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Riesgo latente por otro derrame en Tierra Blanca
Tierra Blanca, Ver.- (AVC) La dimensión del daño ecológico en las cercanías del Río Hondo, en el municipio de Tierra Blanca, exhiben severas consecuencias en resequedad de árboles y el transpirar de gasolina en la tierra.
Dos semanas después de la ruptura en una toma clandestina cercana a la vidriera de la localidad, los encargados de limpiar se enfrentan a otro derrame.
Éste no surgió directamente de los conductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), sino en las pozas que crearon para retirar con cubetas, toallas y palas la gasolina derramada el pasado 31 de agosto.
El único color evidente en lejanía y cercanía se admira con los trajes naranjas de los empleados y las cajas de leche que durante el día consumen para evitar intoxicarse durante su trabajo de siete de la mañana a cinco de la tarde.
La pureza del agua, lo verde de los árboles, el cantar de pájaros, algunos animales acuáticos zambulléndose en el trayecto del río, se transformó en charcos de gasolina roja, tierra completamente seca o disuelta con agua de lluvia, matorrales ásperos, como si el paraíso se volviera un infierno.
El caudal del río transita con gran lentitud, como las tortugas que hasta principios de agosto caminaron por éste terreno, el mismo, que las llevó directo a morir en menos de un día.
Maquinaria pesada, excavadoras, palas negras, botas especiales y al menos, dos trajes por persona protegen a los empleados de Petróleos Mexicanos (Pemex) que comentaron competir con las lluvias, pues el río crece y entorpece lo alcanzado en el día.
Sin protección
Entre las milpas que colindan con el río convertido en desierto, se admiró un delgado cuerpo, cargado de 15 kilos de leña al hombro y un sombrero a cuatro pedradas.
Se identificó como Silvestre Aguilar Santiago, un anciano de 80 años que camina descalzo a escasos centímetros de los hombres naranja que retiran aún gasolina.
La tierra que cruje en cada débil paso del campesino está manchada con algunas gotas de gasolina. Se admira por el rojo intenso que pintó el Río Hondo hace unos días.
Él contó que en la primera semana de trabajos, nadie pasaba, nadie podía admirar el daño ecológico y muchos menos, filtrarse por 15 kilos de leña que se ocupan en calentar frijoles y café por cinco días.
“Ya van tres veces que me toca ver ese tipo de cosas. Casi todas han sido iguales, pero había uno que murió mucho ganado pa´ arriba. El ganado tomaba agua del arroyo y se murió. Cuando pasa eso cierran el paso y no dejan pasar ni en carro, tenía como dos días intentando pasar por mi leña”, relató.
Conforme a los últimos reportes del alcalde de Tierra Blanca, Saúl Lara González, se ha recuperado 280 mil litros de hidrocarburo en la primera etapa de limpieza encabezada por personal de Pemex.
En tanto, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) anunció desde el 8 de septiembre una tercera inspección para corroborar los avances o posiblemente incremento a la multa económica por el daño ecológico. Ya que en el primer reporte se detectó afectación en 19 mil 800 metros cuadrados, de los cuales, se extendieron hasta 2 kilómetros.
Es de mencionar que hasta el momento se desconoce el destino final de las plantas, ramas y animales bañados en gasolina que son retirados del Río Hondo en Tierra Blanca.