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Gilles Lipovetsky: el sabor de la vida no es comprar

Gilles Lipovetsky impartió una conferencia magistral realizada en el salón Jesús Morales Fernández, de la Unidad de Humanidades.

Xalapa, Ver.- “La grandeza del hombre no es el consumo, la grandeza del hombre es la creación, la inteligencia, el pensamiento, la solidaridad, el amor. El consumo es una cosa, pero es una cosa pequeña dentro de nuestra existencia, hay otras cosas que no son el consumo”, dijo Gilles Lipovetsky, durante la conferencia magistral realizada en el salón  Jesús Morales Fernández, de la Unidad de Humanidades, de la Universidad Veracruzana.

Frente a un auditorio lleno de estudiantes en los pasillos y escaleras, Lipovetsky dijo que “si  la humanidad ha hecho un largo recorrido para que nuestras nuevas iglesias sean las marcas y los supermercados, me parece que hay algo sumamente triste en esto. No, no es diabólico, solo es  triste, porque uno puede esperar otras cosas de los hombres, que no sean comprar marcas, que les guste la moda,  y cambiar de forma permanente su smarphones. Hay otras cosas en la vida que el consumo”.

Gilles Lipovetsky dijo que “se debe crear una civilización nueva en la que el consumo tiene su lugar, pero no el primer lugar. Debemos reinventar un mundo en el que el deseo de consumir no sea el primer deseo del hombre,  porque desgraciadamente esa es la situación actual, como si lo único que esperamos de la vida es hacer viaje, comprar marcas, cambiar nuevos productos de forma permanentes, no es diabólico, pero no es eso”.

“El sabor de la vida no es escuchar la última telenovela o serie estadounidenses, hay otras cosas que las series estadounidenses. Hay que plantearnos una visión superior… ¿Y cómo hacer eso? ¡Ahí los problemas se vuelven muy reales!”.

Gilles Lipovetsky dijo que sin ser moralista y sin sermones, él propone “ayudar a los hombres a que se vuelvan más ricos de forma interna, no diciendo está mal ver la tele o comprar marcas, no, esto no sirve de nada. Hay que dar herramientas a los seres humanos para que tengan una vida más rica. Y esto no pasa a través de la moral”.

“No es criticando al turismo, o a los mercados, que uno va hacer avanzar a la civilización. Hacer avanzar a la civilización es cambiar nuestras formas de trabajar, dar a los hombres la posibilidad de ser más creativos, de utilizar su inteligencia, es decir,  invertir en la cultura, en la educación".