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Todo fue por mi hija: Con equinoterapias, Vianey ayuda a niños con discapacidad

  • Carlos Navarrete
Yaretzi nació con parálisis cerebral y discapacidad múltiple; Vianey, su madre, creó una asociación para apoyarla con equinoterapias

Veracruz, Ver.- Vianey Morales Apodaca se inspiró en su hija Yaretzi Itzayana para crear Yaritza Movimientos Que Curan, una asociación civil del puerto de Veracruz única en su tipo en toda la entidad que, a través de equinoterapias atiende a 20 niños con algún tipo de discapacidad.

La mujer se muestra contenta debido a que su familia comenzó la organización de la fiesta de XV años de Yaretzi, quien vive con parálisis cerebral y discapacidad múltiple a pesar de los malos pronósticos de los médicos.

“Toda la familia anda en eso de que quiere festejarle, mi hija ya sabe qué color de vestido quiere, cómo van a ser sus zapatillas, con qué tema quiere la fiesta y te comento esto que para mí es muy emocionante, hasta la cara me cambia.


Es muy emocionante ver que después de una niña que no daban ni un peso por ella, como muchos casos hay, no quiero decir con esto que soy la única mujer ni la más maravillosa, no, como madre yo creo que todas damos todo por nuestros hijos”, dice Vianey.

Yaretzi nació de manera prematura a los cinco meses y medio de embarazo de Vianey. Con el paso del tiempo, desarrolló ceguera, dificultad auditiva, un retraso motor profundo y tampoco podía hablar. Fue entonces que hace más de 13 años, Vianey descubrió que el estado de Veracruz carece de instituciones que atiendan a niñas y niños como Yaretzi Itzayana bajo el concepto que ella quería. 

Vianey buscaba que su hija recibiera equinoterapias, un tratamiento que usa los movimientos de un caballo para lograr las respuestas deseadas en una persona, en función de su discapacidad.

“En todo el estado no existe un centro de equinoterapia que sea trabajado de manera multidisciplinaria, esto quiere decir que los niños no solo montan en caballo, sino también reciben terapia física, ocupacional, de lenguaje y psicología”, menciona.

 

ASÍ NACE YARITZA MOVIMIENTOS QUE CURAN

Vianey Morales Apodaca tuvo la idea de comenzar ella misma con un proyecto para ayudar a niñas y niños con algún tipo de discapacidad. Desde 2010 fundó con recursos propios la asociación Yaritza Movimientos Que Curan en el puerto de Veracruz.

La activista consiguió algunos caballos con el apoyo de algunas personas, sin embargo, hubo quienes le dieron la espalda. Pese a sus limitantes, echó a andar la asociación en un terreno que se ubica a un costado del bulevar Fidel Velázquez.

“Realmente esto nace por mi hija, fue mi inspiración, fue mi motivo para salir adelante”, afirma.
Desde entonces, Yaritza Movimientos Que Curan da terapias de rehabilitación a menores de edad con padecimientos de autismo, síndrome de down, parálisis cerebral, TDH y TDA. Se trata de dos etapas: de salón y con caballos.

"Itzayana efectivamente ha sido mi inspiración y mi motor y qué gusto me da después de ver una niña ciega, sorda y muda que hoy en día yo me siento realizada junto con ella porque la niña ve, escucha, habla, lo único que no puede es caminar, pero bueno, Dios sabe todo lo que hemos hecho de esfuerzo por ella”, comenta. 

El nombre Yaritza surge del juego de palabras entre Yaretzi - la que siempre será amada - e Itzayana, que significa regalo de Dios.

“Bueno, hasta el logo está inspirado en ella, una mariposa para que un día tuviera alas y volara y se rehabilitara, ella en medio, que es una niña con las manos abiertas y una cara de un caballo que es la fuerza, la energía y la inteligencia para salir adelante”, relata.

A casi 13 años de la fundación de la asociación, Vianey ve cómo las equinoterapias ayudan a cientos de niños, entre ellos a su hija, quien hoy a sus 14 años muestra un avance significativo en su desarrollo.

La fuente de inspiración de la asociación es en la actualidad una niña independiente con un grado cognitivo muy alto, que está aprendiendo a leer, a sumar, que revisa redes sociales y que le gusta mucho escuchar música.

Yaretzi Itzayana continúa con sus terapias y cada tres meses sus padres la llevan a la Ciudad de México para que reciba una inyección de toxina botulínica para mejorar sus funciones motoras y musculares. 

“Es por eso que no me canso de estar trabajando en esta asociación sin fines de lucro y ayudando a otros padres y motivándolos”, comparte Vianey.