Debilidad mental: justificación social

  • Nyx Diahann Sánchez Fierro
La debilidad se ha convertido en un estilo de vida propia del contexto en el que nos situamos

Pena, impotencia, inseguridad, temor, miedo, falta de decisión o de carácter, chantaje, sumisión, dependencia, codependencia, indecisión, son algunas de las características que reflejan la debilidad de una persona; pero surge una cuestión, ¿existen personas débiles o solo justifican su incapacidad usando la debilidad como factor distractor de sus carencias? La debilidad en apariencia sería algo difícil de controlar (no imposible), incluso puede entenderse como una reacción inconsciente ante un suceso; por lo contrario, la incapacidad de una persona tiene una solución evidente: la preparación, el aprendizaje consciente. El conflicto (para muchas personas) es que requiere esfuerzo, valentía, decisión, gallardía, ímpetu y eso asusta a las personas. Entonces, conviene ser débiles.

La debilidad se ha convertido en un estilo de vida propia del contexto en el que nos situamos: “la comodidad” y lo cómodo resulta ser lo fácil, lo que no necesita tiempo, razonamiento o análisis, lo inmediato, lo que no se sustenta aunque vaya en contra de nuestros principios e ideales, decir que sí a todo aun sin saber el riesgo que esto implica, la pasividad, la inutilidad, lo simple, lo popular…

De tal manera, que a este tipo de personas es muy sencillo manipular (en cualquier aspecto), cambian de opinión con facilidad pero no por decisión propia, la participación ciudadana, el emprendimiento social, el liderazgo político, su empleo, su pareja, su bienestar, su felicidad, su persona, siempre estará en manos de alguien más. Analicemos:

La debilidad mental solo es falta de decisión para elegir y que socialmente justifica sus acciones, esto nos permite entender por qué hay personas que no cumplen satisfactoriamente con sus actividades laborales, ciudadanos sin ir a votar o bien sin darse a la tarea de conocer a sus candidatos, personas con miedo de salir a la calle pero sin el valor civil de dar una solución, personas desesperadas en el tráfico sin iniciativa de ser prudentes para aligerar el paso, familias caóticas sin la visión de separarse para vivir mejor, personas tratando de conseguir algún beneficio de programas federales con la capacidad física o moral de vivir sin ese recurso, maltrato en el noviazgo, hijos manipulando a sus padres, estudiantes quejándose de tener que ir a la escuela; esto es debilidad y tiene relación con algunas de las características ya mencionadas. México necesita hombres y mujeres fuertes, capaces, sin temor a lo que los demás piensen, sin miedo a tomar la iniciativa o a equivocarse, leales a sus ideales, fieles a sus creencias, decididos a decir “no” cuando no se comulga con ciertas opiniones, dejemos de justificarnos ante la sociedad de acuerdo a la apariencia que tenemos y transformémosla para que cada miembro de esta tome la iniciativa y tenga la convicción de vivir satisfactoriamente.

Las personas débiles no existen, solo crearon esa idea en un momento de inestabilidad o simple fragilidad emocional.

¿Cómo no ser una persona débil? Siendo una persona íntegra, con la necesidad de mejorar cada día en todos los aspectos que le competen, enseñando a las futuras generaciones la importancia del bien común y señalando la relevancia de la decisión propia, resaltando su capacidad de dar sin esperar que haya una gratificación inmediata.

Antes de enfocarnos en ser un buen ciudadano, debemos ser buenas personas, buenas en excelencia, aceptando lo actos que benefician a la sociedad y transformando lo malo; siendo los mejores en los roles que se desarrollen, con amor al país, no de manera territorial sino con gratitud y capacidad de aportar bienes comunes.

La idea, es enfocarse en un pensamiento constructivo, más allá de calificar o identificar orígenes de la realidad social, podemos elegir un compromiso moral y así mejorar el entorno, no debemos justificarnos con nadie cuando lo que se hace o se dice es lo correcto, hagamos a un lado la debilidad mental y retomemos las ideas proactivas.

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Nyx Diahann Sánchez Fierro

Psicóloga social por la UAT (Tlaxcala), investigación en la conducta homicida. Docente en Bachillerato. Estudia maestría en Educación (UPAEP) y aborda temas de psicología, ética, educación  y sociedad.