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Las nieves de mamey en la calle Lucio, toda una tradición
La unión familiar que ha caracterizado a los hermanos Benito y José Téllez Sánchez, ha sido la clave para alcanzar el éxito en su negocio y para sacar adelante a sus hijos. Dejando fuera la envidia, la ambición y la avaricia, han decidido continuar con la tradición que su abuelo Manuel Téllez Cabrera comenzó hace más de 60 años: la venta de helados.
Exactamente, tres generaciones de xalapeños han probado estas nieves, ya sea de mamey o de vainilla.
El sustento, las comodidades y la educación de las dos hijas de don José Téllez y los hijos de don Benito, se deben principalmente a las ganancias que esta tradición heredada les ha generado, pues ninguno de los dos ejerció su licenciatura por dedicarse de lleno a la venta de helados.
Cientos de personas que caminan diariamente por la calle doctor Rafael Lucio, a la altura de la tienda Chedraui, saludan a los hermanos Téllez, quienes amablemente responden con una sonrisa al tiempo que dicen su tradicional: “¡¿mamey o vainilla?”!, “¡¿De a 10, 15 o 20?!”.
Don José Téllez, licenciado en Antropología con especialidad en Arqueología, narra que en un principio, el abuelo –quien era originario de Mahuixtlán- se apostaba en las escalinatas del Parque Juárez, y con unas sencillas cubetas llenas de helado, comenzaba a hacer su venta para sacar el gasto del día.
Benito y José cuentan que todos los días, de lunes a domingo, se levantan a las seis de la mañana para preparar dos botes de helado que suman un total de 50 litros y en el que se demoran cuatro horas en su elaboración, “dependiendo la cantidad de litros que se congele, es el tiempo que se lleva uno, el más sencillo es el de 10 litros, en media hora lo congelas, y de ahí hay de 15, 25, 30 y 40 litros, son las medidas que nosotros tenemos”, dicen.
Desde las 11 de la mañana se puede ver un carrito de helados techado por una sombrilla, afuera del supermercado Chedraui, algunas veces lo atiende Benito y otras, el hermano mayor, José. No importa quien sea, el sabor y el buen trato servicial es el mismo.
Las invitaciones a eventos y fiestas particulares son ejemplo del rotundo éxito y la fama que esta destacable familia se ha ganado en Xalapa, pues hasta a fiestas de la familia Chedraui han acudido para que los invitados puedan disfrutar y "saborear" un poco de Xalapa.
Niñas, niños, señoras y señores se acercan al puesto para comprar una nieve, ya sea en cono o en vaso, de vainilla o de mamey, grandes y chicos conocen muy bien la ubicación de este carrito y acuden específicamente a él, pues saben que tantos años de experiencia respaldan su “calidad, antes que la cantidad”, lema de Benito Téllez.
Continuará la tradición.
José Téllez admitió que en un principio, cuando su único interés era disfrutar de su juventud, “nos ponían a preparar el helado y a mí la verdad no me gustaba porque me impedía ir a jugar, ir al cine, a distracciones de joven. No me gustaba porque era una obligación, pero ya después sabiendo que por venir a trabajar obtenía unos pesos, pues ya le fui agarrando cariño y ya empezamos a elaborarlo y vender en las calles”.
Los hijos de estos exitosos hombres no se podían quedar atrás, pues ya han aprendido el negocio y la preparación de la nieve, en caso de que se decidieran a continuar esta tradición que ya es característica de Xalapa, y por lo tanto, orgullosamente de los xalapeños.
A pesar de que cada integrante de la familia Téllez ya tiene una licenciatura o están a punto de terminarla, don Benito confía en que en algún futuro, no muy lejano, sus hijos se decidieran a abrir una nevería, ya sea en casa propia o en un local comercial.
Esto significaría el nacimiento de la cuarta generación de los Téllez en la elaboración del producto, hecho que seguramente alegraría al creador de este sueño hecho realidad.
Arquitectos, antropólogos, odontólogas y enfermeras que hay en la familia, se espera que la tradición de las nieves -que en un momento comenzara en las escalinatas del parque Benito Juárez para después ubicarse en Lucio- no se extinga y siga siendo un referente de la familia Téllez y de la misma Xalapa.