El estado de Veracruz se inscribió en la corriente del Gobierno Abierto como parte de sus compromisos para lograr una administración más transparente, efectiva, que apela a la rendición de cuentas, con instituciones que robustecen la participación de la sociedad y que responden a sus necesidades y aspiraciones.

La práctica nos dice que, los objetivos estuvieron muy lejos de alcanzarse.

Llevar este tema a la mesa en Veracruz para debatir con las instituciones su pertinencia, ha sido particularmente difícil, entendiendo que es una forma novedosa de gobernanza y con ella se rompen paradigmas y arcaicas prácticas que han herido por momentos, de muerte, a las instituciones.

¿Le gustaría un ejemplo?: hasta el momento la administración estatal no ha desmontado ni una sola palabra de la investigación periodística de las empresas fantasma, que exhiben una administración opaca y con poco interés de rendir cuentas lejos del enojo y las descalificaciones.

No está de más decir que México, al inscribirse a la Alianza por el Gobierno Abierto confirma el acuerdo de cumplir con cuatro expectativas comunes: 1) Suscribir los principios del Gobierno Abierto (que ya hemos abundado en otros textos), 2) Tener un plan nacional de acción de amplia aplicación, 3) Comprometerse a un informe de evaluación a cargo de expertos independientes, 4) Contribuir a la promoción del Gobierno Abierto en otros países a través del intercambio de ideas, prácticas y tecnologías.

Particularmente nuestro país, ha atravesado por episodios muy puntuales de desproporcionada y evidente corrupción entre funcionarios e instituciones, aunado a ello, una desaprobación escandalosa del Presidente Enrique Peña Nieto, confirma el hartazgo de los ciudadanos.

Una clara muestra de esa necesidad de cambio y renovación, la dieron los propios ciudadanos en las recientes jornadas electorales, en dónde se vio afectado un instituto político que, a todas luces, necesita una transformación de fondo y no solo de forma con líderes apartados de prácticas corporativas y con aires faraónicos que alejan cada día a sus potenciales electores.

Vamos a distanciarnos en este espacio de pretenciosas y falaces ideas de una administración nueva que viene a transformar todo, por dos razones principalmente: 1) son dos años y, aunque la nueva administración tiene amplio margen de maniobra, pues cuenta con mayoría en el Congreso Local, lo cierto es que, 2) falta ver que en realidad exista un compromiso con la transparencia y rendición de cuentas, el beneficio de la duda está.

Hay que recordarle a quienes constituirán la nueva administración que se encuentran en ese lugar básica y principalmente, porque los ciudadanos están cansados de tanta corrupción e impunidad, de muertos y desaparecidos, de zozobra.

La transparencia, rendición de cuentas, participación ciudadana, vamos, el Gobierno Abierto llegó para quedarse y debe sobrevivir a las administraciones, sean del color que sean.

Los altos valores cívicos demandados por los ciudadanos, no distinguen entre colores e ideologías, el tema está vigente, es necesario y debe continuar.

Usted, ¿qué piensa?, lo invito a que me deje sus comentarios en mi cuenta de Twitter @EduardoBarrios_, allá hablamos #DeTodoEnDigital.