2016, la despedida

  • J. Enrique Olivera

Se insistió en la inminente llegada del lobo, caso omiso a la advertencia, hoy el lobo se comió a Caperucita y, de paso, a la abuela vapuleo.

Para oídos sordos no necesariamente palabras necias. Para quién no quiere ver ni escuchar, no hay distingo, es la conclusión a que se puede llegar al concluir el quinto año de un gobernador fallido que, encerrado en su cápsula de corrupción impune, sólo confió en su verdad, la de un triunfalismo sin sustento que calificó como “prosperidad. La cruda realidad de un Veracruz sumido en el hartazgo y desaliento social, derrumbe económico, estado de derecho maltrecho y política política en franco deterioro, ni la escucho ni la vio, insistiendo en profundizar la crisis que el mismo propició.

En este marco, Javier Duarte de Ochoa inicia su sexto y último año de mandato, al nivel más bajo de aceptación entre sus gobernados, ayuno de credibilidad y confianza y sin el respaldo de una prensa servil que,  de tanto hacerle y seguirle  el juego a cambio de convenios y prebendas ha dejado de serle útil.

No teniendo ya nada que perder políticamente y sí consolidar bienestar personal y familiar, el estruendo en la calle no le cala, como tampoco le cala el orillar a su partido a más que anunciada derrota, ya se va y es lo que importa, Peña Nieto y sus intereses electorales  pueden esperar sentados, una vida muelle y sin  sobresaltos en el extranjero valen más que una derrota. 2016 será más que triunfal despedida al sonar de heráldicas trompetas, justificada huida por la puerta de servicio.

Que el que viene atrás, se haga cargo del entuerto, al fin y al cabo los platos rotos, hoy y a lo largo de 30 años,  ya los paga el ciudadano que, sin más defensa que sus altisonantes improperios para el que se va, en 2016  mirón de palo habrá de ser en el escenario en el que todos ponen y uno y sus contados pajes, en su último adiós, “año de Hidalgo” rendirán culto al agandalle.

Nuevo año

En los tendidos, unos y otros, intercambiamos bienaventuranzas, expresando nuestros mejores deseos para el año que comienza. Vano optimismo,  tras cinco años de desastre el que tenga más saliva comerá más pinole;  2016 desde ahora se anuncia con no muy buenos augurios. Más de lo mismo y algo peor, es el mensaje trasmitido a golpe de tolete contra ancianos indefensos.

Pero no sólo la gran familia veracruzana tendrá de que ocuparse y preocuparse viviendo el nuevo año bajo el régimen duartista sin zanahoria y con garrote, ante el fracaso de las llamadas reformas estructurales, y el rechazo cada vez más amplio a políticas públicas regresivas, represivas y empobrecedoras, el país entero que a decir de Peña Nieto “se prepara para el gran despegue”, tocando fondo en una crisis insoluble marcha por igual camino, el del circo triunfalista  sin pan para los más.

La esperanza muere al último

Si cada quien habla como le va en la feria, el reconocer y tomar conciencia de lo que dicta la necia realidad, es fortalecer esperanza en lo que viene; no hay mal que dure cien años dice la conseja y el pueblo oprimido, explotado y manipulado así lo entiende.

Las heridas abiertas y las contradicciones en el seno de un México desigualmente injusto, en el que convive pobreza extrema con ultrajante concentración de riqueza de minorías privilegiadas, modernidad y atraso se retroalimentan en vaivén  dialéctico, anunciando a flor de piel que ha llegado la hora de transformar descontento y hartazgo en acción organizada consecuente.

La esperanza es lo último que muere, si el nuevo año trae torta bajo el brazo, esta será de intensas movilizaciones compartidas solidariamente entre los que menos tienen y una clase media empobrecida. En ola ascendente se irán rompiendo las cadenas del silencio. Bienvenido sea el 2016

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J. Enrique Olivera

Como reportero laboró en los diarios, “Tiempo” y “El Imparcial de Xalapa”, del que fuera jefe de redacción. Fundando más tarde el boletín diario de noticias “Correo de la Noche” y la revista “Análisis”, en la capital veracruzana.  

Se incorporó a la Confederación Nacional Campesina, participando como delegado del CEN en el Plan Chontalpa, Tabasco. En el sector público federal prestó sus servicios como Sub residente de promoción social y económica de la Comisión del Grijalva en el Plan Balancán-Tenosique; Subdelegado de organización de la SRA en Quintana Roo y Yucatán; Supervisor técnico en el sureste del Fideicomiso de Organización y Capacitación campesina del BANRURAL; Jefe de la Unidad de Supervisión y control de la Delegación de la Secretaría de Programación y Presupuesto en Yucatán; Director de Evaluación Regional en la Subsecretaría de Evaluación de la SPP; Gerente del Banco Nacional Pesquero y Portuario para los estados de Yucatán y Quintana Roo; Delegado federal de Pesca en Quintana Roo; Responsable de promoción de proyectos productivos pesqueros, en la Comisión Intersecretarial para la atención de La Chontalpa y Región Lagunar del Estado de Tabasco. 

También se desempeñó como Jefe de la Unidad de Supervisión del Comité Promotor de Desarrollo de Yucatán, Director de Fomento Industrial en el gobierno del estado de Yucatán, y como Secretario Estatal de Pesca en el de Quintana Roo.

Retomando el periodismo actualmente edita el Semanario en línea Pulso crítico y como articulista independiente  sus colaboraciones se publican en diversos medios digitales en el internet.