Veracruz: competitividad (pobreza I)

  • Alejandro Soto Domínguez
Hasta la fecha los pobres son plato de segunda mesa en las prioridades del gobierno estatal

(SÉPTIMA PARTE)

  • La pobreza es un obstáculo para el crecimiento económico, cada vez se fortalece más la hipótesis del círculo perverso: un crecimiento bajo de la economía (PIB) genera mayor pobreza y la mayor pobreza, deriva a un crecimiento bajo del PIB.
  • En el informe anual sobre la situación de pobreza y rezago social de SEDESOL 2017, se confirma que Veracruz se ubica en el número 30 en los índices de pobreza, solo superado por Chiapas (32) y Guerrero (31). Los veracruzanos padecemos los peores gobernadores del México moderno, junto con su clase política, no tienen vergüenza, la corrupción es su signo.
  • Hasta la fecha los pobres son plato de segunda mesa en las prioridades de las administraciones del gobierno estatal, jamás ha existido una estrategia para combatir el flagelo de la pobreza, ignorando su existencia y las consecuencias. Se ha comprobado que quita más vidas que cualquier enfermedad. Lo peor, no hay signos de cambio con el nuevo gobierno.

 

En las teorías sobre la persistencia de la pobreza en amplios sectores de la población de un país, región o entidad federativa, cada vez se fortalece más la hipótesis del círculo perverso: un crecimiento bajo de la economía (PIB) genera mayor pobreza y la mayor pobreza, deriva a un crecimiento bajo del PIB. Tal es la realidad del estado de Veracruz, que ha padecido 70 años de administraciones locales omisas en materia de incentivar la competitividad estatal, a excepción del finado Lic. Agustín Acosta Lagunés, para atraer inversión privada y generar empleos dignos, con prestaciones sociales. Así también estos gobernantes, fueron lejanos al dolor de la población que menos tiene. Esta realidad se recrudeció, con los ejecutivos estatales de los últimos doce años, responsables directos de los primeros lugares en ámbito nacional en el crecimiento del número de habitantes con el mayor volumen de carencias sociales, en especial la alimentaria, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL). Veracruz primer lugar en el incremento de población pobre.

En este contexto, de acuerdo con las encuestas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), ampliamente comentadas en las tres últimas colaboraciones del tema en comento, después de la inseguridad, principal preocupación de la ciudadanos veracruzanos, continua el desempleos y la pobreza, ambos conceptos ampliamente correlacionados que hoy nos toca analizarlos. Para abordar el fenómeno social de la pobreza, es necesario conceptualizar el marco normativo, el cual hasta la fecha los investigadores concluyen que no hay una definición que los satisfaga. De tal manera que el Gobierno Federal tomo el toro por los cuernos, y en la Ley General de Desarrollo Social publicada al inicio del 2004, estableció que el CONEVAL sea la institución responsable de la definición, identificación y medición de la pobreza, además que son de aplicación obligatoria para las entidades y dependencias públicas que participen en la ejecución de los programas de desarrollo social (artículo 36). Pues bien, en base a lo anterior la Secretaria de Desarrollo Social (SEDESOL) y CONEVAL, cada año tienen que dar a conocer el informe anual sobre la situación de pobreza y rezago por entidad federativa, que entre otros objetivos sirve para calcular la distribución anual del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social (municipal y estatal). Para el ejercicio fiscal 2017, las dependencias en cuestión publicaron en el Diario Oficial de la Federación el pasado 31 de enero, el informe anual sobre la situación de pobreza y rezago social, confirmando que Veracruz se ubica en el número 30 en los índices de pobreza, solo superado por Chiapas (32) y Guerrero (31). Repito cuanta veces sea necesario, Veracruz es la única entidad salta para atrás en el país, en el periodo 1970-2000, ha retrocedido entre 10 y 11 lugares en términos de bienestar para sus habitantes. Los veracruzanos padecemos los peores gobernadores del México moderno, junto con su clase política, no tienen vergüenza, la corrupción es su signo.

Hasta la fecha los pobres son plato de segunda mesa en las prioridades de las administraciones del gobierno estatal, jamás ha existido una estrategia para combatir el flagelo de la pobreza, ignorando su existencia y las consecuencias. Se ha comprobado que quita más vidas que cualquier enfermedad, como por ejemplo el cáncer y la diabetes, según investigaciones publicadas en revistas especializadas en medicina. Lógico, la desnutrición infantil tiene secuelas graves en la edad adulta, el rezago educativo repercute en bajas habilidades laborales y en consecuencia salarios de miseria sin prestaciones sociales (servicios médicos y pensión de vejez, entre otras). En la vivienda de los marginados carece o escasean los servicios de agua potable y saneamiento, además del confort para responder a jornadas de trabajo que implique grande esfuerzos, techos de láminas de zinc, paredes y pisos de ínfima calidad, transporte malo y con precio altos. Todo un mundo de carencias que afectan a población pobre, redundando en una mala calidad de vida y con un promedio menor de años de sobrevivencia que el resto de la población. Como si esto no fuera suficiente, la miseria está creciendo más en las zonas urbanas, y precisamente es donde se recrudece la violencia del crimen organizado, hoy en día la muerte con violencia está presente en la población joven de las colonias marginadas. Lo peor, no hay signos de cambio con el nuevo gobierno.