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Primero, una reforma interior, propone Arquidiócesis

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La Iglesia católica se cuestiona de qué manera las reformas constitucionales beneficiarán a los desfavorecidos.

Los obispos de México, en su reciente mensaje POR MÉXICO ¡ACTUEMOS! del 30 de abril de 2014, expresaron su preocupación por el futuro de nuestro País.

El documento surge con ocasión de la aprobación de las recientes reformas constitucionales, los pastores de la Iglesia católica se cuestionan de qué manera estas reformas beneficiarán a los desfavorecidos, o si se convertirán en una nueva oportunidad para los depredadores de los bienes de México.

Los señores obispos ponen el acento en tres cosas: la reforma interior, el servicio, y la participación. Para mover a México no bastan sólo las reformas institucionales, cada uno de los actores sociales tiene una responsabilidad; la mejora de nuestro País no solo depende de las autoridades, todos los ciudadanos debemos participar.

La reforma interior. Las reformas son necesarias para buscar un futuro mejor, pero no hay que engañarse, si no se reforma la mente, el corazón y la conciencia no habrá reforma que nos ayude a superar las intolerables desigualdades e injusticias sociales.

En el caso de la Reforma Educativa, ¿qué garantiza que haya un verdadero desarrollo integral para todos? se necesita, dicen, «una educación de calidad, de otra manera solo se alimentará una estructura burocrática que defenderá sus propios intereses».

En el caso de la Reforma Fiscal ¿qué garantiza que ésta fomente una contribución verdaderamente justa, equitativa, corresponsable, clara y sin complejidades y que sea utilizada con honestidad y transparencia para construir un País mejor? Se requiere honestidad, veracidad y transparencia para que los recursos de México no sean un botín para unos cuantos. ¿Cuál es la garantía para que la Reforma Política consolide una auténtica democracia? Se necesita amor al prójimo para que no exista una búsqueda ambiciosa del poder.

Qué garantiza que la reforma Energética ayude a superar los graves atrasos de gran parte de la sociedad mexicana y que las inversiones sean promotoras de progreso social, humano y comunitario, cuidadosas del medio ambiente, por encima de intereses particulares? Solo si la persona humana se privilegia y se pone por encima de los intereses económicos. Para que la Reforma en Telecomunicaciones ponga al alcance de todos las ventajas de la tecnología, la calidad de los contenidos y el respeto a la dignidad y privacidad de los ciudadanos, se necesita verdad y justicia, de otra manera los monopolios y la manipulación sólo cambiaran de manos.

Por todo esto, señalan los obispos mexicanos que si no hay reforma interior de la persona, no seremos capaces de ver el sufrimiento de los demás; sin reforma del corazón el ser humano se acostumbra a ver la maldad y perversidad como una “estadística o nota periodística”. Se necesita una verdadera reforma interior para que el País sea mejor. Uno no se puede acostumbrar a tener en la pobreza a más de 50 millones de mexicanos.

La vocación de servicio. Los obispos insisten que el camino para superar el fatalismo que sostiene que ante el mal no hay solución, es la vocación de servicio. Por ello señalan que “los creyentes sabemos que el camino para superar todo lo que destruya la vida o la dignidad humana, necesita siempre la entrega generosa de la propia vida”. Haciéndose portadores del alegre mensaje de este periodo pascual, ellos invocan este principio inspirador: «Cristo venció el mal y la muerte con el poder del bien y del amor». El servicio a los demás es la prueba más clara de que se puede superar el egoísmo, la apatía y la indiferencia.

La participación. A todos nos urge ser positivos y propositivos. Uno no puede pasarse la vida lamentándose del mal sin actuar contra él. Es aquí donde tiene lugar la participación. «La búsqueda sincera del bien, la familia como trasmisora de valores y de comunicación armónica, los diversos grupos e iniciativas sociales que buscan el mejoramiento de la vida política, económica, cultural, familiar, social y laboral son espacios de participación».

¡POR MÉXICO, ACTUEMOS! Esa participación debe ser cada vez más consciente, organizada y oportuna. Urge actuar para que las decisiones no queden en manos de unos pocos que sólo miran a sus propios intereses. El mensaje de los obispos se concluye así: La Iglesia mexicana seguirá contribuyendo a generar paz y unidad en nombre de Dios. Así lo asumimos quienes formamos parte de esta Iglesia Arquidiocesana de Xalapa.