Xalapa, Ver.- Desde el Senado de la República exigen a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) que informen de manera detallada los daños ocasionados al río Pixquiac, uno de los principales afluentes de la región.

De acuerdo con el dictamen emitido, las obras ejecutadas, que no tienen permisos ni estudios de impacto ambiental, han provocado afectaciones considerables al cauce, lo que ha generado indignación ciudadana y diversas movilizaciones sociales.

El tema no es nuevo. En abril de este año, Armando Contreras, director del Instituto de Ecología (Inecol), advirtió que el desvío del Pixquiac podría causar severos daños al bosque de niebla de Coatepec. En el primer trimestre de 2025, la asociación Amigos del Pixquiac —integrada en su mayoría por habitantes de San Andrés Tlalnelhuayocan— denunció que el cauce estaba siendo modificado presuntamente para conducir agua hacia la presa de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento (CMAS) de Xalapa, que abastece a la capital.

“Intentar desviar el agua del Pixquiac para consumo de la ciudad de Xalapa no resuelve el problema. Este río mantiene un bosque muy importante y, si le quitamos el agua, ese ecosistema se verá gravemente alterado”, alertaron los integrantes de la asociación.

La presión social y la constante movilización de comunidades motivaron la intervención del Senado, que además pidió sanciones severas para los responsables de los daños.

“Pedimos sanciones para quienes atentaron contra su cauce y un plan real de restauración y aprovechamiento justo del agua. Xalapa y sus comunidades no pueden vivir con ríos heridos”, expresaron legisladores.

El Pixquiac, que abarca más de 10 mil 700 hectáreas entre las montañas del Cofre de Perote, forma parte de la subcuenca del río La Antigua y abastece a localidades como Coatepec y Xalapa.

Las autoridades destacaron la urgencia de implementar acciones para restaurar y proteger este recurso natural. La propuesta senatorial incluye la elaboración de un plan integral que contemple no solo la restauración del cauce, sino también medidas preventivas para evitar futuros daños.

La iniciativa, enmarcada bajo el principio de que “el agua es vida, y la vida se defiende”, busca garantizar un manejo sostenible y justo del recurso hídrico, esencial para el desarrollo de las comunidades locales.