Gasolinazo y tejido social: nos está llevando la tía de las muchachas...

  • José Luis Ortega Vidal
El gasolinazo es una consecuencia de esas Reformas Estructurales y de su fracaso

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Busco una definición sobre tejido social y encuentro ésta de la organización Hábitat para la Humanidad, México A.C.:

El tejido social

A menudo, en los medios de comunicación, escuchamos este término cuando se hace referencia a programas de bienestar social o de comportamiento humano, pero ¿qué es el tejido social? Es todo eso que tenemos en común quienes pertenecemos a una comunidad, es lo que nos une, que nos identifica, nos hace ser lo que somos y sentirnos parte de una misma cultura, de una misma tradición.

Es sinónimo de solidaridad, de protección, de respeto a los derechos y seguridad ante las adversidades. Es saber que podemos contar con nuestros vecinos en caso de una adversidad o saber que podemos compartir nuestra estabilidad ofreciendo un poco de lo que tenemos.

Se refiere a las relaciones significativas que determina formas particulares de ser, producir, interactuar y proyectarse en los ámbitos familiares, comunitarios y laborales.

Podemos decir que el tejido social lo conforma un grupo de personas que se unen para satisfacer necesidades humanas elementales o superiores, como son: alimento, salud, educación seguridad social, cultura, deporte, servicios públicos, transporte y todo lo que represente mejor calidad de vida.

Existen 2 tipos de tejido social:

El familiar: Es el nexo que forman personas por parentescos sanguíneos o núcleo mutuo que se convive a diario, estos son: abuelos, padres, hijos, hermanos, tíos, sobrinos, primos y otros. Se necesitan entre sí para satisfacer necesidades o ayudarse.

El comunitario: Nace de diferentes núcleos familiares que conviven muy cerca para formar una comunidad.*

Me parece que hay un acercamiento al concepto de tejido social pero es una definición incompleta.

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Observo videos y fotografías de protestas en comunidades, municipios, vías de comunicación de todas las entidades federativas mexicanas a propósito del gasolinazo del primero de enero y me queda claro que hay una violación al estado de derecho pero ¿implica esto un deterioro del tejido social?

¿Existe una vinculación entre ambos elementos de la convivencia social? En mi opinión sí, la hay. Luego entonces, a la definición de Hábitat sobre el tejido social debemos añadir el papel que desempeña el Estado -amén de la sociedad- en torno al tema.

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Hablé en el Claroscuros titulado:

Gasolinazo: coño ¿quién dijo que las gallinas tienen chichis?

sobre los modelos económicos previos al neoliberalismo impulsado en México desde el último cuarto del siglo XX y que condujo en el 2013 a las Reformas Estructurales de nuestro país.

Bueno, el gasolinazo es una consecuencia de esas Reformas Estructurales y de su fracaso en sus primeros 3 años de vida.

En el 2015, durante un taller sobre la petroquímica en México organizado en la capital del país por Braskem Idesa, los ponentes –conferencistas del más alto nivel académico como Luis de la Calle y Bernardo de la Garza- explicaron que las Reformas Estructurales darían resultados en quince o veinte años. No antes.

Calificaron de positiva la decisión de modificar la Constitución para abrir sectores como el petrolero a la inversión privada nacional y extranjera; ofrecieron cifras, análisis en prospectiva y en suma fueron optimistas acerca del futuro económico mexicano...a mediano y largo plazo.

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Existe una tremenda diferencia entre la macro y la microeconomía.

Los economistas referidos hablaron en lenguaje macroeconómico y el gasolinazo que está evidenciando severos daños en el tejido social del país –en unos estados más que en otros; en unas regiones con mayor profundidad y antecedentes históricos que en otras- es un tema de macro pero también de microeconomía.

¿Cómo explicarle a un vendedor de tegogolos de Catemaco que viaja cada día a Acayucan o Coatzacoalcos que el pasaje hoy le cuesta 10 % más pero que dentro de 15 o 20 años su economía personal mejorará?

Hablemos con campesinos michoacanos de Tierra Caliente y pidamos que tengan paciencia porque la Zona Económica Especial del puerto “Lázaro Cárdenas” se concretará -se los juramos- y eso dará beneficios para su entidad y en consecuencia para su respectiva población.

Claro, deben entender que el aumento a la gasolina era inevitable, que las Reformas Estructurales no son “enchílame esta gorda” y que la violencia cotidiana que les rodea es algo que deben aguantar con el apoyo de la Virgen de Guadalupe.

¿Cómo esperar –humanamente- que dichos ciudadanos acepten de buena gana que “nos está cargando la tía de las muchachas”?

Los políticos saben que las cifras macroeconómicas no sirven para conseguir votos y en consecuencia mienten.

He ahí la explicación sobre los engaños del presidente Enrique Peña Nieto al sostener durante dos años que no habría más gasolinazos y de pronto toparse –a un año y medio de la elección de su reemplazo- con el incremento en el costo de combustibles que ha generado caos en un país que mayoritariamente lo desprecia.

Autopistas bloqueadas en diversas zonas del país; el Estado de México, Sinaloa, la Ciudad de México, Querétaro, etcétera, con gasolineras saqueadas, casetas secuestradas, protestas por doquier. En Veracruz, la suma de expendios de combustibles atacados sumaría 50.

Actos vandálicos que dañan a terceros y que no se permitirán declaró este miércoles el gobernador veracruzano Miguel Angel Yunes Linares.

¿Cómo planea nuestra clase política detener esta fuerza social huracanada que apenas da visos sobre su potencial furia pero que ha demostrado su descomposición en fenómenos como la violencia vía grupos de autodefensa; el hartazgo político y social; las demandas de empleo tomando casetas; protestas por las reformas estructurales que no cesan y –también- con el crecimiento de la fuerza del crimen organizado capaz de retar al Estado y a menudo derrotarlo en más de un enfrentamiento?

¿El crimen organizado es un fenómeno vinculado a la descomposición del tejido social?

Sí. Un ejemplo: los jóvenes desaparecidos, muertos y descuartizados porque consumían y no pagaron drogas o porque trabajaban para un cártel y los rivales “enviaron un mensaje”.

Es un asunto de leyes, sí, pero también social por cuanto la base familiar presenta muestras de deterioro y el narcotráfico incorpora a sus filas a menores que son captados por la fuerza o…por su voluntad.

No vayamos lejos: en Poza Rica el 31 de diciembre se detuvo a 37 secuestradores, 2 de los cuales son menores de edad; violencia, asunto de leyes pero también daño al tejido social. Sin duda.

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La clase política no admite su corrupción y cuando la admite se protege; para eso ha construido durante décadas su vocación hacia la complicidad.

El gasolinazo responde a esa lógica y el tejido social termina afectado como un cuerpo con cáncer metastásico.

* http://www.habitatmexico.org/el-tejido-social/