conductas en la ley que atentan contra los Derechos Humanos".
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INTERVIENE LA ONU
La persecución contra Pedro Zaragoza Delgado alcanzó a su padre, Pedro Zaragoza Fuentes, quien eludió el arresto debido a un amparo.
No obstante, el caso llegó a la ONU, cuyo Grupo de Trabajo del Consejo de Derechos Humanos emitió una opinión contra el Estado Mexicano, donde calificó de ilegal la detención de Pedro y la falta de pruebas para que un juez concediera una orden de aprehensión contra su padre.
En entrevista, Víctor Rodríguez, abogado de Derechos Humanos de la ONU, consideró que se van a indagar no sólo las irregularidades en el sistema judicial para que procediera, sin fundamentos, la persecución contra los Zaragoza, sino incluso tortura.
"Vamos a investigar violaciones al debido proceso, vamos a investigar tortura, porque la hubo, vamos a investigar toda esta gravedad de un abuso en el Derecho.
“Cuando fue liberado, Pedro Jr. no tuvo ese documento que se lo tenían que dar, el derecho interno, que dijera ´usted disculpe, le cometimos una detención arbitraria´; tiene que ser Naciones Unidas el que diga al Estado que aquí hubo una detención ilegal", sostuvo.
Con base en la resolución de la ONU, las evidencias que el Ministerio Público de Sinaloa envió al juez para que éste obsequiara las órdenes de arresto, residían solamente en el testimonio de dos exempleados de los Zaragoza.
La supuesta extorsión había sido telefónica, pero no hubo una petición de la "sábana" de llamadas a la compañía que presta este servicio para que las autoridades analizaran si en efecto se realizó.
Acorde con la defensa legal de los Zaragoza, la persecución se hizo en Sinaloa porque en dicha entidad la extorsión -incluso sólo en grado de tentativa- amerita prisión preventiva.
Por ello, Pedro Zaragoza Delgado fue arrestado en la Ciudad de México e internado en un penal sinaloense.
"Además, todo fue procesado de forma increíblemente rápida", expuso Víctor Rodríguez (el litigante de la ONU) pues en cuestión de días, tras interponerse la denuncia, se giró y se cumplimentó la orden de aprehensión.
La ONU concluyó en su documento: "Las leyes en México se pueden aplicar por consigna, y es común que los jueces y Ministerios Públicos avalen pruebas y declaraciones falsas sin que este tipo de actos sean castigados".
“México ha ratificado todos los tratados de Derechos Humanos de Naciones Unidas, es un país que hacia afuera hace un trabajo interesante en derechos humanos. La pregunta es si ese trabajo se cumple adentro, yo creo que aquí hay un divorcio", insistió Rodríguez.
LA RESPUESTA
El gobierno mexicano respondió el 12 de marzo de 2018 a la ONU y alegó que su detención cumplió con los requisitos de la ley.
Asimismo, señaló que Pedro Zaragoza Delgado fue liberado el 16 de marzo de 2016 por incidente de libertad por desvanecimiento de datos y a consideración de un juez de amparo.
Esto último implica que durante el proceso las pruebas que sirvieron para acreditar el cuerpo de delito se desvanecieron, o no hubo datos posteriores que las reforzaran.
Con respecto a los tratos inhumanos e incomunicación que posiblemente padeció la víctima, el gobierno mexicano respondió que ésta nunca presentó una queja y los exámenes médicos no revelaron lesiones físicas.
La Silla Rota buscó una postura del gobierno sinaloense, pero no hubo respuesta.
Por su parte, la ONU emplazó al gobierno a garantizar una investigación más profunda y medidas a los probables responsables de las violaciones a los derechos de los Zaragoza.
Las autoridades mexicanas tienen hasta diciembre para atender las observaciones del organismo internacional.
En Ciudad Juárez, Pedro Zaragoza Fuentes expresó que vivió un año escondido amén de la orden de arresto que había en su contra.
Eso, relató, le impidió acudir al sepelio de su madre y un deterioro en su estado de salud.
“¿Cuántas personas estarán en las cárceles de México injustamente? Debe de haber cientos de miles, los meten, tiran la llave y ahí los dejan".
"Me daría mucha satisfacción que lo que sufrió mi hijo y el año que tuve que pasar yo escondiéndome sirva, a ver si el próximo que viene (a gobernar) empieza a enmendar las cosas porque no podemos seguir así", lamentó.
Con información de La Silla Rota
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