¿PRI para rato?

  • J. Enrique Olivera

Para el dirigente nacional del PRI es un hecho irrefutable  que para el 2015 su partido se lleve carro completo en los 21 distritos electorales de Veracruz. Vistas las cosas sobre la condición que guardan los partidos opositores en la entidad, no anda tan equivocado el Sr. Camacho, no por las políticas públicas del gobierno federal y el desempeño de la actual administración pública estatal, o la designación de Elizabeth Morales como dirigente estatal como se quiere interpretar, sino por la carencia de una oposición sólida que en materia electoral pudiera impedirlo.

 Es  público y notorio que lo mismo el PAN que el PRD como opositores mayoritarios no viven su mejor momento. Pérdida de identidad, de rumbo y pugna facciosa a su interior, así como su cada vez mayor alejamiento de las necesidades reales y sentidas de la población, les imposibilitan el poder transitar en sentido contrario a las expectativas de triunfo a que hiciera referencia el ex gobernador de Edomex.

Aún en el caso de que tuviera tiempo la oposición para recomponerse, el peso específico de su pérdida de confianza y credibilidad ante un electorado mejor informado y participativo, le imposibilitaría el poder hacer un papel decoroso en la próxima contienda electoral.

Así las cosas, a mi juicio tenemos PRI para rato.

Esto si nos atenemos a las reglas del juego tradicionales, que circunscriben el comportamiento de la ciudadanía en las urnas  a un reflejo del quehacer de las diversas fuerzas político electorales en contienda. Otros factores que marginalmente pudieran entorpecer el libre tránsito del PRI en sus afanes hegemónicos, no se contemplan en el escenario triunfalista que hoy pone de relieve el Sr. Camacho.

Entre ellos, el cada vez mayor hartazgo ciudadano con respecto ya no sólo a la partidocracia y lo que políticamente esta representa para nuestra incipiente y vulnerable democracia representativa. La frustración y hartazgo ciudadano también está referenciado al comportamiento errático del Estado mexicano ante los grandes y complejos problemas nacionales que afectan, en primer término, a los sectores más débiles e indefensos de la sociedad, como es el caso de la inseguridad, corrupción, impunidad, disminución de derechos individuales y sociales, desempleo y pérdida del poder adquisitivo del salario. Frustración y hartazgo cuyo origen no se identifica con el Estado como tal sino que es atribuible al gobierno, a la administración pública en sus tres estamentos de autoridad y a la pésima imagen de los actores políticos que les encabezan.

Para la mayoría el Estado es una abstracción poco entendible. Lo concreto, cuestionable, sujeto a valoración y al alcance de todos, es el gobierno que, a su vez, se nutre del sistema prevaleciente de partidos políticos. Luego a estos, indistintamente del color de la camiseta, se le atribuyen culpas y responsabilidades.

Hoy gobierna el PRI tanto a nivel federal como en la mayoría de los estados y municipios del país. Lo que pase o deje de pasar en los meses que faltan para los comicios federales del 2015, se atribuirá a este partido y es aquí en donde el triunfalismo priísta podría topar con pared,  enfrentando un nada despreciable voto de castigo ó, en el mejor de los casos, al fantasma del abstencionismo que no mella en lo legal pero que si priva de legitimidad.

Escenario que, en el caso concreto de Veracruz es más que previsible y viable, si nos atenemos al estado de cosas  que guarda una administración pública estatal disminuida, así como evidente corrupción impune en el ámbito de de los gobiernos municipales.

Luego a mi juicio,  el triunfalismo del Sr. Camacho,  habría que entenderse como un gesto de cortesía para con el Sr. Dr. Javier Duarte de Ochoa, más que convicción objetiva. Porque si de algo debe estar conciente el dirigente nacional del PRI, es de un escenario adverso para su partido en el que la inseguridad ciudadana busca a quien pasarle la factura.- Xalapa, Ver., 28 de enero de 2014.

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J. Enrique Olivera

Como reportero laboró en los diarios, “Tiempo” y “El Imparcial de Xalapa”, del que fuera jefe de redacción. Fundando más tarde el boletín diario de noticias “Correo de la Noche” y la revista “Análisis”, en la capital veracruzana.  

Se incorporó a la Confederación Nacional Campesina, participando como delegado del CEN en el Plan Chontalpa, Tabasco. En el sector público federal prestó sus servicios como Sub residente de promoción social y económica de la Comisión del Grijalva en el Plan Balancán-Tenosique; Subdelegado de organización de la SRA en Quintana Roo y Yucatán; Supervisor técnico en el sureste del Fideicomiso de Organización y Capacitación campesina del BANRURAL; Jefe de la Unidad de Supervisión y control de la Delegación de la Secretaría de Programación y Presupuesto en Yucatán; Director de Evaluación Regional en la Subsecretaría de Evaluación de la SPP; Gerente del Banco Nacional Pesquero y Portuario para los estados de Yucatán y Quintana Roo; Delegado federal de Pesca en Quintana Roo; Responsable de promoción de proyectos productivos pesqueros, en la Comisión Intersecretarial para la atención de La Chontalpa y Región Lagunar del Estado de Tabasco. 

También se desempeñó como Jefe de la Unidad de Supervisión del Comité Promotor de Desarrollo de Yucatán, Director de Fomento Industrial en el gobierno del estado de Yucatán, y como Secretario Estatal de Pesca en el de Quintana Roo.

Retomando el periodismo actualmente edita el Semanario en línea Pulso crítico y como articulista independiente  sus colaboraciones se publican en diversos medios digitales en el internet.