Caída libre

  • Eduardo Barrios

Quedó claro que las intenciones del todavía gobernador de Veracruz, Javier Duarte, a quien por cierto le restan 142 días y 15 horas en el poder, es blindarse para poder rehuir a la justicia.

Lo interesante está por venir, porque las peripecias y lo evidente ya lo hemos visto en las últimas semanas con el espectáculo montado por los diputados priístas de la LXIII legislatura para la elección del nuevo Fiscal Anticorrupción, que, despistados cual niño sin mamá en supermercado, prefirieron “reventar” la sesión. Al menos un acto sensato en lo que van de su paso por el Congreso veracruzano.

Y digo sensato porque después, se han encargado, como si no fueran un poder autónomo, de aprobar cualquier invento del gobernador saliente en los últimos años, es más ni ponen atención a las sesiones. El grado de complicidad llegó a proyectar memorables escenas de los diputados en pláticas placenteras, mientras se “discutían” iniciativas importantes, para después, sin voltear a ver, levantar el dedo aprobando bodrios sin pies ni cabeza.

Le decía, lo interesante es aquello que no hemos visto (pero seguro ya hay como estrategia) y que solo sabremos cuando el gobernador electo (esperemos que lo siga haciendo), decida revisar el grado de descomposición en el que dejó a Veracruz el priísta más cuestionado y desaprobado de los últimos tiempos y con el que se acabaron más de 80 años de ese partido en el poder.

Le toca al gobernador electo no cancanear frente a lo que encuentre, sino cantar a todos los veracruzanos con estrategia todo aquello que encuentre opaco, turbulento, desaseado, incompleto, cojo, disfuncional, desviado, vamos que informe con santo y seña las condiciones en las que recibe el estado, hacer lo opuesto irá en su contra.

La presión del gobierno entrante y la orfandad política de los diputados priístas en el Congreso de Veracruz parecen haber logrado resistir el embate duartista para conseguir imponer un fiscal a modo, por lo pronto Francisco Portilla Bonilla, por la polémica, “renunció”.

Ahora la “terna” la integran Alberto Tomassini Martínez y Guadalupe Porras David. Los diputados panistas ya han declarado que el primero ha sido consejero jurídico de la administración Duarte y la segunda, es la madre de Ciro Gonzalo Félix por lo que incurriría en conflicto de intereses.

Veremos, con la nueva convocatoria para elegir al dichoso Fiscal Anticorrupción, si efectivamente en el pulso de poderes, la administración saliente logra su cometido, por lo pronto todo parece indicar que las cosas van, en caída libre.

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