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Enfrenta a BdeM y Hacienda el alza súbita en gasolinas

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Subirá la inflación: Carstens; no habrá impacto: Meade. Prevé el banco central que caída del peso afecte meta de 4% en índice de precios.

Miriam Posada y Juan Carlos Miranda

El Banco de México (BdeM) advirtió que el aumento “súbito” en el precio de gasolinas y productos agropecuarios, así como el impacto en el tipo de cambio son los principales riesgos para cumplir con la meta inflacionaria de 4 por ciento estimada para 2017.

En la minuta de la Junta de Gobierno celebrada el 15 de diciembre pasado, dada a conocer ayer, antes de que se anunciara el gasolinazo, sus integrantes señalaron que en los próximos meses la inflación podría presentar un aumento transitorio, derivado de “choques en precios relativos”, y después volver a su nivel.

Detallaron que el aumento a la inflación se deberá a la depreciación del peso, los efectos temporales del incremento al salario mínimo y la “liberalización gradual de los precios de las gasolinas”.

Hasta el 15 de diciembre el principal riesgo para la inflación observado por el banco central era la incertidumbre del entorno externo y una mayor depreciación cambiaria.

“El tipo de cambio nominal ha acumulado una depreciación significativa, y a pesar de que ha tenido un reducido traspaso a los precios al consumidor, esta ha sido de tal magnitud que es previsible que el impacto sobre estos precios sea considerable”; incluso, señalaron los miembros de la junta, si continúa la depreciación del peso frente al dólar, el impacto sobre los precios a los consumidores finales podría ser mayor.

Para el BdeM el incremento al salario mínimo también representa un riesgo inflacionario, de “contaminación” a los salarios contractuales y al resto de la estructura salarial. A esto se sumaría el aumento de precios de bienes agropecuarios, aunque con un efecto inflacionario transitorio.

Algunos miembros de la junta señalaron que si bien los mencionados “choques de oferta tendrían un efecto temporal sobre la inflación, y no deberían dar lugar a efectos de segundo orden, el hecho de que éstos se presenten de manera simultánea y que exista la expectativa de una paridad peso-dólar mayor a la anticipada hasta hace poco, podría tener efectos de segundo orden y afectar no solamente las expectativas de inflación a corto plazo, sino también a las de mediano y largo”.

Durante esa reunión, los miembros de la junta integrada por funcionarios del BdeM y de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, acotaron que durante noviembre pasado la inflación general anual se ubicó en 3.3 por ciento, con lo que se interrumpió un periodo de 17 meses consecutivos durante los cuales se había ubicado por debajo del objetivo de 3 por ciento.

La junta señaló que la variación mensual anualizada del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se acercó a 4 por ciento, registró variaciones en el Indice Nacional de Precios al Productor, “lo que sugiere que las presiones inflacionarias se están generalizando. Más de 50 por ciento de la canasta del INPC ya está creciendo a una tasa mayor a 3 por ciento y dicha proporción va en aumento”.

En la reunión en la que el BdeM determinó subir en 50 puntos base la tasa de interés interbancaria para ubicarla en 5.75 por ciento, como medida de contención inflacionaria, la Junta de Gobierno aseguró que la economía nacional ha sufrido una desaceleración económica a lo largo del año, la cual persistirá al cierre de 2016; destacó que la incertidumbre que genera la llegada de Donald Trump al gobierno de Estados Unidos podría haber causado efectos negativos a la inversión extranjera directa dirigida a México, y advirtió que la situación de las finanzas públicas son la principal fuente de nerviosismo en los mercados.

La mayoría de los integrantes de la junta señaló que en el entorno actual de la economía nacional es de especial relevancia que las autoridades fortalezcan los fundamentos macroeconómicos del país, porque la situación “podría tornarse aún más difícil”.

Deterioro en la solvencia

Advirtió que es necesario que perseveren los esfuerzos de consolidación fiscal, en particular al reducir la deuda pública, y que la política monetaria haga ajustes oportunos. Uno de los miembros de la junta “alertó que en la actualidad la situación de las finanzas públicas representa la principal fuente de nerviosismo de los mercados”, y otros destacaron el deterioro que se observa en los indicadores de solvencia del país, que es mayor al registrado en países con calificación crediticia similar a la de México.

Con información de La Jornada http://www.jornada.unam.mx/2016/12/30/politica/003n1pol