Personal con estudio profesionales comprobados y proyectos viables a corto plazo, son las prioridades de la actual administración estatal panista.

Muchos políticos en diversos momentos han hablado de políticas públicas de ahorro, pero hoy esto debería ser más que una promesa de gobierno un compromiso real.

Lo cierto es que hasta el profesional egresado de la mejor universidad o de mayor experiencia no siempre está capacitado para afrontar retos de austeridad y proyección de inmediatez.

Fue acertado en esta administración aceptar personal con cédula profesional, lo que está en discusión es si todos tienen la capacidad de ofrecer resultados en un contexto crítico.

El gobierno del estado de Veracruz hoy necesita personas comprometidas, con la inteligencia necesaria para hacer más con menos, y no todos tienen esa particularidad.

Hay quienes toda su vida han trabajado en estas condiciones, y que más que quejarse han ofrecido extraordinarios resultados.

Detengámonos un momento en el Instituto Veracruzano de Cultura (IVEC), responsable de impartir la política cultural del estado.

Una institución con un penoso techo presupuestal de aproximadamente 100 millones de pesos anuales, sin dejar de mencionar una nómina recargada, un reto con el que tendrá que lidiar Enrique Márquez Almazán, nuevo director del IVEC.

Salir del estado de confort y renovar la política cultural son las bases del programa que pretende implementar el ex director ejecutivo de la Orquesta Filarmónica del Boca del Río.

Se trata pues de un funcionario que por cierto llegó muy relajado y se presentó de manera amigable con su personal en un par de reuniones, y quien ratificó en el cargo únicamente a Manuel Salinas Arellano en la Fototeca de la Ciudad.

La congruencia

Márquez Almazán hasta entonces ha actuado de manera amable con su personal y con los medios de comunicación, pero hay un aspecto que lo obligan a conducirse con estricta congruencia a la hora de elegir o depurar la nómina sin tintes partidistas.

Anteponer los colores por encima de la capacidad del personal, desmoronaría la credibilidad, entereza y congruencia del nuevo director del IVEC por una simple y sencilla razón.

Una de las personas cercanas al funcionario cultural es nada más y nada menos que la arquitecta Clara Luz Remes Sánchez, Subdirector de Artes y Patrimonio, y Director de la Pinacoteca Diego Rivera en Xalapa.

Nadie duda de la capacidad profesional en la administración pública de Remes Sánchez, a quien conocemos de trayectoria y trabajo de manera cercana. No obstante, su sola presencia ha causado contradicciones dentro del personal de instituto.

Su nombre remite a los trabajadores del instituto a la administración del ex gobernador Miguel Alemán Velasco, siendo directora del IVEC la priista Leticia Perlasca Núñez, con quien ocupó el mismo cargo que ahora ostenta.

Tampoco es un secreto que es hija de la también priista recalcitrante Nieves Sánchez, quien es miembro activo y pieza importante dentro del Partido Revolucionario Institucional (PRI) de la Ciudad de Veracruz.

Este compromiso tan evidente para muchos, nos permite creer que se trata de un acto de valoración de capacidades más allá de los partidos; lo que nos lleva a pensar que Márquez Almazán está más que obligado a medir las capacidades de todos no por sus colores sino por sus logros.

Trabajar más con menos

Nadie es indispensable en la administración pública, pero a partir de esta crisis que impera en el estado, se necesita gente que haga más que poseer un abultado currículum, sino que cuente con las habilidades para hacer más con menos, y eso no lo enseñan en las universidades.

Hay personajes de la vida cultural en Veracruz que aportarían mucho en una situación precaria como en la que se vive hoy; esos hombres y mujeres tiene nombres y apellidos.

Podemos mencionar a Miguel Zamudio Abdala, incansable promotor del danzón, quien ha tenido la inteligencia no sólo de reunir cada año a la comunidad danzonera de casi todo el país, también hacer aportes en el tema de la investigación y la difusión.

Un esfuerzo que ha realizado con o sin apoyos municipales, estatales y federales. Ha trabajado en momentos de abundancia y recientemente en situaciones difíciles.

Zamudio Abdala ha destacado en la creación de grupos de bailadores de danzón, ha implementado todo un programa de enseñanza de este género; insistiendo siempre en sembrar la semilla en las nuevas generaciones.

Su trabajo también se ha concentrado en el incentivo a la creación musical del danzón y a la interpretación del mismo, pero sobre todo ha hecho un gran trabajo en la gestión cultural para impulsar sus proyectos cuando no hay apoyos locales y estatales.

Si hablamos de artes plásticas no podemos dejar de mencionar a la incansable promotora cultural Ivonne Moreno Uscanga. Maestra en administración pública y especialista en Historia del Arte.

Me atrevería a decir que muy pocas personas comprenden, entienden y se esfuerzan en resolver las necesidades de la comunidad plástica veracruzana.

Su profesionalismo y dedicación han contribuido a la promotoría cultural estando dentro o fuera del sistema de gobierno; y sería un extraordinario elementos en tiempo precarios por lo que atraviesa el instituto.

Desde la fundación del IVEC, Moreno Uscanga se ha reconocido por su interés en brindar espacios públicos y privados para que los creadores expongan su trabajo, también para la venta de sus obras.

Hoy el artista no únicamente necesita exponer su trabajo, también necesita que sea conocido, reconocido y sujeto de venta, es la exigencia recurrente de todo creador.

Las cualidades de Ivonne la posicionan como un elemento idóneo e imprescindible en los espacios culturales del instituto; su concepción de la promotoría cultural va más allá de colgar cuadros, enviar invitación y cortar listones.

El pulso de la comunidad cultural, las inquietudes, problemáticas, la documentación, el análisis, el desarrollo, la psicología, el progreso y las limitantes del gremio plástico son apenas algunos datos que Moreno maneja con gran habilidad.

Prescindir de ambos elementos sería más costoso para el IVEC que un acto de beneficio, la experiencia es oro molido en una administración de 730 días de gobierno.

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