Renuncio

  • Luis Gerardo Martínez García

Renuncio a creer que todo siga igual

a la injusticia a la pobreza a la desigualdad al abandono

A pensar que nada cambiará

aún con las protestas y adversidades

Que la esperanza sea un espejismo

a justificar la corrupción y la impunidad renuncio

 

Renuncio a la manta que grita seguridad

al puente que sirve para encumbrar la maldad

al silencio del estudiante y su apatía mordaz

A creer que la niñez no lleva lápiz sino fusil

también renuncio a la política de usos perversos

a no pronunciar la última letra del abecedario

por los temores que en su sonido encierra

 

Renuncio a la negación que en absurdo

se colocó a muchas palabras sublevando

su sin sentido inseguridad insensatez injusticia

impensable inviable invisible renuncio

Renuncio a pensar cada puerta cada ventana

encadenadas prohibiendo la entrada, y también la salida

Renuncio a ese parque enrejado

esa escuela sellada

esa juventud enclaustrada

 

Renuncio al no respirar las calles

a perder lo público de los espacios

A contar las horas en que acabe la pesadilla

renuncio a que el escritor calle

y el periodista huya

Y que las noches sean acompañadas de sirenas

disparos gritos y otra vez silencio y más silencio

renuncio

 

A que el dueño del dinero abundante se inunde

de deseos esclavizantes con disfraz de éxito

A que la yerba crezca cruzando fronteras matando gentes

A que la ambición se anticipe al anhelo

de esos y aquellos que quieren

Renuncio a lo fugaz que nos hace ser ahora

lo que no somos y, tal vez, no queramos

 

Renuncio a irnos sin despedirnos

sin leernos, sin vernos, sin oírnos

Al ruido ensordecedor en que viven aquellos

esos que sólo escuchan el sonar del dinero

producto de lo turbio, que le da para estar sin vivir

Sin existir renuncian a la dignidad corriendo las prisas

de una vida con rumbo, sin meta.

 

Renuncio a la posibilidad de censurar

la poesía, la filosofía, la música, la pintura

Callar al académico, al periodista, al campesino, al indígena

renuncio por el simple hecho de que la palabra es el otro sentido del ser

porque la palabra puede decirse o callarse, pero por voluntad propia

Renuncio a olvidar al sordo sus creencias y tradiciones

su haceres y desaciertos.

A la rutina renuncio la que ahoga cohibe enmudece

 

Renuncio a la velocidad extrema de las redes

al chisme (que no a la mentira) no a la ciencia

A lo torcido de las políticas de algunos políticos

que dan rienda suelta a la avaricia con sabor a gloria dicen

renuncio a ignorar la noche y a no apapachar el día

a mojar la lluvia y asolear el viento

 

Al punto la coma el acento el guión

renuncio a la exclamación la interrogación

cómplice en la confusión y la interpretación

Renuncio a una sola interpretación

A dejar de escribir

 

Renuncio a todo menos al arte de vivir