Agresión sexual en el futbol… ¿quién miente?

  • Silvia Susana Jácome G.

Debo confesar que me encanta el futbol y que, pese al mal momento por el que atraviesan, desde chica soy aficionada de las Chivas y lo seguiré siendo. Pero, como dijera el clásico, reconozco que “el futbol es lo más importante de lo menos importante”.

Hoy, más que nunca, la frase es cierta. Que las Chivas no calificaron a la liguilla… no me importa; que las Chivas quedarán muy cerca del descenso a partir del porcentaje con el que iniciarán la próxima temporada… tampoco me importa.

En este momento, lo único que me importa al hablar de las Chivas es lo que ocurrió en el consultorio de la podóloga hace unos días, cuando el entonces director técnico Ricardo Antonio Lavolpe ingreso a ese lugar y… ese es el punto, que sólo la podóloga y el propio Ricardo Antonio saben con certeza lo que ahí ocurrió.

Lo que el resto de los mortales supimos el pasado 30 de abril fue lo que dijo Jorge Vergara en conferencia de prensa, y lo que al día siguiente desmintió el propio Lavolpe. En resumen, la versión del propietario de las Chivas fue que el técnico cesado había agredido sexualmente a una de las mujeres que trabajan para el club, y la versión del ex técnico mundialista fue que solamente entró a reclamarle que le diera masajes a los jugadores y que se oponía totalmente a que utilizara árnica en esos masajes. Ricardo Antonio agregó que el club le pagó menos de lo acordado por sus servicios y que tenía diferencias con la directiva por ciertos nexos con uno de los promotores más activos en el futbol nacional, lo que algunos analistas calificaron como una cortina de humo para tratar de distraer del problema central.

Las especulaciones no se hicieron esperar, así como las filtraciones de todo tipo.

Al inicio de la semana, un diario deportivo de circulación nacional dio a conocer el texto de la denuncia que la podóloga presentó ante las autoridades y en donde que se narra que el pasado 17 de abril Ricardo Antonio Lavolpe ingresó a su consultorio con una toalla atada a la cintura como única prenda y que la instó a que le tocara los genitales. Al negarse la podóloga, el director técnico la jaló y la tomó de la mano con intención de que lo tocara. Y, de acuerdo al texto de la denuncia le dijo: “¡Tócame, tócame!, ¿o qué, te da miedo?”.

Será la autoridad quien, con los elementos que logre reunir emitirá un veredicto. Lo demás son simples especulaciones de quienes hemos seguido el asunto a través de los medios de comunicación.

En ese tenor de las especulaciones, y tratando de unir las piezas del rompecabezas, hay un comentario que José Ramón Fernández hizo desde una en las pantallas de ESPN y que no habría que soslayar. A decir del reconocido comentarista deportivo, él mismo tuvo oportunidad de hablar con Lavolpe –todavía no se llevaba a cabo la conferencia de prensa del técnico- quien le habría dicho que se había equivocado al malinterpretar un “juego de palabras” (así lo dijo José Ramón y mencionó que no sabía a qué se había querido referir Lavolpe con eso del juego de palabras)

Hoy, a partir de lo que se ha dicho, me atrevo a plantear un escenario posible: al señor Lavolpe le llegó la información en relación a que la podóloga daba masajes y él creyó que se trataban de masajes eróticos. Así es que, confiado en que obtendría lo que deseaba, acudió al consultorio de la podóloga con nada más que la toalla puesta. Pero al darse cuenta de la negativa de esta mujer, el hombre no quiso quedarse con las ganas y trató de forzarla.

Es, repito, un escenario posible y planteado en un espacio de opinión, sin ninguna evidencia contundente pero, me parece, que al menos resulta verosímil.

Si eso fue lo que ocurrió en ese mediodía del 17 de abril y a esa conclusión llega la autoridad, se tendrá que actuar con toda la legalidad que el asunto merece. Se habría violado la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en la modalidad de violencia sexual. Pero el juicio tendrá que llevarse a cabo en las instancias correspondientes y el veredicto tendrá que dictarlo la autoridad, no los medios de comunicación a quienes sólo corresponde brindar información y emitir opiniones que son sólo eso, opiniones y no juicios sumarios.

Sea lo que ocurra con el desenlace de este caso, lo cierto es que no hay razones para pensar que situaciones de esta naturaleza no existan en nuestro futbol. No hace mucho, y a raíz de la queja expresada por un joven futbolista de los Pumas en el sentido de que un buscador de talentos le habría pedido 10 mil pesos para incorporarlo al club Pachuca, se hicieron acusaciones serias en uno de los tantos espacios televisivos. Uno de los comentaristas dijo que eso era más común de lo que se pensaba y que, incluso, sabía de casos en los que, siendo las mamás de las jóvenes promesas, mujeres atractivas, los promotores se acercaban a ellas para solicitarles favores sexuales a cambio de impulsar a los chamacos.

En un futbol en el que se sabe impregnado de machismo, las denuncias aquí expuestas no han de ser desatendidas. Los dirigentes tendrán que estar muy atentos para evitar que situaciones de esta naturaleza se presenten y para tomar las medidas que sean necesarias. Los futbolistas deberán denunciar toda conducta sospechosa y las mujeres afectadas armarse de valor –como la podóloga de las Chivas- y presentar las denuncias correspondientes.

De confirmarse lo expuesto por la podóloga, habría que aplaudir el apoyo inmediato que recibió del propietario de las Chivas. Pareciera que el testimonio de algunos de los jugadores será clave para determinar responsabilidades; será importante que se apeguen a los hechos y que no se vean influenciados por ninguna otra consideración.

Y en el abanico de desatinos de algunos comentaristas deportivos –que cuando se ven obligados a hablar de algo que no sucede en el terreno de juego la suelen pasar mal- destaca lo que han dicho algunos en el sentido de que “Lavolpe ni siquiera estaba dando resultados”, como si el hecho de que hubiera sido un técnico exitoso lo eximiera de toda sospecha. O aquellos que, por el contrario, se muestran preocupados porque ante el mal desempeño de las Chivas y la aparente mejoría que estaban mostrando con Ricardo Antonio, afirman que la salida del técnico será un duro golpe para los rojiblancos. ¿A quién le importa el futuro de las Chivas ante semejante panorama? Peor, mucho peor que el descenso es que al interior del club se presenten –en caso de que así haya sido- conductas de esta naturaleza. Reitero que yo soy seguidora de las Chivas desde que tengo uso de razón pero declaro, sin lugar a dudas, que en estos momentos lo que menos me importa es lo que vaya a pasar con el club en el terreno deportivo; lo importante es que se haga justicia y, si en la próxima temporada descienden a la división inferior, francamente, me da igual. ([email protected])