Violencia de género no "quita el sueño" a los legisladores
Orizaba, Ver.- Los feminicidios cometidos en Veracruz y Chiapas en el pasado reciente superan a los de Ciudad Juárez en sus peores épocas; se calcula que por cada diez homicidios que se cometen sólo dos se resuelven y, con todo, el Congreso del Estado permanece omiso, “la violencia de género no es algo que les quite el sueño”, refirió María de la Cruz Jaimes, representante del colectivo Cihuatlahtolli, “urge se tome en serio”, dijo.
Desde hace unos años se ha denunciado que entre Chiapas y Veracruz “detectamos un alto índice de feminicidios. Hay muchos que no han sido aclarados, tenemos el caso de una maestra de Ciudad Mendoza que no fue esclarecido”. Entre las zonas en donde mayormente se registran asesinatos de mujeres, despunta la región centro, “aquí tenemos muchos asesinatos de mujeres que no han sido aclarados plenamente y en otros están en el olvido”.
Estos feminicidios “tienen una similitud con los que ocurrieron en Ciudad Juárez, no se sabe quién o quienes cometieron los asesinatos. Creo que es un problema grave y que refleja que la violencia de género en la entidad no se atiende como debería de ser”, acusó.
Según el organismo no gubernamental, las cifras son superiores a las del año pasado en materia de feminicidios, “estamos en mayo y ya tenemos al menos ocho asesinatos de mujeres. Esto nos dice que cada vez más los hombres se sienten dueños de la vida de las mujeres”.
Un mejor ejemplo de la omisión “es que hay ayuntamientos del estado que se niegan a reconocer la existencia del instituto municipal de la mujer, y rechazan abrir un espacio dentro de la administración pública; en otros, los alcaldes lo ven como un requisito pero no les destinan un presupuesto o no se contempla como un plan de trabajo”.
Los tres niveles de gobierno “no quieren cumplir con ese compromiso de llevar a cabo acciones para prevenir o en todo caso sancionar la violencia de género. Creo que integran los institutos municipales como un mero requisito y en su mayoría son de membrete”.
Los pocos institutos que sobreviven en el estado “ni siquiera tienen un plan para acercar a la justicia a las mujeres que fueron agredidas. La mayoría de las veces estos puestos son para pagos políticos porque son personas que no tienen el perfil adecuado. Eso lo seguimos viviendo”.
Entre las mujeres y en el resto de la población “no existe la cultura de la justicia. Hay muchas mujeres que pierden la vida cuando en múltiples ocasiones intentaron denunciar acoso y desafortunadamente no tuvieron respuesta y al final perdieron la vida”.
Los alcaldes y los gobiernos estatales y federal “no deben de ver a esos institutos como un requisito más, al contrario deben hacerlo de mejor forma”.



