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El Chapo y Emma Coronel se reencuentran
Después de una semana de no saber nada de su esposo, nuevamente se encuentran frente a frente.
Joaquín "El Chapo" Guzmán enfrentó la segunda audiencia ante la corte federal del distrito este de Nueva York y su esposa, Emma Coronel fue más que puntual en la sala.
El capo sinaloense fue imputado por 17 cargos de narcotráfico, lavado de dinero, secuestro y homicidio.
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'El Chapo' sonrió cuando al entrar barrió la sala con la mirada y encontró a su esposa sentada allí. Y volvió a sonreírle a la vuelta antes de que los guardias se lo llevaran de vuelta a prisión, vestido con el uniforme azul de los presos y las manos libres, al cabo de 50 minutos de debate sobre el estatus de su caso. No cruzaron ni una palabra.
La esposa de Guzmán Loera es la única de los familiares del capo que puede viajar a los Estados Unidos, la joven tiene nacionalidad tanto estadounidense como mexicana, incluso la defensa en México no puede asistir al país vecino por no poseer visa.
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Desde el arribo de "El Chapo" a los Estados Unidos no ha tenido contacto con sus familiares, abogados mexicanos o derecho a una llamada. Sus defensores de oficio han pedido un mejor trato para el capo ya que aseguran pasa 23 horas al día en confinamiento solitario.
Ante el juez expresaron estas inconformidades e incluso que tanto las autoridades mexicanas como estadounidenses han sido demasiado herméticas sobre bajo qué sustento fue autorizada la extradición de Guzmán.
"Solo tiene una hora al día para poder hablar con gente de afuera, una hora de ejercicio al día. Creemos que debería poder reunirse con su familia, hacer llamadas a nuestra oficina. Las restricciones que tiene son excesivas", expresó su defensora Michelle Gelernt.
La respuesta del juez fue que las circunstancias de "El Chapo" son especiales, pero se acordará quiénes y bajo qué circunstancias podrían visitarlo. Las autoridades del Metropolitan Correctional Center sólo permiten que Guzmán tenga contacto con un selecto grupo de su equipo de defensores y consejeros, hasta ahora dos abogados; y sigue pendiente de respuesta la autorización para dos asistentes legales.
El temor de la justicia estadounidense es a la fuga de Guzmán Loera, ya que en dos ocasiones fue capaz de liberarse de cárceles de alta seguridad mexicanas.
Con información de La Silla Rota
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