• Xalapa

El arte de José; dejó turismo en Jalcomulco y optó por emprender

  • Carlos Caiceros
Inspirado en diversos personajes y con ayuda de su familia, José realiza y ofrece artesanías de porcelana

Aunque intentó trabajar en el sector turístico en Jalcomulco, José Alfredy Coyol Gutiérrez no podía mantener a su familia con lo que ganaba. Hace casi una década él no sabía qué hacer porque su esposa enfermó de leucemia y las cuentas se iban acumulando.

José comenzó a endeudarse porque la principal actividad económica de su pueblo no le era rentable y estaba preocupado por la difícil situación que atravesaba su esposa. En medio de la incertidumbre, un buen día un conocido le enseñó a trabajar con la porcelana fría.

Toda su vida ha aprendido mientras observa a alguien más hacer las cosas y con la porcelana fue igual. Comenzó a practicar, sin saber que con el paso del tiempo dicha actividad se convertiría en su principal fuente de ingresos y en un negocio que va ganando clientes en todo Veracruz.

Los inicios de “Art Magia” se dieron de la mano de su primera esposa, Ana Manuela Sánchez, quien era la principal promotora. Lamentablemente ella terminó perdiendo la batalla contra el cáncer, lo que fue un gran golpe para José: “Fallece y se me derrumbó todo, incluyendo el negocio porque yo no sé vender”, menciona.

DÍAS DIFÍCILES

En entrevista, el hombre recuerda con nostalgia el episodio de perder a la madre de sus hijos con quien inició el negocio de porcelana vendiendo en oficinas ubicadas en Xalapa como el Congreso del Estado, hasta que la leucemia terminó por quitarle de la vida a Ana Manuela.

Durante el primer año de la enfermedad él también se dedicó a la albañilería, pero tuvo que abandonar ese trabajo para dedicarse por completo a ella y cuidarla en hospitales, gastando los pocos ahorros que tenía.

A raíz de todo esto se volvieron artesanos. Así él podía trabajar desde su casa sin descuidar a su esposa, quien también se involucró en las ventas y luego, juntos, armaron una buena mancuerna siendo ella la que ofrecía las figuras creadas por el artesano.

“Con ella comenzamos. La primera venta que tuvimos fueron diez piezas de ranitas y borregos”, rememora.

Cuando su mujer falleció, José y el negocio “se paralizaron”, hasta que una clienta del Congreso le dio el impulso para retomarlo. “Me dijo ‘compadre, ella ya falleció, pero el negocio tiene que seguir’”.

Con el paso del tiempo el artesano conoció una nueva pareja, Candy Guerrero, quien le recomendó promocionarse a través de redes sociales. Cuando José lo hizo los clientes comenzaron a multiplicarse, al punto que él y su familia se siguen sorprendiendo.

“Y dije ‘pues aquí está, ya no me muevo’ y de dos años para acá, todo son redes sociales”, detalla.

APRENDER VIENDO

Antes de abocarse a las artesanías, José intentó trabajar en un campamento turístico durante 6 meses, pero sólo le pagaban 166 pesos al día. Con 4 hijos, dos que tuvo con su exesposa y 2 con su nueva mujer, la situación financiera no mejoraba.

Fue su nueva pareja quien tuvo la idea de promocionar sus creaciones de Art Magia en redes como Facebook. Rápidamente fueron ganando clientes.

“Ella me dijo 'por qué no hacemos un perfil en donde podamos publicar’. Antes de renunciar al campamento lo hice, aunque no conocía tanto las redes. Hice una publicación y me empezaron a llamar de Coatepec y Xalapa; de ahí nos motivamos y comenzamos a publicar y entregar más pedidos”.

El artesano aprendió viendo. Fue el ahijado de su esposa el que le mostró sus conocimientos en la porcelana fría, aunque en realidad nunca hizo una práctica durante esas clases.

Ya a solas, tuvo que repetir diez veces la elaboración de una sola figura hasta que le salió. Pero no se quedó solo con eso, sino que buscó mejorar, abriendo camino a los llaveros, las tazas, velas para pasteles, aretes, plumas, porta retratos y figuras decorativas.

José optó por no meterse a hacer competencia en Jalcomulco como una muestra de agradecimiento a quien le enseñó la técnica. Particularmente nunca pretendió quedarse en la zona, pues siempre quiso que su producto se conociera en todos los rincones de Veracruz e incluso de México y el mundo.

Lo ha ido logrando. Ya en su momento, realizó una venta a turistas chinos que lo contactaron precisamente por redes sociales para adquirir sus creaciones. Así como esa, otras ventas se han hecho a diversas partes de la República.

“Lo estoy logrando, estoy expandiéndome. Esa es mi meta, que se conozcan en todo el país”, detalla.

Y es que, a decir del hombre, el turismo en realidad paga poco en Jalcomulco, sobre todo cuando él debe mantener a cuatro hijos y a su esposa. “Hasta el momento ni mi esposa cree que el negocio esté avanzando. Ve el trabajo ya y dice ‘¿a poco eso te lo compran?’.

“No lo creíamos ni mi familia. Ni mi mamá tampoco lo cree, pero al ver que de esto vivo dicen ‘pues sigue ahí, ya no le busques’. Tengo un pequeño negocio de tacos y se puede decir que es para ir comiendo, pero en sí mi trabajo, el que me da, es este”, dice orgulloso.

LAS ARTESANÍAS SON IMPERFECTAS

José Alfredy indica que ha afianzado bien el mercado de artesanías en la entidad al punto que tiene prácticamente la agenda del mes llena de entregas en municipios de las zonas norte, centro y sur.

El hombre cree que parte del éxito que ha tenido, es que sus piezas tienen algún tipo de defecto a la vista, pues todas están hechas a mano y ello refleja precisamente la misma imperfección humana.

Además, ha tenido cierta conexión más íntima con sus clientes, quienes se sienten en la confianza de pedirle las figuras con tales o cuales rasgos.

“Lo que me han dicho algunos clientes es que lo que a ellos les motiva es que van bien los rostros, alegres o tristes. Me dicen ellos ‘lo que tú sientes, es lo que reflejas’. Y yo siento que más que nada es lo detallado que va y algo que ellos quieran en específico, se les pone”, enfatiza.

De esta manera, lo que más vende son artículos que tienen que ver con diversas profesiones como médicos, maestros, abogados, ingenieros e incluso, con oficios como choferes y policías.

A la fecha, José Alfredy busca especializarse para poder recrear rostros a detalle, perfilados y bien hechos, pues su primer gran sueño es recrear a todos los integrantes de su familia.

Mientras eso ocurre, en Art Magia siguen abriendo camino en el mundo de las artesanías de Jalcomulco para el mundo.

“Ya no puedo estar quieto en la casa, si no trabajo dos días, me siento mal. Este es mi trabajo y me gusta que lo admiren”, dice.

 

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