De George a Victoria

  • Darío Suárez

Gran conmoción han causado la imágenes que este fin de semana comenzaron a circular a través de las redes sociales en las cuales se puede observar a elementos de la policía municipal de Tulum, Quintana Roo, sometiendo de manera violenta a una mujer, a la cual ya tenían esposada; sin embargo, continuaba siendo sujetada contra el asfalto con la rodilla de uno de los policías sobre su cuello hasta provocarle la muerte.

En uno de los vídeos, se observa a Victoria Esperanza Salazar Arriaza, mujer de origen salvadoreño, madre de dos pequeñas y que radicaba en México con una “visa humanitaria”, tirada en el suelo mientras es sujetada con la rodilla del elemento policiaco, forcejeándose al no poder respirar. En un segundo video, se ve al cuerpo inerte de la mujer sobre el piso, después de haber sido violentada hasta perder la vida y a ninguno de los elementos se les observa hacer lo posible para poder revivirla.

Este caso de brutalidad policiaca, nos remonta al mes de mayo de 2020, cuando George Floyd, ciudadano estadunidense, fue asesinado de manera similar, cuando elementos de la policía de Minneapolis, Minesota, lo sujetaban contra el suelo mientras él pedía que lo soltarán porque no podía respirar, exclamación que se convirtió en el estandarte de la serie de manifestaciones para exigir justicia por su muerte: I can´t breathe! (No puedo respirar).

Casos como el de George Floyd son una constante en la unión americana debido al racismo que aún impera en varios de los estados que la conforman. En este sentido, cabe recordar que el origen afroamericano de Floyd fue el detonante que llevó a los elementos a cometer tal acto. Si bien, la policía estadunidense siempre
se ha caracterizado por utilizar estrategias de sometimiento muy violentas contra quien infringe la ley, no tenía razón de ser el hecho de arrebatarle la vida a un ser humano y menos cuando este ya ha sido sometido.

En el caso de Victoria, el uso excesivo de la fuerza, aunado a la falta de preparación, de capacitación y el desconocimiento de los elementos de los derechos humanos, es un claro ejemplo de lo que a diario viven los ciudadanos en cada rincón del país. Las noticias sobre la forma violenta en la que los elementos de las diversas corporaciones policiacas, federales, estatales y, de manera más recurrente, municipales, son difundidas constantemente en los medios de información o a través de las redes sociales, pero ¿Qué pasa con aquellas que no se difunden o que no dan a conocer y que quedan atrás sin haberse resuelto o aplicado la justicia contra aquellos elementos que atentan contra la vida de un individuo?

Respecto al caso de Victoria, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, dio a conocer que su gobierno se hará cargo de la manutención y estudios de las dos hijas de su compatriota, así mismo, instó al gobierno mexicano a esclarecer el hecho y aplicar la justicia contra quien resulte responsable. Además, en twitter, agregó: “Veo a miles de mexicanos indignados, exigiendo justicia para nuestra compatriota. Ellos están igual de indignados que nosotros. Que no se nos olvide que no fue el pueblo mexicano quien cometió este crimen, sino unos crimínales en la policía de Tulum”(@Nayib Bukele)

A este tipo de hechos se suman muchos más que han causado enojo en la sociedad mexicana, la cual no se ha quedado callada y ha levantado la voz para exigir justicia, ya que tampoco en la policía se puede confiar en este país. Así, podemos recordar el caso de Alexander Gómez, un joven de 16 años, de origen México americano que fue asesinado por la policía de Acatlán de Pérez Figueroa, Oaxaca, al ser confundido con delincuentes, mientras transitaba en motocicleta con unos amigos, los cuales también resultaron lesionados.

De igual forma, el pueblo de Jalisco no olvida aún el asesinato del joven de 30 años, Giovanni López, que fue golpeado brutalmente hasta provocar su muerte por parte de policías de Ixtlahuacán de los membrillos, hecho por el cual la sociedad jalisciense salió a las calles para exigir de manera violenta justicia por este caso.

Aunado a éste, ¿Cómo olvidar el caso del elemento policiaco de Martínez de la Torre, Veracruz, que fue captado sembrando droga a un moto- repartidor, después de haber sido detenido para revisión de rutina? Al parecer, según versión de la propia Secretaría de Seguridad Pública estatal, el elemento fue suspendido, y aunque no se trata de un hecho de homicidio, sí pone en duda la reputación de la corporación.

Mientras estos casos continúen sucediendo, la sociedad mexicana buscará la forma de dar solución a través de la violencia en sus propias manos, al no encontrar respuesta por parte de las autoridades. Lo que es un hecho, es que sí es necesario, además de urgente, una exhausta revisión de cada uno de los perfiles y antecedentes de los policías, dar seguimiento a sus actividades, brindar una mejor capacitación en diversos ámbitos, incluido el de los derechos humanos y el servicio a la ciudadanía, y otorgar mejores condiciones laborales, para hacer valer una de las premisas de uno de estos cuerpos policiacos, que aunque ya extinto, ahora funge como guardia nacional: “Proteger y servir a la comunidad”.

Es cuanto.