Privan desconfianza de autoridades y escasa vinculación social en Veracruz, revela estudio

Norma Trujillo /La Jornada Veracruz

El estado de Veracruz aparece con un desarrollo precario en cuatro de los seis indicadores del “Informe País Calidad de la Ciudadanía en México” realizado por el Instituto Nacional Electoral (INE), entre los que se cuenta que 85.6% de veracruzanos son los más aislados del país y 50% por desconfianza en el prójimo y en las autoridades, son intolerantes con puntos de vista diferentes del suyo, con sólo 58.03% de participación en elecciones.

La encuesta nacional realizada en 11 mil domicilios en 2013, dividió el país en cinco regiones, de las cuales a Veracruz lo ubican en el sur, junto con Chiapas, Guerrero y Oaxaca, en las que su ciudadanía se caracteriza por una desconfianza en el prójimo y en la autoridad, especialmente en las instituciones encargadas de la procuración de justicia; su desvinculación social en redes que vayan más allá de la familia, los vecinos y algunas asociaciones religiosas; y su desencanto por los resultados que ha tenido la democracia.

Un indicador alarmante es que en Veracruz, Aguascalientes, Oaxaca, Estado de México, Tabasco y Puebla son lo estados con mayor proporción de ciudadanos aislados, y otro grupo conformado por Guanajuato, Sonora, Distrito Federal y Nuevo León, que forman parte de un conjunto de estados con ciudadanía más conectada. Veracruz, con 85.6%, encabeza la lista de estados muy por encima de la media nacional de ciudadanos más aislados, ubicada en torno a 66.2%. En forma decreciente lo siguen Aguascalientes (80.7%), Oaxaca (76.5%), Estado de México (73.9%), Tabasco (71.6%) y Puebla (71.4).

Con excepción de Sonora y Puebla, la asistencia a reuniones de cabildo es el tipo de actividad con más participantes en el resto de los estados sobrerrepresentados en la encuesta. Veracruz, Sonora, Tabasco y el Estado de México son las entidades con menores tasas de participación en todas las actividades contenidas en la encuesta (la excepción es la asistencia a reuniones de cabildo en el Estado de México).

En términos de la distribución de membresía a nivel estatal, el Distrito Federal sobresale con una participación promedio en casi dos asociaciones. Nuevo León, Veracruz, Guanajuato y Tabasco tienen un promedio cercano de 1.5 membresías, por encima de la media nacional. En los otros estados, Oaxaca alcanzó un poco más de una membresía y Puebla un poco menos de una; los demás tuvieron entre poco menos de una y casi 0.75.

La acción altruista que más realizan los mexicanos es la donación en efectivo a la Cruz Roja, seguida por la ayuda a desconocidos. A nivel estatal, Aguascalientes es la entidad donde los ciudadanos realizan el mayor número de actividades altruistas, pues se colocó dentro de los tres primeros lugares en cinco actividades; le siguen el Distrito Federal y Oaxaca, que quedaron en los tres primeros lugares de acción altruista en cuatro categorías. El tipo de actividad altruista en la que destacan los estados también se diferencia por las características de éstos. Por ejemplo, en el caso de Oaxaca, Tabasco y Veracruz, sus ciudadanos suelen participar mucho más que los otros estados en actividades de beneficio a su comunidad.

Entre los hallazgos más importantes del estudio en lo que se refiere al Estado de Derecho y acceso a la justicia encontramos que seis de cada 10 mexicanos consideran que la ley se respeta poco o nada. Un dato muy grave que denota claramente la incapacidad del Estado para cumplir con una de sus tareas más importantes, la seguridad de sus ciudadanos, es que uno de cada cuatro de los encuestados dijo haber sido víctima de la delincuencia. Más de 40% no considera que la policía haga de su comunidad un lugar más seguro.

Quizá el dato más preocupante es que de los ciudadanos victimizados, 61% no denunció el delito y, peor aún, entre quienes no lo hicieron, 63% dijo que fue porque no sirve de nada y más de la mitad por le falta confianza en la autoridad. Otro resultado igualmente grave es que entre los ciudadanos que acudieron al Ministerio Público a denunciar el delito, más de la mitad (54%) consideró que no sirvió de nada.

La ciudadanía percibe que el Estado no es capaz de cumplir con su tarea de velar por su seguridad 54% señaló que es más importante que la autoridad capture a personas acusadas de cometer algún delito, mientras que sólo 44% dijo que es más importante que las autoridades respeten los derechos humanos; no todos los mexicanos gozan de las mismas oportunidades para el ejercicio de sus derechos ni de su ciudadanía.

En México, al igual que en otros países latinoamericanos, desde principios de los años 90 el abstencionismo ha ido tendiendo al alza, dicha tendencia ha estado acompañada por un descrédito del sistema político, y en especial de los partidos políticos, quienes se han visto incapaces de generar representatividad y confianza en los ciudadanos, sobre todo en los jóvenes —52% de los jóvenes de 18 a 29 años de edad no se identifica con ningún partido—. El voto se ejerce más como una obligación cívica y menos como un acto instrumental para conseguir algo, las mujeres votan más que los hombres.

En Veracruz y la región sur es la más contestataria, al ser donde los ciudadanos firman más peticiones en señal de protesta (58%) y participan en manifestaciones o protestas públicas (68%).

En la categoría de membresía casi la mitad de los mexicanos respondió que no pertenecía ni ha pertenecido a ninguna de las asociaciones religiosas, de padres de familia, deportivas, partidos políticos, sindicatos y grupos estudiantiles.

Las actitudes hacia el gobierno, las protestas y su eficacia son sumamente interesantes: por un lado, existe un fuerte rechazo hacia el bloqueo de calles, carreteras y oficinas gubernamentales, pero al mismo tiempo los mexicanos creen que sus opiniones no les importan a los políticos (72%) mientras que un porcentaje casi idéntico (71%) está en desacuerdo con la idea que “la gente como yo tiene influencia sobre lo que hace el gobierno”. Las variaciones entre niveles económicos y educativos no están muy pronunciadas, un poco más de la mitad de los mexicanos prefiere la democracia a otro sistema de gobierno, ubicando a México por debajo del promedio de apoyo a la democracia en países latinoamericanos.

El nivel de confianza interpersonal es bajo y también lo es la confianza en instituciones políticas y sociales. La falta de confianza interpersonal e institucional también se refleja en que la mayoría de la ciudadanía no cuenta con relaciones con otras personas de la que se pueda derivar un contacto político, los ciudadanos no confían en sus representantes, los diputados, ni en los partidos políticos.

En resumen, México se encuentra en un complejo proceso de construcción de ciudadanía que se caracteriza, en términos muy generales, por una desconfianza en el prójimo y en la autoridad, especialmente en las instituciones encargadas de la procuración de justicia; su desvinculación social en redes que vayan más allá de la familia, los vecinos y algunas asociaciones religiosas; y su desencanto por los resultados que ha tenido la democracia.