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La historia del Tsuru mexicano, un auto muy querido y peligroso

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Se sabe que en materia de seguridad, las unidades fabricadas en México, obtuvieron las más bajas calificaciones de Latin NCAP.

El Tsuru es uno de esos autos que se quedarán por mucho tiempo en el imaginario colectivo pese a sus constantes –y remarcadas- deficiencias.

Se sabe que en materia de seguridad, las unidades fabricadas en México, obtuvieron las más bajas calificaciones de Latin NCAP y es posible que muchos piensen que su mayor virtud sólo sea su “ahorro de combustible” –varios modelos lo superan en la actualidad- en relación al precio de cada unidad (desde 141,300 pesos en México).

En un estudio de mortalidad (Latin NCAP), entre 2007 y 2012 se registraron dos mil 11 choques en Tsuru y debido a sus escasos sistemas de seguridad, murieron 4,102 personas en el país.

A pesar de ello, a 32 años de su debut en México sigue siendo uno de los coches con mayor éxito comercial. Según datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), el Tsuru ha sido el quinto auto más vendido en lo que va del año.

¿Cómo fue su llegada a México?

Si algún coche se equipara en popularidad con el Vocho, ese es el Tsuru. Apareció en las estanterías de las concesionarias de Nissan en abril de 1984. Reemplazó al Datsun (otro auto querido en nuestro país), para competir con el Caribe y el Atlantic de Volkswagen que en ese entonces se convertían en los objetos del deseo de los compradores en potencia de México.

En Estados Unidos fue comercializado bajo el nombre de Sentra (que ahora se vende en México como si fuese otro modelo), mientras que en Japón y otras partes del mundo fue llamado Sunny.

A diferencia del Datsun que presentaba tracción trasera, el Tsuru contaba con un motor de tracción delantera. De salida se le encontraba en versiones de 2, 4 y 5 puertas para la vagoneta.

Como muchos lo saben, Tsuru significa “Grulla”.

En 1986 el motor recibió una actualización, de ser un 1.5 litros cambió a uno 1.6, lo que no afectó en mucho su consumo de combustible. Un año después, a su versión potente de 5 velocidades (nombrada Tsuru Samurái), se le agregaron dos franjas negras en los costados para identificarlo, este modelo fue comercializado bajo el nombre de Tsuru Ninja Turbo.

Segunda generación

En 1988 llegó la nueva versión del Tsuru. A las versiones de entrada se le sumó la “Hikari”, una versión deportiva que retoma las prestaciones del Samurái y otra versión turbo que hacía lo propio con las características del Ninja Turbo.

Algunas versiones podían ser adquiridas con dirección hidráulica y aire acondicionado. Sin embargo, eran opciones sobre el precio de base.

Tercera generación

En 1992 llegó la nueva versión, el Tsuru GS. Presentaba un motor de 4 L, con 88 caballos de potencia. A la par, el Hikari de la segunda generación sigue siendo comercializado durante esta época en México. En este entonces se introdujo la versión automática de 4 velocidades.

Un año después aparece la Tsubame, que heredaba el motor del Tsuru en versión vagoneta que ampliaba sustancialmente el espacio en su interior. Ese mismo año la gama se diversificó con la sorpresiva aparición del Tsuru GSR 2000. Un coche de 2 puertas con un motor muy potente para la época: 4 cilindros, 16 válvulas, con 145 caballos de fuerza.

Desafortunadamente, el fracaso comercial de este carro provocó, en conjunto a la crisis económica mexicana, que en 1994 ocurriera una decisión atípica que en la actualidad condenó al Tsuru a su desaparición en territorio nacional.

El Tsuru quedó relegado en México

En 1994 en México ocurrió una de las peores crisis de las que se tiene memoria. El llamado “Error de diciembre” provocó una histórica devaluación del peso durante la administración del entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León.

Este fue el Neón que llegó a México en 1994.

La situación económica de la población civil se vio mermada considerablemente por lo que la compra de autos en ese entonces pasó a convertirse en una necesidad irrelevante entre una sociedad urgida por conservar su patrimonio.Pese a que la nueva generación del Tsuru se encontraba a la vuelta de la esquina, Nissan Mexicana decidió emprender una acción para conservar –e incluso reducir- el precio de uno de sus modelos más populares.

El Tsuru lejos de recibir una actualización –como ocurre con los modelos cada determinado tiempo- fue relegado a la precariedad a costa de mantener un precio “accesible” para la golpeada economía mexicana.

Entonces... ¿Quién eres tú? Foto: BlogTsuruMéxico

No sólo bastó con detener el lanzamiento del nuevo Tsuru en México. Para no dejar a un lado al que sería en realidad al nuevo Tsuru, el Sentra apareció como un modelo distinto y el “nuevo Tsuru”, bajo los apóstrofes de GS I y GS II, lejos de mejorar lo hecho anteriormente hicieron una práctica de austeridad sin precedentes para recortar el precio del coche y con ello mantener sus ventas.

Con el paso del tiempo, mientras la economía se estabilizó, al Tsuru se le relacionó cada vez con sus “beneficios precio-ahorro de combustible” además de la facilidad con la que que se consiguen sus piezas para reparación. En realidad lo que estuvo frente a nosotros todo el tiempo, fue una imagen “prehistórica” que se mantenía vigente debido a su reducido precio, mientras que en el Sentra, observábamos a la real evolución del Tsuru, ese coche que ahora nos dicen desaparecerá.

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