Kaze Tachinu

  • Agustín Güiris
Una película fresca que que detalla sus directrices de manera sabría y elegante.

Kaze Tachinu

El Viento se Levanta (Hayao Miyazaki, 2013)

Basada en algunas de las experiencias de Jiro Horikoshi, el afamado ingeniero aeronáutico que diseñó algunos de los más eficaces aviones cazas que usara la armada japonesa durante la segunda guerra mundial, la última cinta de uno de los más grandes y queridos en la animación mundial –Hayao Miyazaki– es también su film más maduro. Su entramado más personal: un ruedo donde los deseos profesionales e íntimos se sacuden en un mismo trazo que si bien pueden conjugarse con cariño por un tiempo, deben separarse por las propias fuerzas de la naturaleza: vida y muerte, espacio y brisa. Vacío y viento que llenan siempre los prados con su solemne abrazo y lenguaje que tanto calma como avista las pugnas a enfrentar. Y si bien puede llegar a no ser redonda en todas sus aristas, su encadenado se aleja brevemente del estilo que le diera renombre al director para mostrarnos una mano más prudente y abundante en el campo emotivo. El seguimiento a su personaje central da paso a diversas lecturas de lo que es la lucha: sus valores y temores. El vigor y las bajezas del combate personal, amatorio o bien belicoso. 

Con la portentosa estética a la que nos tiene acostumbrado, el diseño sobre el lienzo que ataca Miyazaki está lleno de color, de brillantes momentos que impactan a cada secuencia. La inspiración propia del realizador, así como la de nuestro protagonista, nos sobrepasa a cada instante: ambas se amalgaman en una aguda cualidad de la imaginación. El camino sorteado dentro de la película es el de los sueños, las aspiraciones por algo que si bien es negado en un sentido (conquistar el vuelo), se puede revertir y buscar desde otros perspectivas; expectantes sugerencias de esperanza que verán pasar el tiempo hasta encontrar el sentido normativo de la existencia y el destino.

Como seguimiento de vida al homenajeado, el pequeño Horikoshi se entretiene en la duermevela mientras apresa los aires y ayuda a sus semejantes. Mientras se encamina con los años a lo que ha de ser su investidura principal: diseñar algunos de los aeroplanos más bellos de la historia. Tanto su educación como la búsqueda de las piezas elementales para dicha victoria aeronáutica, así como sus primeros bocetos de éxito, nos permiten dar un pequeño repaso a la constrastente vida japonesa de la época. Por un lado la modernidad integrándose a un país en sus albores tecnológicos, por otro las sacudidas sociales, monetarias, naturales y de salud que sucumbieran a dicha sociedad en mismos años. Durante el encadenado, es cierto, pareciera que el mundo impone sus reglas a las metas de Horikoshi; como si este deseara que quedarán sepultadas en el hartazgo. En la gris línea que todo lo que se deja detrás en el olvido. Y, claro, como en todo paso furtivo, también se da cita el amor. Una afrenta más con la que tendrá que lidiar nuestro joven, dubitativo y enternecido guía.

Los campos oníricos que explora el filme comen aparte. Las ensoñaciones que tiene Horikoshi a lo largo de la cinta son de resultados sobresalientes. El manejo del quebranto a la realidad impuesta son de un ingenio mayúsculo, de una portentosa fuerza de inventiva que empapa las acciones de fantasía y vivacidad. Sin duda estas son las secuencias que impactan de sobremanera al espectador. La inferencia y sensatez de dichos momentos son los que vierten la magia dentro de este melodrama de animación.

En la que quizá sea su incisiva última obra, Hayan Miyazaki recubre las pasiones de una forma tan natural que no podemos sino dejarnos llevar por una narrativa que nos habla por debajo de sus alas, que nos exige escucharla a detalle, incluso en los suspiros. Se Levanta el Viento es, pues, una película fresca que que detalla sus directrices de manera sabría y elegante. Enseña sus portentos sin falsa modestia y se da la oportunidad de recordarnos que en eso de la guerra no hay víctoriosos sino pura tragedia en el césped de la historia.

Se Levanta el Viento, de Hayao Miyazaki

Calificación: 3 de 5 (Buena).

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Agustín Güiris

Realizador independiente y profesor de cine en diversas instituciones. Realizó un Master en Dirección Cinematográfica en España y ha dirigido y producido cortos de ficción y diversos proyectos de documental.